Amor mío,
Creo que nunca te hablé de él, nunca te comenté lo que sucedió entre nosotros, nunca te dije cuán feliz e idiota fui a su lado.
Le amé, también te amé a ti, nunca será el mismo amor pero es lo que siento por ambos, un amor lindo y que no es felizmente recibido.
No me malinterpretes, siento cosas fuertes por ti pero en nosotros todo fue una montaña rusa, intensa y loca. Nunca supe realmente el motivo que te llevó a fijarte en mí, aunque nunca hice la pregunta en voz alta. Simplemente veía tus ojos caramelo y encontraba la respuesta, me amabas.
En cambio, con él todo fue simple pero feliz. Éramos niños buscando música y pizza, buscando divertirnos, buscando problemas pero no fue suficiente, nunca lo es.
He querido regresar a él, me pregunto cómo estará, qué habrá sido de la chica que le gustaba y cómo lo irá con su novia. He estado esperando un mensaje que no llega y por temor a la burla no soy la primera en ir a su encuentro, no puedo, no lo haré.
No puedo regresar a ti aún, hay heridas muy grandes por sanar y una brecha que nos separa que debemos reparar. Falta tiempo, no estamos listos, no estoy lista para regresar a ti, para volver a tus brazos.
Creo que por primera vez he sido sincera en este aspecto, hubo alguien más y hasta que regrese a ti, supongo que habrán otros, es inevitable, tú también tienes a alguien más.
Puede que nos hagamos falsas ilusiones al pensar que volveremos a estar juntos en un futuro. Tal vez no nos veamos de nuevo nunca y tal vez no lo vea a él jamás. Tal vez este pesar que embarga mi sueño sea un desperdicio de sentir, tal vez ninguno piensa en mí pero una parte de mí sigue con esa curiosidad morbosa, con esas ganas de saber, con ese deseo de confirmación.
Hay cosas que no cambian, mi curiosidad es una de ellas, es gracioso cuán fácil era discutir éstas cosas contigo y ahora ya no puedo hacerlo.
He de discutir con tu recuerdo.
Tuya.