Perdición

CAPÍTULO 5: CUATRO TATUAJES

Después de todo el desorden que provocó la noche , llegué al centro no muy tarde , por lo que la mayoría de estudiantes seguían despiertos , entre ellos Andy y Ali , que llegó antes que yo. Ambas intentaron interrogarme preguntandome , donde había estado , con quien y que había pasado.

Pero... regla número dos: Lo que veas , escuches o hagas no podrás contarlo.

Así que esquivé las preguntas yendome directamente a dormir.

 

Ciertamente la noche de ayer , no fue nada comparado con el correo que había llegado a mi teléfono esta mañana de parte de la universidad , en el cual decía lo siguiente:

 

Buenos días señorita Andrews , como bien sabe , gracias a sus notas ejemplares recibió una beca del centro. Aún así , consta recordarle que para no perderla tendrá que mantener su media.

Así mismo , fuimos comunicados de su estado actual económicamente , por ello , además de sus notas , el centro decidió facilitarle el primer año de universidad.

 

Por un par de días se me había olvidado todo... , la direcctora me ha devuelto a la tierra.

Con un mensaje así de buenos días es imposible no borrar la sonrisa que perduró durante horas.

Ciertamente la idea de venir a NY no fue del todo mía , cuando dije que me costó meses decidir envolverme en tal cambio no fuí del todo precisa. Cuando mi madre murió todo dejó de tener sentido para mí al igual que para mi padre. Ambos fuimos obligados a ir al psicólogo por parte de mi tía Carol , la hermana de papá.

Me costó abrír los ojos , pero finalmente pude conseguirlo después de meses de citas con mi psicóloga. Ella fue la que tuvo la idea de que cambiara de ciudad y de aires. Aunque me costó , terminé aceptando.

En cambio... a mi padre no le gustan los cambios , decidió quedarse en casa , rodeado de fotos , cuadros y... latas de cerveza por toda la casa. Desde mi despedida , me aseguró que todo iba a cambiar y quiero creer que tiene razón y darle un voto de confianza.

Pasé de tener una vida acomodada , a una vida llena de barreras. Mamá se fue y papá se metió en el juego y la bebida gastando todo el dinero que pasaba por sus manos.

Irme de mi hogar , no significaba que no quisiera estar con mi padre , sino que no quería seguir viendo las mismas imagenes de siempre.

Y este es el verdadero motívo por el que tengo una beca , estoy en New York y estoy decidida a levantarme y decir sí puedo.

 

Cuando me llegó el mensaje seguía en la cama y no estaba decidida a levantarme hasta las once , pero tuve que hacerlo a pesar de estar en los últimos días de verano , ya que Ali se presentó en mi habitación gritando con su aguda voz y vestida con tan solo un bikini y un pareo rojo atado a su cintura.

Por suerte yo ya estaba despierta a diferencia de Andy , que al escuchar la voz ensordecedora de Ali se sobresaltó , despertando con la mano en el pecho y los pelos sobre la cara.

 

-¡¿Pero a ti que te pasa?! , ¡¿es que no tienes mejores cosas que hacer?! -a juzgar por sus gritos malumorados , me arriesgo a decir que no le gusta que la despierten.

 

-Pues no , hoy es día de playa , así que levantad vuestros culos de las camas , poneros un bikini , ¡y vayamos! -la última frase volvió a gritarla con fuerza. Era increíble las energías que tenía desde por la mañana.

 

Entendí que los universitarios vivían entre fiestas y planes constantes , pero no pensé que sería diariamente. Fiesta de iniciación , carrera de motos , playa... , ¿qué va a ser lo siguiente?.

Pero bueno , dentro de lo que cave es ir a la playa , estirar la toalla , tumbarse en ella bajo la sombrilla mientras escuchas música y respirar el olor a sal.

Bajo la presión de Ali y su mirada fija en nosotras , fuimos directas al armario mirando entre la ropa hasta encontrar los bikinis , que seguidamente nos pusimos debajo de unos pantalones cortos y camisetas básicas de tirantes. Nada mejor que ir comoda para ir a la playa.

Estando en chanclas , con las gafas de sol puestas y las toallas en las manos , partimos hacía Coney Island , según leí , es una de las mejores playas de New York.

El coche de Ali no era pequeño , un Audi negro que brillaba impoluto. Metímos todas las cosas en el maletero y proseguimos por sentarnos cada una en los diferentes asientos teniendo de conductora a Ali y como copiloto a Andy. No se como lo hacía , pero siempre termino en los asientos de atrás.

 

-¿De qué va exactamente el plan repentino de ir a la playa? -pregunté abrochandome el cinturon central mirandolas por el espejo retrovisor.

 

A penas llevaba días con Ali y ya estaba segura de que ir a la playa tenía un por qué.

 

-Playa , bebida y partido de volley masculino a las siete -contestó Ali anarcando sus cejas dandolo por obvio mientras tenía fija la mirada en la carretera.

 

-Ah... -asentí con un tono de voz de indiferencia , digamos que mi pasíón no es fijarme en chicos las veinticuatro horas del día.



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En el texto hay: drama, novela juvenil, amor

Editado: 26.08.2018

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