Han pasado unos días desde mi llegada al castillo de las brumas cuando siento a alguien entrar a mi habitación, mientras escucho pasos acercarse a mi cama agarro el cuchillo que tengo debajo de la almohada.
-Buenos días tía- me dice una dulce voz a la misma vez que con velocidad llevo el cuchillo al cuello de una joven.
Nuestras miradas se conectan y mis ojos dan con unos ojos tan azules como los del Laird, para mi sorpresa la preciosa chica de pelo oscuro y finas facciones no grita ni se asusta, si no que me sonríe.
-Lo siento, pensé que eras un asesino - bajo el cuchillo y lo vuelvo a poner en su lugar.
-No te disculpes , la culpa es mía por entrar sin llamar - me agarra la mano - ¿Puedo tutearte Isolde?, es decir, eres la mujer de mi tío ahora somos familia.
-Puedes hablarme con la familiaridad que quieras siempre que no vuelvas a decir que soy la mujer de ese perro negro.
Ella asiente entusiasmada para darse la vuelta y pasear por la habitación, mientras pasea por la estancia me fijo en ella, el vestido azul oscuro que lleva hace que resalte aún más la claridad de su piel, su larga cabellera negra esta atada en una elaborada trenza aunque algunos mechones rebeldes caen a los costados de su rostro, Lorna no debe tener más edad que yo.
-¿Cuantos años tienes Lorna? -pregunto mientras me visto con un vestido verde oscuro, ella se viene a ayudarme a atarlo por la espalda retirando suavemente mi largo pelo pelirrojo.
- Tengo 22 años - la misma edad que la mía - y veo que sabes mi nombre, ¿Quién te ha hablado de mi? , no creo que mi tío haya tenido una profunda conversación con la nueva señora del castillo -
-Damián- respondo y la fulmino con la mirada por sus últimas palabras.
-Me has dicho que no te diga su esposa, por lo demás puedo decirte como quiera.
-Amplio mis palabras, no quiero que me menciones nada que tenga que ver con mi unión con él-
Las dos nos reímos a la vez y me doy cuenta que es la primera vez desde que estoy aquí que me siento alegre.
Tras un par de horas de amena charla en las que las dos nos vamos conociendo además de encontrar en la otra una grata compañía, la sobrina del Laird me propone ir al mercado del pueblo.
-Normalmente el mercado es una vez por semana y todos los comerciantes de los alrededores se reúnen en la plaza pero una vez cada seis meses vienen personas de todo el reino para vender sus productos en el pueblo , este mercado dura una semana y has tenido suerte, pues hoy es el primer día de mercado - me cuenta mientras vamos paseando a caballo al mercado, mientras hacemos el camino hacia el pueblo pienso en como hace un mes esta haciendo este camino con mi compañera Lily en lo que pensábamos que iba a ser una misión fácil, ¿habrá logrado llegar a la orden? herida como estaba la habrá costado transportarse, la piedra usa nuestra energía por lo que cuando estamos heridos o enfermos nos cuesta más usar la piedra incluso para teletransportarnos , que es algo que no suele requerir demasiado esfuerzo.
-¿Isolde? - la voz de Lorna hace que que deje mis pensamientos a un lado y vuelva a la realidad.
- ¿Si? - digo, parpadeando algo desorientada pues el camino de tierra y hierva a cambiado a ser un pueblo de casas y suelo de piedra, mientras que estaba sumida en mis pensamientos hemos llegado al pueblo y doy gracias a que mi montura es inteligente y debe haber seguido al caballo de Lorna al sentir que su jinete no guiaba el camino el camino.
-He dicho que podemos dejar aquí las monturas , la plaza se encuentra cruzando el arco de piedra pasando el callejón - señala un punto no muy lejos , baja del caballo y lo ata a un poste de madera, imito su acción cuando me bajo del mío.
-¿No van a robarnos los caballos si los dejamos aquí? - pregunto, no querría que me robaran el caballo que John me a regalado, más que nada porque dudo que los McNeil quieran darme otro si me roban el mío, mucho es que le están cuidando, parece ser que el pensamiento de que todos los McQueen son malvados y merecen la muerte no afectan a los animales de estos.
-Nadie va a robarnos nada- me muestra en la silla de mi montura una imagen en el cuero de la cabeza de un lobo- por eso te he insistido en que uses una de nuestras sillas, este lobo significa que el caballo es propiedad del Laird McNeil y a menos que quieran enfrentarse a la ira del gran lobo negro nadie se atreverá a tocar nada que le pertenezca- me agarra la mano y me insta a caminar -ahora vamos al mercado hay hiervas que necesito comprar.
Lorna me ha contado que ella y su abuela son las curanderas de la zona y que la sala que vi es la que ellas usan para hacer sus pócimas, también a dejado en claro que puedo ir allí siempre que desee.
El mercado esta lleno de vida, tenderos gritan para llamar la atención, la gente pasea de puesto en puesto, el olor de diferentes productos desde carne cruda , pescado y perfumes se mezclan en el ambiente, incluso he podido observar algún que otro ratero birlar alguna que otra bolsa de dinero, haciendo que agarre la mía con fuerza.
Pierdo a Lorna entre la gente, pero no le doy importancia, sigo paseando por el mercado cuando un puesto me llama la atención, libros con encuadernación de cuero, al ojearlos puedo ver el mimo y cuidado con el que se han realizado, el poema épico Beowulf termina en mis manos leo el texto con entusiasmo pues esté es uno de los libros favoritos de mi padre, recuerdo que en nuestra biblioteca mi padre tenía un ejemplar del siglo XII, obtenida en uno de sus viajes en el tiempo, pero después de su muerte no volví a ver el libro.
- Puedo observar que estáis disfrutando el libro jovencita- dice un anciano de sonrisa amable.
-Si señor, era uno de los libros favoritos de mi padre, le encantaba leerme historias antes de dormir y este era el que más disfrutaba escuchar, hasta que tuve edad suficiente de leerlo sola y lo disfrute aún más- cierro el libro y pregunto - ¿Cuál es el precio del libro señor?