Primer intento

- Tierra llamando a Charlie –

La pelirroja se hallaba pacíficamente sentada junto a una redonda mesa con otra persona, tenía la cabeza reposada sobre su mano y sus parpados aleteaban, cada vez que estaban a punto de cerrarse y permitirle a la pequeña joven descansar unos pálidos dedos chasqueaban frente a ella, trayéndola de nuevo a la realidad.

- ¿Puedes parar de hacer eso Sergio? – se quejó mientras se sentaba con la columna recta

- Puedo hacerlo, pero significaría que tu cara caiga dentro de tu almuerzo – hablo con su tono indiferente

La pelirroja estaba agotada los tres se habían pasado toda la noche intentando idear algún tipo de plan para poder ingresar desapercibidos al lado B, pero parecía ser casi imposibles, había guardias en la entrada desde que Peter y Billy fueron encontrados fuera de la habitación a altas horas de la noche.

- Mira pelirroja creo que encontré una manera de entrar – hablo con cierto desprecio el de cabellos rizados

- ¡Ya déjala romeo y ven aquí! – grito la chica para que una figura a unos metros de ella mirara.

Como era de costumbre, Tahiel se había alejado de ellos hace unos minutos atrás, tiempo en el que se dedicó a piropear a distintas chicas con las que hablaba, a algunas les daba flores y a otras simplemente les acariciaba el cabello o el rostro, aquel chico era todo un don juan, solo elogiaba a todas esas jóvenes por entretenimiento puesto que ninguna lograba que su corazón se acelerara, que se pusiera nerviosa o siquiera que se sonrojara, aun nadie había conseguido flechar a tal joven sin embargo el caminaba por la vida hipnotizando a las personas con su falso interés, y sus cumplidos.

- Ya voy princesa – ronroneo juguetón mientras se sentaba nuevamente en aquella redonda mesa azul - ¿tienen algo nuevo o seguimos atascados?-

- Pues no lo sé Sergio dijo que descubrió algo interesante

En el momento en que el muchacho se dispuso a abrir su boca dejando escapar su helado aliento  alguien más tomo la palabra. por él, obligándolo a unir nuevamente sus labios y prestar una gran cantidad de su atención a las palabras emitidas por los megáfonos en el techo del comedor, al parecer los directivos tenían algo de urgencia que comunicar.

“Alumnos y alumnas del lado A tenemos un comunicado especial para ustedes: debido a la reducción de estudiantes que sufrimos durante este primer trimestre les informamos que tendremos una re organización de los dormitorios, en la puerta del comedor comunitario tienen los nombres de sus nuevos compañeros de habitación, les pedimos que luego del almuerzo tomen sus cosas y se muevan a sus nuevos cuartos, a casi lo olvido chicos, sus cuartos ahora serán mixtos, sin excepciones “

En cuanto aquella voz masculina termino de pronunciar las últimas palabras un silencio profundo se apodero del comedor por los siguientes segundos, para que luego la mayor parte de los adolescentes que allí yacían se pusieran bruscamente de pie dispuesto a llegar lo antes posible al cartel que indicaría donde y con quien dormirían a partir de ese momento.

Ninguno de los jóvenes tenía la más mínima intensión de correr despavoridos hacia el cartel, no tenían problema en esperar hasta que el embotellamiento de gente se disolviera para poder ir más calmados y cómodos a chequear sus nuevas habitaciones. En cuanto la muchedumbre se esparció por los pasillos los tres se pusieron de pie rumbo a aquel pedazo de papel plastificado adherido a la pared, en cuanto llegaron frente a él en sus rostros se dibujó una expresión sorpresiva, Charlie buscaba pacientemente su nombre hasta que finalmente lo hallo, Charlie Mander, Tahiel Pureblod y Sergio Rodigh, habitación 19. Charlie alzo la cabeza para mirar a Tahiel quien le dedico una sonrisa, giro su cuello aun con la cabeza en alto para poder divisar a Sergio, este simplemente la miro por unos segundos por el rabillo del ojo sin expresión alguna, luego le dio la espalda a la más baja y comenzó a alejarse lentamente.

- Voy a buscar mis cosas –

Se alejó a paso lento hasta desaparecer entre los pasillo. Cuando lo conoció lucia mucho más amable pero cada vez que hablaban la muchacha sentía que el contrario la despreciaba hasta con la última molécula de su cuerpo.

- ¿siempre es así? – pregunto Charlie con un tono decaído dirigiendo su mirada a Tahiel quien seguía mirando el pasillo por el cual el más alto se había marchado.

- ¿Quién? – ladeo la cabeza y luego la miro - ¿Sergio? No el suele ser mucho más…amigable, solo esta siendo dramático porque esta ofendido –

- ¿ofendido? ¿por qué? ¿hice algo? –

- Más bien no hiciste algo, él te salvo de los guardias, te cuido cuando te desmayaste y ahora está ayudándote a salvar a tu amiga, pero tú nunca le agradeciste nada – pronto Tahiel comenzó a moverse – yo que tu hablaría con él, pero por ahora busquemos nuestras cosas –

La de orbes rosadas camino detrás del más alto con la mente en otro mundo, era verdad que Sergio la había ayudado mucho y ella nunca le agradeció por esas cosas, ni siquiera se molestó en intentar conocerlo, estaba tan centrada en recuperar a la única persona que alguna vez se preocupó por ella, que no se dio cuenta de que tenía a una ante sus ojos. Luego de caminar en distintas direcciones por los pasillos Charlie llego a su viejo dormitorio, el último lugar en que vio a Susi antes de que se la llevaran.

- Tahiel…busco mis cosas y los alcanzo en el dormitorio nuevo -

- Como tú quieras princesa – dijo para guiñarle un ojo y continuar su camino.

La muchacha sintió un leve rubor en sus mejillas que pronto desapareció, estúpido Tahiel, pensó mientras su mano temblorosa se posaba sobre la helada perilla dorada de su anterior cuarto, cerro sus ojos, suspiro pesadamente e ingreso lentamente en su cuarto, Sus cosas lucían exactamente igual, las cosas de Melany ya no se encontraban en la habitación, las de Susi tampoco…al parecer algún guardia las retiro, sin embargo todas las pertenencias de Mayra seguían en su lugar, incluso estaban ordenadas, algo extraño ya que la última vez durante la discusión de dicha chica y Susana la habitación quedo hecha un chiquero.