Ragnar
El gusano de fuego nos iba a atacar de nuevo y esta vez no podíamos esquivarlo, pero no fue necesario gracias a otro Drak de Hielo que se lanzó hacia él, salvándonos de morir.
Nos alejamos de ahí y nos dirijimos con Safra que saltaba de emoción al ver la escena de los dos Drakos peleando.
- ¡Ragnar! -se lanzo para abrazarme- ¡Lo logré -dijo eufórica con lágrimas grimas en los ojos.
- Pequeña -le limpié las lagrimas- No llores.
- Es que tenía miedo -dijo con su voz quebrada- Creí que no podía ayudarlos.
- Shh -coloqué su cabeza en mi pecho y ella se aferró a mí- Te dije que todo estaría bien -le acaricié la cabeza.
Los chicos estaban heridos pero aún tenían fuerzas. La batalla contra el Drak fue muy intenso hasta para mí, sino fuera por el gusano del invierno estaríamos muertos todos y tan sólo de pensar en eso, me pone de punta los pelos.
Las exclamaciones de los demás me sacaron de mis pensamientos. Al ver la escena que teníamos adelante vi que el Drak de hielo mordió en el cuello al de fuego convirtiendolo en vapor y en roca, este lo tenia enrollado con su cola inmovilizando su cuerpo, logrando que este dejara de moverce. El Drak se separó rápido del otro. Vi que al estar atácandolo él también se estaba convirtiendo en vapor, si sigue así el también morirá.
- ¿Va ha morir? -preguntó Safra aún con su cara pegada a mí pero viendo la escena.
- Puede -respondí.
Murmuró algo intendible que no escuché.
- Su ayuda es bastante significante para nosotros safra, si muere, se hará una ofrenda y escultura hacia él -le dije para tranquilizarla por medio de la telepatía.
Aunque estoy sorprendido, a la vez estoy desconfiado de que Safra y yo tengamos la conexión especial. Cuando conectas con un dragon de forma sentimental, se crean varias formas de conexiones con la criatura, humano o animal que tenga ese vínculo con un Dragón.
Se forman varios vínculos como la telepatía y sientes las emociones que tiene el otro ser, el vínculo de la entrega eterna.
Es bastante raro que Safra y yo tengamos esa clase de vínculo... ya que es una humana. Aunque ella es un caso especial.
Safra se alejó de mí para ver mejor a los Drak luchar.
Los dos gusanos se embestían cada vez que podían, se lanzaban atacaques de ráfagas de hielo y fuego, se mordían el cuello, hasta que el gusano de hielo se ocultó debajo de la tierra, para salir de otro lado de donde estaba el gusano de fuego tomándolo por sorpresa y sacándole ventaja, para luego errollarce en él y convertirlo en una escultura de piedra solidificada, junto con él que desapareció. La roca se quedó enrrollada en la punta del Drak.
- Desaparecerá -murmuró Safra.
Lo siguiente que se vio fue como una gran fuente de vapor se esparcía por toda la aldea destruida, donde sólo quedaba restos de lava solidificada, hielo y el gran Drak convertido en lava sólida.
- Eso fue... -recitó Olav.
-Impactante -terminó Xianat.
Vimos a lo lejos que una tropa de la ciudad llegaba al lugar donde estaba los restos de la batalla. En la cabeza se encontraba Zita y Sfer trasformados y detras los seguían varias razas de criaturas pertenecientes de la guardia. Llegaron con nosotros.
- ¿Se terminó? -preguntó jadeante Zita.
- Sí -respondí.
- ¿Venimos para nada? -preguntó con incredulidad Sfer, a lo que puse una mala cara.
Nadie le contestó.
De algo que estaba seguro es que Zita y Sfer, tenían una actidud de mierda. Pero incluso Zita pudo contestarle, pero siendo Sfer, a nadie le caía bien.
- Gracias a Safra, todo se solucionó -felicitó Dustin aún agarrado de los hombros de Xianat y Olav.
- Fue aterrador -dijo nerviosa Safra.
- Hombre, como no lo iba ser, sino fuera por tí y por Drak del invierno, todo estaría perdido -alentó Ralph.
- Tienen razón -le acaricié la cabeza- Gracias a tí y tus ganas de criar a un gusano, todo está bien.
Ella infló las mejillas.
- Gracias -murmuró por lo bajo.
Adular a un humano, nunca fue lo mío, nunca conviví con uno y no me llamaba la atención de estar al lado de uno. De pequeño contaban terribles historias sobre ellos y hubo una época donde los despreciaba por lo de mi abuela.
Sino fuera por mi abuelo que me enseñó que no todos tienen la culpa, yo aborrecería a toda la especie de esos seres. A mi abuelo le costó mucho por hacerme cambiar de opinion, pero agradezco su esfuerzo que hizo. Sino fuera por él, Safra no estaría con nosotros.
- Así que la chiquilla salvó el día ¿Eh? -dijo cínico el idiota de Sfer.
De nuevo nadie le contestó.
- Vamos a darle el informe a Su Majestad -dijo Elf para dejar a ese ignorante atras.
Nos encargamos de entregarle la piedra del clima a la anciana Edeak, ella solucionaría donde la iba a colocar. Los demas ayudamos un poco en arreglar las casas de los Yetis, ya que se lo dejamos a cargo al escuadron del... de Sfer.
Todos nos dirigíamos hacia la ciudad charlando sobre lo difícil y aterrorizante que estubo este día, cuando noté que Safra se había quedado atrás.
Me di la vuelta para verla, estaba parada con una mano en su estómago y con los ojos abiertos como platos.
- Sa... -no terminé de decir nombre por la sorpresa.
Ella se derrumbó y cayó, dejando ver la flecha azul que tenía un poco atravezada.
- ¡Safra! -grité y me dirigí hacia ella.
Los demás también corrieron hacia ella.
Al mismo tiempo que cayó, un portal se abrió, dejando caer a una mujer vestida de rojo a su lado también herida.
- ¡Tenemos que ayudarlas! -exclamó Siena.
¡Carajo!
Editado: 16.07.2021