Las personas suelen olvidar que para que exista un ganador, tiene que haber un perdedor.
Mientras alguien celebra un logro, otra persona se culpa a si misma por no haberlo hecho mejor. Cuando un equipo gana algún campeonato, a otro se le arrebata todas sus ilusiones y sus sueños. Cuando te colocan la medalla de oro, otro recibe la de plata.
Y sí, existe la medalla de bronce pero esa no duele tanto como la de plata, te recuerda que lo hiciste bien pero no fue suficiente. No eres suficiente. No eres más que un segundo lugar, ¿Quién recuerda a esas personas? Se hablan de los que rompieron records y marcaron la historia pero jamás de aquellos que estuvieron a punto de lograrlo.
Ver a Philip besar a Lucy fue como recibir la medalla de segundo lugar. No eres suficiente. No lo lograste. Nadie te recordará. Haz fallado, aun si te dan una medalla, no lo conseguiste.
Trago saliva, me recuerdo que no estoy sola y que debo mantener la compostura para que nadie más me note. No necesito darles más de que hablar a mis compañeros, con todo lo que dicen de mí ya es suficiente.
Me obligo a retirar mis ojos de ellos, no puedo hacer nada más.
He perdido.
Es así que mis ojos se cruzan con Harper Dorm, quien por un segundo pensé que era un espejo pues él tiene la misma expresión rota y anonadada que yo.
Un momento, ¿Harper tiene el corazón roto? ¿Él? ¿El problemático de la escuela?
Harper mueve sus ojos, sin pestañar y su mirada se encuentra con la mía. Él junta sus cejas, yo levanto una de las mías. Ambos estamos viendo algo que nos está matando por dentro y ambos estamos fingiendo que no pasa absolutamente nada, que todo está bien.
Es así como inició todo, con un trato silencioso para recuperar a quienes eran nuestros primeros amores. Uno que involucró a Harper, mentiras que salieron a la luz, secretos oscuros y una decisión muy importante.
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Editado: 07.04.2023