Capítulo 4

La semana se fue puff...volando. hoy es último día de clases, de la semana claro. Así que hoy es todo un relajo.

Llego a la escuela y bueno hoy me hice un poquitín tarde, creí que no encontraría a Tomás, pero me sorprendo al verlo esperándome a fuera.

Voy corriendo donde él y lo abrazo de sorpresa, pues no me había visto llegar, lo jalo y lo llevo corriendo dentro, tenemos que llegar, él por lo visto no sabía ni la hora.

Llegamos justo cuando el profesor iba a empezar la clase, nos disculpamos y le pedimos que nos dejara pasar, y como nosotros somos niños muy responsables, esto de llegar tarde no nos ocurría a menudo, además somos los consentidos, por lo que nos dejó pasar diciendo que esto no debe repetirse, que solo nos dejaba entrar porque éramos buenos alumnos.

Le agradecimos y entramos en silencio a nuestros lugares. Nos dimos una mirada cómplice y empezamos con la clase.

Se suponía que hoy era relajo, pero no, el profesor tenía que dejarnos tremenda tarea. Ya tenemos ocupado todo nuestro fin de semana, que horror, ni tiempo tendremos de jugar o salir a pasear en patín como habíamos quedado.
Aunque para eso iba a rogarle a mamá claro está, porque estaba castigada.

Por suerte, al menos dejó que trabajáramos en parejas, así que obviamente iba a hacerlo con Tomás. Ya tenía una excusa para salir jajaj no piensen mal, claro que solo iría a casa de Tomás, no iba a salir a ningún otro lado. Sellaría mí condena.

Al terminar, salimos juntos, Tomás, Naty y  yo, a menudo la acompañamos a esperar que la venga a recoger su mami. Una vez viene, nosotros vamos con nuestros respectivos choferes a casa.

***
Al llegar a casa me encuentro a mami hablando por teléfono, espero que termine, mientras tanto, veo a papá salir de la cocina con unas galletitas en las manos. Yo sorprendida me acerco a él y lo abrazo.

- Que haces aquí? - Lo interrogo.

- Que, acaso no te alegra que esté aquí. - Me dice con cara triste.

- No es eso, es solo que me sorprende porque generalmente tú no estás a estás hora, llegas más tarde del trabajo.

- Si lo sé, pero he decidido tomarme más tiempo para pasar con mí familia.

- De verdad? Eso me pone feliz. Te lo agradezco mucho papi...digo papi Marc.

Él me mira serio y luego se sonríe.

Te traje algo, me dice y me muestra una cajita, la tomo y la abro, en ella veo una hermosa cadena de oro blanco. Me emociono mucho, pues es preciosa, es un gran detalle. Lo abrazo muy fuerte y se lo agradezco. Se lo entrego para que me lo ponga.

Cuando mamá termina de hablar por teléfono, se lo enseño y me dice lo hermoso que está. Pero se pone molesta, haciéndole pucheros a papá. Éste le pregunta que le sucede y mamá le dice que ha ella no le ha regalado algo así.

Él la abraza y le da un tierno beso, diciéndole que no se ponga celosa porque ella también tiene uno. Saca otra cajita de su bolsillo, es más pequeña, pero la abre y muestra un anillo, al parecer de oro también y algo que brilla, supongo que será un diamante.

Ella lo abraza muy emocionada y le dice que no era necesario que hiciera eso, que no debió gastar el dinero, mucho menos ahora, que ya sabía porque. 
La verdad no entendí mucho a lo que se refería.

Los vi ponerse melosos, por lo que decidí ir a mí habitación, era lo mejor.

Me quito el uniforme y me voy a la bañera, pongo música relajante, bueno relajante para mí, porque otros la considerarían bulliciosa tal vez.

Descanso y me relajo un poco, pongo la mente en blanco y casi me quedo dormida, pero con todo pesar decido salir, pues si no podría ponerse viejita mí piel, ya saben, se pondría arrugada.

Me visto y me acuesto sobre la cama, tomo el teléfono y le llamo a Tomás. Hablamos durante unos minutos hasta que empiezo a sentir sueño, por lo que me despido de él, dejo el teléfono y sin darme cuenta me quedo dormida.