Pequeños momentos de lucidez

Irse

A estas alturas ya debería haberme ido

Esos graciosos cubos de colores hacen eco

Al caer en la cueva del ácido

Salpican sus entrañas en las paredes

Las primeras dos o tres y las otras veinte ya no se sienten.

Ese sol que me alumbra se vuelve negro

Resalta el carmesí de mis muñecas

Tiñendo el verde de azafrán

Mientras un par de ojos azules me llaman

Su voz hace que levite y me.acerque lentamente pero

Quizás es ella quien se acerca con su negra y larga túnica

Sus ojos carentes de vida me atraen

Me llena de dudas pero igual voy.

El sonido se vuelve color envolviendo mi cara en un turbante de lágrimas gruesas.

Se llena de vacío la ilusión de volver pues quizás esta vez no lo haga.

Mis manos ya frías sienten el húmedo carmesí que hay en el suelo

Mi mirada se pierde y se va apagando poco a poco.

Se seca mi garganta intentado llamarte

Gritando en silencio sin oír mi voz

Saliendo de mi.

Mi cuerpo ya no responde

Siento como mi alma se me va en el último suspiro.

Vacío.

Para mi no hubo tercer día de resurrección

Solo séptimo de luto.



#5264 en Otros

En el texto hay: poemas, otros, poesia de amor

Editado: 07.05.2024

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