Julio 5, 2017
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| Tyee |
La felicidad del día es reemplazada por la soledad cuando se acaban las visitas y llega la noche. Yendo contra todo lo que debería ser, apago la luz de la lampara cuando veo que ha pasado la media noche. No le temo a la oscuridad y no va a afectarme más de lo que este lugar ya lo hace. Y aun así, no hay manera de que pueda comenzar a dormir. Me invaden los recuerdos, me atacan cada vez que cierro los ojos, obligándome a volver a abrirlos. No me sorprendería si para cuando salga el sol por la mañana, no he conseguido dormir nada. A veces esos recuerdos incluso tienen voces.
Vuelvo a abrir los ojos con la respiración exaltada soltando maldiciones. Lo malo de estos recuerdos, es que no se limitan solamente a los hospitales, sino que también se mezcla con todos los demás, del Burlestt, del orfanato, hasta incluso algunos que ni siquiera existen. Prendo el reproductor de música de la habitación para distraer mi cabeza, y vuelvo a intentar cerrando los ojos. Me concentro en entender la letra, cantando cada parte que recuerdo y memorizando las que no.
Siento un sonido proveniente de la puerta, y vuelvo a abrir los ojos, para descubrir si es que realmente existe, o lo estoy imaginando. Unos segundos más tarde aparece una silueta, acercándose lentamente a la cama, pero incluso antes de que la luz que se cuela por la ventana lo ilumine, ya lo he reconocido.
—¿Qué mierda estás haciendo aquí? —le pregunto, aunque en realidad sea cual sea la razón por la que esta acá, ni siquiera me importa. Él sonríe cruzándose de brazos.
—No te apoye para salir, pero eso no significa que iba a dejarte sola.
Las esmeraldas brillan bajo la luz de la tenue luz de la luna. Va vistiendo tejanos, una camiseta blanca y la cazadora por encima, aunque apostaría que la lleva solo por costumbre, porque a estas alturas del verano no hace mucho frio.
—Te has equivocado— frunce el ceño en confusión. —Como chico malo se supone que debes entrar por la ventana.
Kylan se ríe. —Pues tu tampoco lo has hecho bien. ¿Quién pensaría que la chica mala les teme tanto a los hospitales?
Resoplo, y me gustaría poder cruzarme de brazos también, pero el yeso no me deja ni siquiera moverlo. Le dirijo una mirada y suelto una sonrisa cuando releo lo que los chicos han escrito allí, desde bromas hasta obscenidades, y por supuesto que no podía faltar el «Copa C» que escribió cada uno.
—Odio los hospitales— digo sin levantar la mirada. Es mucho más fácil confesar cosas cuando no estas mirando a las personas a los ojos. —Me aterran.
—¿Sabes la razón?— por el rabillo de ojo lo veo acomodar la silla para sentarse a mi lado.
—He estado en este tipo de lugares más veces de las que podría contar, y por razones que preferiría olvidar—suspiro, siento que con las palabras, me sube también una piedra que se estanca en mi garganta. —En el Burlestt... muchas veces estuve a punto de morir, porque esperaban hasta ese momento para hacer algo. Generalmente se trataba de hospitales clandestinos, así que puedes imaginarte lo malo que eran— la sonrisa que se me escapa de los labios, sale solo por nerviosismo. Concentro mi atención en cualquier cosa que me evite tener que mirarlo. Cuando tuve el-el aborto... la gente de allí solo tenía escasos conocimientos en el tema. Yo... de verdad pensé que iba a morir. Y sé que es parte del pasado, pero es todo lo que puedo recordar cuando estoy aquí— aspiro el aire como si acabara de salir de aguantar la respiración bajo el agua, y luego por fin me atrevo a mirarlo, porque hablar de ellos me está haciendo recordar los hechos con muchos más detalles, he comenzado a temblar.—Los veo cada vez que cierro los ojos.
Kylan toma mi mano entre las suyas, esta tan frío. —Ya no estás ahí, y no lo estarás nunca más.
Asiento lentamente. —Pero es tan difícil deshacerse de los fantasmas del pasado.
—¿Y has elegido ser enfermera?
—El problema no es la construcción, es ser la que está en estas camillas. Es tener que depender de alguna otra persona—suspiro. —Elegí esto porque ya no tendré que esperar que alguien más sepa como salvarme la vida, y porque trabajar aquí dentro me haría enfrentar mis miedos de alguna forma. Porque aún me atormentan.
—Estoy aquí— susurra. —Y lo seguiré estando cuando despiertes.
Me acomodo en mi almohada mientras él se encarga de subir mis tapas sin soltarme la mano. Me gustaría decirle que se acomode junto a mí en esta camilla fría, que me abrace y respire sobre mi hombro para recordarme como debo hacerlo. Me gustaría mostrarle la forma en la que mi corazón late cada vez que estamos así, solo mirándonos a los ojos, sintiéndonos de una forma menos íntima y más espiritual, me gustaría poder mostrarle lo que siento, porque sé que ni con todas las palabras del mundo podría lograrlo.
Tomamos caminos tan equivocados, que ni siquiera yo sé porque acabamos así. Fui tan idiota al creer que alejándome de él lograría olvidarlo. Quiero a Blake, mucho y durante el mes que estuvimos juntos lo disfruté mucho, me sentí bien, querida, protegida y amada, pero incompleta. No logre conectar, seguía buscando mi cable al universo, el tanque de oxígeno que me permitía volar.
Ahora que llevamos más de un mes separados, más de un mes en que debería haber aclarado mis ideas, darme cuenta de lo enamorada que estoy de Kylan y volver con él, no lo he hecho.
La pregunta no es «¿Qué estoy esperando?» sino «¿Por qué no lo he hecho aun?» Y ni siquiera sé si tengo una respuesta clara.
Pero en estos momentos, no sé si realmente podríamos hacerlo, estar juntos, porque todo va contra nosotros. A veces pienso que somos como dos líneas paralelas, condenadas a seguir el mismo camino, pero jamás a cruzarse. Y ahora justamente, en dos mafias distintas no sé si exista si quiera alguna forma. Nuestras vidas están en constante riesgo, cualquiera podría ser el primero en morir, y no sé si mantenernos así haría el dolor más llevadero, pero estoy segura de que no lo seria si le permitiera acercarse más. También puede ser que la siguiente vez que nos enfrentemos en una misión, él tenga mucho más que perder y no sea tan simple como decidir abandonar. Puede que realmente tenga que enfrentarlo. Tenerlo lejos me hace infeliz, pero perderlo me mataría. ¿Es así como me gustaría vivir?
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Editado: 02.12.2020