Al día siguiente.
Mike no se encontraba en su tienda, más bien ni siquiera la abrió, de nuevo, estaba decidido a pasar el resto del día con su amada Nanaba. Por lo cual se fue a alquilar un par de caballos a Jean.
-Aquí están- Jean jalaba una correa en cada mano- Este galán es Romeo- movió la correa del caballo de color café- Y esta belleza es Julieta- movió ahora la correa de la yegua blanca- Cuídalos bien- le extendió las correas a Mike.
-Descuida. Lo hare- Mike acepto las correas con una mano y con la otra saco dinero de su bolsillo- Tus caballos están en buenas manos.
-Te tomare la palabra- Jean acepto el dinero.
Mike iba a decir algo más hasta que sintió un olor en el aire.
-Por cierto, tu esposa viene para acá.
-¿Qué?- Jean miro a ambos lados pero no vio nada.
-¡Jean!- Sasha apareció por detrás de Mike- Te olvidaste, otra vez, el almuerzo- mostro un paquete amarrado en tela.
-Te lo dije- volvió a afirma Mike con una pequeña sonrisa- Buenos días, señora Kirstein.
-Buenos días, Mike- Sasha correspondió al saludo- Pero dime solo Sasha- se colocó a su costado y le acercó el paquete a Jean.
-De acuerdo.
-Lo siento, cielo- Jean acepto el paquete- Es que me quede dormido y los caballos tienen horas fijas para comer.
-Y tú también -le regaño Sasha- Te preocupas más por los caballos que por ti mismo, tal vez, para que no olvide comer, te dé heno y alfalfa.
Mike se río un poco ante eso.
-Por cierto- Sasha ahora volteo hacia Mike y vio que sostenía a dos caballos- ¿vas a dar un paseo con alguien especial?
-Sí, conocí a alguien- respondió sin más.
-¿Es quien creo que es?
-…- Mike no dijo nada solo asintió.
-Te deseo suerte en tu cita, me gustaría mucho asistir a tu boda.
-¡Sasha!- ahora Jean le regaño- No lo presiones.
-Incluso puedo preparar tu pastel de bodas- Sasha le hizo caso omiso a Jean.
-Me daría gusto que le hicieras, eres un gran panadera- Mike solo le seguía la corriente.
-Desde ahora te doy un consejo, nunca olvides tu aniversario. Es lo más importante para una mujer, es el día en que unieron sus vidas. No vayas a ser como cierta persona que conozco muy bien y, que si vuelve a olvidar nuestro aniversario, o mandare a dormir al establo sin cenar- cuando termino de hablar Sasha volteo la cabeza para ver a Jean, pero este ya estaba doblando la esquina de la calle- ¡Jean! ¡Vuelve aquí!- antes de emprender marcha tras de él, volvió a ver a Mike- ¡Ten un buen día!- comenzó a caminar rápido- ¡No dejes a tu esposa hablando sola!
Mike solo vio como Sasha se iba corriendo de tras de Jean. No pudo evitar sentir gracia pero también lástima por Jean.
Aunque esa parte si no era su culpa, él nunca dijo que todo sería dulce como la miel en una pareja destinada.
Mientras el caminaba con dirección a su tienda, donde acordaron reunirse, en la librería de Armin se encontraba Nanaba.
-Aquí están tus libros- Armin coloco varios libros sobre el mostrador- Debe de gustarte muchos la naturaleza- comentó ya que todos los libros que solicitó Nanaba eran relacionados con las flores, arboles, ríos y demás cosas.
-Me gusta mucho la naturaleza, hace que uno se relaje y se olvide de todas las cosas de este mundo.
-Eso es muy cierto- opinó Armin- Pero para distraerme me gusta más leer sobre el mar, algún día me gustaría conocerlo. ES mucho más grande que un rio.
-Sí, tanto que te distrae de traer tu almuerzo- ninguno se dio cuenta el momento en que Annie ya había entrado a la librería.
-Oh, buenos días. Señora Arlet- Nanaba la saludo de forma educada.
-Buenos días, señorita Richis- Annie respondió al saludo y camino hasta quedar a un lado de Armin- Es increíble que lo olvides, tú eres quien lo prepara.
Nanaba se sorprendió un poco ante eso, por lo general eran las mujeres las que cocinaban.
-Lo siento mucho- se disculpó Armin- Me preocupo más que llevaras tu almuerzo, tanto que descuidé el mío. Es que tu trabajo es más duro que el mío, trabajas todo el día en la herrería y quiero asegurarme que te alimentes bien. Es el deber de todo buen esposo cuidar a su bella esposa.
Annie se sonrojo ante eso y bajo la cabeza.
-Ammm... ya, me voy… gracias por los libros- Nanaba se sentía algo incomoda, además de sentir que no encajaba en aquella escena tan dulce- Gracias por todo- dejo el dinero, coloco todos los libros en la bolsa de tela que tenía y se cubrió la cabeza con su capucha- Tengan buen día- salió de la librería casi corriendo.
-No digas eso cuando hay alguien más- se quejó Annie- Es vergonzoso.
Armin rio un poco ante eso.
-Perdona, pero ya no soporto decirlo solo en casa. Quiero que todos sepan que estoy casado con la mujer más maravillosa del mundo.