Perfidia

IV

—Ahora que esta consciente—el dios más viejo dijo, haciendo un ademán con la mano, llamando a los guardias que les habían acompañado antes—llevensela—ordenó

Al momento, los guardias se acercaron a la mujer, la peliblanca retrocedió alejándose de los otros dos hechiceros, con el ceño fruncido y mirando a Thor en un claro gesto de "¿no les advertiste?" Haciendo que el rubio se encogiera de hombros, tampoco era culpa suya que Padre de Todo no escuchara. Los guardias la acorralaron contra una de las doradas paredes de la cúpula y cuando la tomaron por los brazos para llevársela, una energía muy poderosa de color rojizo los lanzó lejos de su persona, se mantuvo firme con algo de dificultad y la mirada inflexible, tambaleándose y sosteniéndose de la pared dorada detrás de ella mientras cerraba los ojos con fuerza, tratando de mantenerse en control, Loki y Frigga intentaron acercarse cuando pasó todo, pero Odin se les adelantó y los detuvo con un movimiento de su mano, el pelinegro únicamente se detuvo por que su madre lo sostuvo del brazo y se lo pidió en silencio con la mirada. Le tomó del brazo sin delicadeza, sabiendo que ella se lo permitiría y por eso no ocurrió nada extraño, el dios paseó su mano por el brazo desnudo y aún herido, haciendo que su magia reaccionara con la que corría por sus venas, provocando un jadeo de sopresa de su parte.

—No... ¿como fue...?

—Thor ¿acaso no fui muy clara contigo? Estos pobres guerreros tendrán una jaqueca terrible cuando despierten—dijo ignorando al viejo, usando un tono de fingida preocupación deshaciéndose del agarre como si este quemara

— ¿Cómo sabias donde estaba? Mi padre Bor...—miró a la peliblanca con asombro y molestia, no creyendo posible que hubiese logrado encontrarlo, más las pruebas eran claras

—Lo escondió bien, pero no lo suficientemente, soy buena en lo que hago, por esa misma razón desde niña se me obligó a buscarlo sino...—miro de reojo a Loki, cosa que no pasó desapercibida por la reina, sacudió la cabeza de manera negativa, ignorando su propio dolor—No importa ahora, el punto es que el Aether, cuando lo encontré, no reconoció la magia de Malekith o eso fue lo que dijo, al ser la persona más cercana, me poseyó a mi, no dudo que todo haya sido parte de un plan—cerró los ojos un momento, dando un suspiro cansado, pasando una mano alrededor de su cuello, donde el pesado collar lo envolvía y le lastimaba, todos reaccionaron con sorpresa al apenas haberlo notado

—Sabes lo que pasara si se queda dentro de ti ¿verdad?—dijo serio el Dios Supremo, ninguno de los hermanos estaban siguiendo el hilo de la conversación, haciendo muecas confusas

—Lo sé, y no me importa, no tengo nada que perder—se encogió de hombros y cerró los ojos—seguro que algo podrá hacerse—tras una inhalación profunda, las heridas emanaron una luz rojiza y luego algo similar a vapor, haciendo que se cerraran lentamente, bueno, al menos podía manipular la magia un poco

—¿Qué harías? No tienes el poder...—no lo admitiría, pero estaba muy sorprendido con lo que estaba haciendo la bruja

—Tuve el poder para encontrarlo y lo tengo ahora para mantenerlo lejos de Malekith y ocuparlo, creo que eso me da méritos—abrió los ojos una vez estuvo curada, su mirada era fría

—Con mayor razón debes estar encerrada—comentó con frivolidad

—¿Estas loco? No puedes hacerlo—se acercó molesto el dios de las mentiras hasta ambos

—Claro que puedo hacerlo, yo soy el rey, además ¿no la odiabas?—dijo sin inmutarse por el enojo del otro

—Eso no importa ahora, esta herida—respondió mordiéndose el labio inferior, su único pretexto, el cuál ya no existía

La peliblanca apretó los puños con enojo y frustración, evitando perder los estribos, era una teoría, pero cuando estaba enojada sus poderes se descontrolaban gracias al Aether haciendo que no solo sus poderes de hielo se hicieran cargo del asunto, situación que le recordaba mucho a cuando era niña, pero eso era otro tema. No miró al pelinegro hasta que se sintió lista para hacerlo, su voz sonando indiferente y peligrosa.

—No necesito la ayuda de nadie, Hijo de Odin, puedo hacer esto sola, siempre lo he hecho y siempre lo haré, no planeo quedarme aquí de todas formas.

—No tienes otra opción…—exclamó confiado el Padre de Todo

—Por supuesto que la tengo, tu eres el que no tiene opción, vieno estúpido—gruñó con el cabello elevándose suvemente alrededor, los presentes jadearon ante tales palabras—sí me quedo aquí, Asgard estará en riesgo, Malekith sabe que estoy aquí y aunque no lo supiera, puede sentirme, el Aether lo llama—su tono era desdeñoso, lleno de rabia contenida mientras miraba hacia el puente

Sin embargo, detuvo en seco su perorata cuando le asaltó un terrible dolor de cabeza, haciendo que tomará ésta entre sus manos, ahogando pequeños gemidos de dolor, cerrando los ojos con fuerza en un gesto contenido de dolor, su piel se volvía grisácea y marcas extrañas nacían en la piel expuesta, que no era nada más que el Aether moviéndose alterado debajo de la piel lechosa, buscando salir pero siendo retenido por la usuaria en ese momento, siseaba suavemente la lengua muerta de los Svartalfàr ante la mirada atónita de los menores, la mirada seria de Odín y la preocupada de Frigga, Livet no estaba segura de porqué estaba reaccionando así.

— ¿Livet, que tienes?

Cuestionó alterado el dios de cabello negro, colocando una mano en su hombro desnudo, siendo que al momento sintió que la piel le quemaba mientras ella hacía más pronunciada la mueca de dolor, apartó su mano, observando de esta a ella con atención y extrañeza, pues su piel había reaccionado al volverse azul y la zona que había tocado en el cuerpo ajeno, se arremolinaba en un rojo oscuro, casi agrietando la piel, en ese momento, Frigga que se había mantenido al margen, se acercó murmurando con su diestra iluminada de color plata, colocando esta sobre aquel lugar y logrando hacer que el Aether cediera, dejando una marca extraña que sanaba lentamente a la vista de todos.




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