HARPER
—Lo hiciste mal —Raziel me quita el cuaderno y borra todo lo que hice—. Tienes que elevar esto y primero operas aquí, no al revés.
Ruedo los ojos. —No te entendí nada —respondo.
Raziel me mira irritada. —Presta atencion, no es tan difícil como crees, sí te fijas aquí…
Ella deja de hablar y deja caer el lápiz sobre el cuaderno mientras mira fuera de la tienda. — ¿Qué pasa? —pregunto.
Raziel no me responde, se mueve detrás de mí y se oculta debajo del mostrador, adentrando su cuerpo en un espacio pequeño. Yo la miro confundido pero ella me hace una seña con las manos que no entiendo.
Hasta que se abre la puerta y aparecen Carter y Mitchell.
—Así que era verdad —Carter mira hacia adentro asegurándose que no haya nadie más—. Ahora estas aquí, que divertido.
Mitchell recuesta sus codos en la superficie del mostrador y ve los cuadernos. — ¿Por qué hay dos? ¿Hay alguien más de la escuela aquí?
En ese momento Raziel toma mi tobillo y lo aprieta, le doy una mirada rápida y me dice que “no” con el rostro. Aclaro mi garganta. —Em, no de la escuela —respondo nervioso—. Es otro chico que me ayuda a esto.
Carter resopla. — ¿Y te dejan aquí solo? ¿No hay nadie más?
Jay está en la parte de atrás y la señora Melinda fue a su casa a tomar una de sus medicinas para la gastritis, salieron unos minutos antes que ellos vinieran. —Um, ya regresaran, será mejor que se vayan antes que los reconozcan.
Mitchell sonríe de lado. —Igual tú eres el único culpable, ¿no? Tú empujaste la cabeza del maniquí.
Me encojo de hombros. —Ustedes estaban fastidiándome, no son inocentes completamente.
Mitchell arruga su nariz. —Qué asco de música, ¿Por qué no pones algo diferente?
Como el teclado de la computadora está abajo, Mitchell intenta subirse un poco al mostrador para, según él, cambiar la música. Si lo hace, verá a Raziel escondida.
Estiro mis manos y lo detengo por los hombros. —Bájate, Mitch.
Rueda los ojos. —Que aburrido —mira hacia la caja—. ¿Me prestas dinero? Nadie se dará cuenta.
Junto las cejas, ¿me está pidiendo que robe? — ¿Qué?
Carter sonríe y asiente. —Sí, pásanos algo de la caja —mira hacia ambos lados—. Vamos, solo un poco, nadie se dará cuenta.
Aun si Raziel no estuviera aquí no lo haría. —Chicos —lamo mis labios—. Mejor váyanse.
Carter entorna los ojos. —Ay, ¿Qué tiene de malo? —Mira a Mitchell—. No es como si tu familia no te haya enseñado a cometer crímenes.
Ambos ríen y mi corazón se detiene. ¿Qué acaba de decir? — ¿Por qué dices eso? —intento permanecer calmado aunque un nudo en la garganta me impide tragar saliva normalmente.
Mitchell suelta una carcajada. — ¿No has visto el video de Win the case?
Niego lentamente. —No… —necesito tomar agua—, ¿Sobre qué es?
Carter bosteza y se pasa las manos por el cabello. —Ella hizo como un video sobre familiares que han estado en la cárcel, de los alumnos en la escuela y ahí estaba tu hermano.
Empiezo a toser, mi pecho se siente presionado. — ¿Mi hermano?
Mitchell mueve sus ojos a la puerta del fondo cuando sale Jay con unas cajas. —Aja, deberías verlo —tira a Carter de la camisa—. Ya nos vamos.
Carter me mira con una ceja levantada. — ¿Por qué no nos contaste que tu hermano está en la cárcel? —sonríe—. Amigo, cuando salga me llevas a conocerlo, quiero saber sus trucos.
Mitchell tira de él cuando se da cuenta que Jay se está acercando. Ambos se van y yo me siento mareado, quiero vomitar y gritar. Quiero huir de esta ciudad, de este país. De este mundo.
— ¿Dónde está Raziel? —me pregunta Jay.
Lo miro, con mi mente llena de pensamientos de pánico. —Abajo.
Junta sus cejas. — ¿Debajo de dónde?
Raziel se levanta lentamente y levanta su mano. —Aquí, estaba conectando algo de la computadora.
Jay asiente y señala hacia la puerta. —Voy a traer la comida, ¿Está bien hamburguesas de pollo?
Ella asiente y Jay sale de la tienda sin consultar mi opinión. Tampoco es como si tengo derecho a pedir algo de comer.
¿Cómo es que mi hermano apareció en ese video? Win the Case tiene miles de seguidores, seguramente la mayoría en la escuela ya lo vieron. Peor aún, las personas que no lo han visto lo saben. Es un chisme interesante, familiares de estudiantes en la cárcel.
¿Qué voy a hacer? He intentado ocultar la realidad de mi familia todo este tiempo, he mentido constantemente y he marcado límites para que nadie sepa mi verdadera historia. Tengo miedo.
Me pregunto si ya saben la historia más oscura de mi vida. No. Es imposible que lo sepan, ni siquiera mi familia la sabía. Soy el único que la conoce.
Aun así, saben lo de Otto.
—Harper… —Raziel me saca de mis pensamientos—, yo… no he visto ese video.
Aprieto mis dientes. — ¿Puedes pedirle que lo borre?
Raziel asiente y toma su teléfono. Antes que ella haga algo, recibe una llamada de teléfono y contesta.
— ¿Winny? —Pregunta—. Que bien, necesito hablar contigo.
Debido al volumen alto puedo escuchar lo que responde. — ¿Ya lo viste? ¡Casi diez mil vistas! Esto no había pasado tan rápido, no puedo creerlo.
Muerdo mi labio. Diez mil.
—Winny… um, necesito que hagas algo por mí, ¿sí? —Raziel pregunta.
— ¿Qué pasa? —se escucha muy alegre—. Oye, ¿no lo has visto? No has comentado nada, hay muchos comentarios pero no encontré el tuyo.
—Um, no aun no lo he visto pero, ¿Puedes ponerlo en privado? —pide.
Winnona no le contesta por unos segundos. — ¿Qué? ¿Por qué?
—Porque deberías editar los nombres, Winny. ¿No crees que está mal mostrar apellidos y eso? Después de todo…
—Ay Raz —contesta—. Ya hablamos de eso, mis videos son honestos y no me guardo ningún detalle, por eso las personas me siguen. Eso les gusta, que hable la verdad.
Creo que las personas no disfrutan la verdad, disfrutan los detalles mórbidos que Winnona nunca evita en sus videos. Si un crimen es demasiado fuerte y crudo, en sus videos encontrarás cada descripción con muy poca censura.
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Editado: 07.04.2023