Enero 27, 2017
10:37 am
『 K Y L A N 』
Lo diviso desde la lejanía y me acerco lentamente. Tal como lo dice en su mensaje, está solo. No tiene a su pandilla tras su espalda y dudo de algún francotirador oculto, él no es ese tipo de persona, él es esa clase de hombres que confía más en su arma que en su equipo, y de seguro está cargado hasta los dientes de municiones. Podría ser ventajoso, por un lado, te evitas traiciones y decepciones, pero nadie puede cubrirse la espalda a sí mismo. Yo podría perfectamente haber venido con mi equipo y pedir que le dispararan antes de que siquiera pudiéramos enfrentarnos, pero somos hombres de honor, y eso él lo sabe. Esta sentado en la primera fila de la galería en la cancha del F.A; en ningún momento dejo de mirarlo, luce tranquilo, y su cuerpo tan relajado como si en realidad estuviera esperando a su mejor amigo para ir a jugar, no a punto de verse con uno del bando contrario. Se levanta de su asiento con una sonrisa en él rostro cuando me ve acercarme y coloca sus manos en las caderas con gesto burlesco.
—Encantado de verte— dice. Me cruzo de brazos y mantengo al menos un metro de distancia entre nosotros. Lo examino un segundo y me permito sentir odio; lo que más irrita de él, o de ellos en general, es la furia que me hacen sentir, casi como si desprendieran un tipo de droga que me hace perder la cordura, o un tipo de olor completamente desagradable. Quizá es porque todos tienen esa actitud asquerosamente arrogante de creerse superior a los demás aun cuando les están apuntando a la cabeza y la completa desventaja es clara.
—Ve al grano— gruño. Ya es una pérdida de tiempo haber aceptado venir a esta estúpida reunión sin sentido, solo quiero terminar e irme. Su sonrisa no lo abandona, incluso mis palabras y el tono seco parecen hacerle gracia.
—Se rumorea que has estado en los Dealers— declara. —Incluso que subiste a los Meddiums— esta vez el que sonríe soy yo.
—¿Por qué el interés? ¿Tienes miedo? — punto para mí por conseguir bajarle la estúpida sonrisa.
—Ten.
—Tregua que me prohíbe correr en la Elitte, por lo tanto, es una tregua que no he roto— me defiendo. Él frunce el ceño, sabe que sus quejas no tienen fundamento y que yo estoy derrumbando cada prueba con la que quiere derribarme.
Se toma un segundo para mirarme; su sonrisa se ha desvanecido, ahora incluso puedo decir que empieza a verse amenazante.
—Vengo a hablar en lugar de mi hermana.
—Oh, espera— frunzo el ceño y finjo cara de pensativo. —¿Esta es una reunión para hablar de mi vida amorosa? Porque creo que primero necesito una cerveza.
—Vine a confesarte mi plan para destruirte— escupe desviando mi irónica pregunta. Su mirada está perdida hacia la nada, sonriendo de manera desorbitada como un loco. —Es un plan tan perfecto, que merece que lo sepas— suspiro y espero que vuelva a mirarme.
—Ya, pues creo que no me interesa.
—Oh, yo creo que si— inhala fuertemente y saca su verdadera naturaleza comenzando a gruñir con voz ronca y desafiante. —Eres un hijo de puta, Bentley.
—Si, pero eso ya todos lo saben.
Kriek se acerca a mí y está a poco de apegar nuestras narices, sin embargo, no retrocedo, decido enfrentar su reto. —Quiero destruirte de la misma forma en que tú lo hiciste conmigo, porque no te mereces algo tan bueno como lo que estás viviendo. Voy a encargarme de acabar con todo lo que te rodee.
—¿Y qué? ¿Piensas chocarme el carro? Porque los acuerdos no puedes romperlos.
—Es bastante hipócrita de tu parte que hables sobre romper acuerdos, cuando toda esta mierda ocurrió porque tu los rompiste.
Achico los ojos. —Esa parte ya está arreglada. Por eso está el maldito tratado.
Él suelta una sonrisa seca. —Lo que quiero destruir no está dentro de ningún acuerdo.
Jo.der.
La sonrisa que me muestra al final me deja mucho peor, porque bastante tarde me doy cuenta de que esta realmente hablando.
—Tyee es una linda chica, entiendo completamente porque te gusta. Destruyes todo lo bonito que tocas.
Con la sola mención de su nombre, mi cuerpo se tensa en rabia. Por fin entiendo a que es de verdad, lo que viene todo esto. Me mantengo sereno, pero aprieto los puños para mantenerme en la cuerda estable con la que debo vivir en este mundo. Después de sus palabras, se dos cosas. Lo primero, es que sabe mucho de nosotros, ha investigado tanto, que ha dado con el clavo que de ser sacado, tambalearía la torre entera. Su remordimiento ha ido tan hondo, que está dispuesto no solo a arriesgarse conmigo, si no que con todos nosotros. Porque aún sin acuerdos, nos iríamos todos contra él. Lo segundo, es que aun así, no sabe nada en lo absoluto de ella. Porque yo jamás destruí a Tyee, ella ya lo estaba.
—La he observado tanto, que incluso le he tomado cariño— continua. —Y por eso, de cierto forma creo que tomaré el camino más difícil en todo esto. Voy a darte la oportunidad de que te alejes de ella. La dejare viva porque sé que será más difícil verla cada día y saber que no puedes tenerla.
Trago saliva como si fueran almendras enteras.
No sí que es lo que realmente me pone peor; si el hecho de que averiguara tanto de nosotros sin darme cuenta, o saber que ha estado también acosándola a ella sola, frente a mis narices, que yo sabía que ocurría, y que jamás se me ocurrió indagar más allá. Supuse que la situación tendría que ver netamente con ella y el pasado que tan recelosa esconde, y creí que a ella no le gustaría que fuera yo quien terminara contando sus secretos. Se que es algo que jamás me perdonaría, porque es algo que a mí tampoco me gustaría que hiciera. Entonces lo deje estar, y aquí esta mis deducciones dándome con palos en la espalda.
Me muestro serio e impenetrable, finjo profundo desinterés y relajo mi cuerpo lo máximo que me es posible.
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Editado: 05.11.2020