Como si la conocieran de toda una vida,los dos niños corrieron hacia la señora y le estamparon sendos besos sonoros en las mejillas:
_¡Gracias, gracias abuela,hace mucho tiempo que cenamos solos,eres nuestro mejor regalo,tendremos la mejor Navidad en tu compañía!_exclamaron alborozados al tiempo que la tomaron de las manos y la entraban a la vivienda con toda confianza.
La anciana entre la gratitud y la ternura,se dejó llevar.Los pequeños la acomodaron cerca de la rústica chimenea para que entrara en calor,pues la infeliz viejecilla temblaba de frío.Un chal de Nadia y una taza de te le fueron entregados acompañados por una dulce caricia sobre sus ralas y amarillentas canas.
Al rato,ya la anciana había recobrado el color de sus mejillas y la temperatura corporal.Animada,se sentó a la mesa y comenzó a corear villancicos secundada por los pequeños mientras Nadia preparaba un sencillo guiso que aunque humilde,les supo delicioso.
Al terminar,le arregló la cama a la anciana en su cuarto y ella se acostó en el de los niños.
Al día siguiente, Nadia se levantó y fue medio soñolienta a preparar el desayuno...cuál no sería su sorpresa,cuando tropezó en medio de la sala con un gigantesco y brillante árbol de Navidad profusamente adornado que cobijaba en su parte inferior, decenas de regalos espléndidos y en la punta rutilaba una estrella de oro puro.Su humilde mesa había desaparecido y en su lugar,un enorme buffet repleto de los más exquisitos platillos,ocupaba orgulloso casi todo el espacio de la sala.
Nadia se froto los ojos con estupor creyendo que soñaba.Rapidamente despertó a los pequeños que boquiabiertos, comenzaron a abrir las coloridas cajas que guardaban en su interior fabulosos juguetes,ropa,zapatos,cuadernos,lápices de colores,gorros y guantes para el invierno.La madre los observaba con lágrimas en los ojos,mientras se preguntaba aturdida,quién pudiera haber sido su misterioso benefactor.
De pronto,cuando se disponía a buscar a la anciana para hacerla partícipe de su sorpresa y alegría,escuchó en las afueras un ruido de campanas,cascabeles y cascos de caballos que la hicieron detenerse en seco.Al asomarse,una bellisima joven de cabellos plateados y ojos como turquesas, le sonreia:
_Cuando nadie se acercó en mi ayuda,tú me trajiste a tu casa y compartiste conmigo tu cama y tu mesa aún teniendo muy poco.Disfruta del regalo que te entrega la reina de las Nieves por tu bondad.¡Feliz Navidad!_ al instante se perdió entre un remolino de escarcha rumbo al cielo inusualmente azul.
Nadia y sus pequeños agitaron sus manos en señal de despedida entre la gratitud y la sorpresa,mientras,la ciudad se vestía de un hermoso manto blanco.
Fin