Narra Matthew
Hoy ha sido un día tranquilo, las clases una mierda claramente pero de resto normal; y eso me asusta.
¿Por qué querido amigo?
Por el simple hecho de que ella no ha hecho nada desde el mensaje de anoche.
No me digas, te las diste de valiente anoche escribiéndole a su teléfono que sabrá Dios cómo lo conseguiste y ahora andas asustado de lo que te pueda hacer...
Suena patético si lo pones de esa forma
¿Tal vez porque lo es?
Tú cállate
Me encontraba saliendo de la tercer clase del día cuando en un abrir y cerrar de ojos algo, no, alguien me agarra del cuello de la camiseta y me estampilla contra los lockers.
A la mierda, ya sé quién es
Tus deseos se hicieron realidad
Solté un quejido mientras cerraba los ojos esperando el impacto contra mi cara pero nada... así que abrí los ojos con cautela para encontrarme cara a cara con el par de diamantes que ciertamente me miraban como si me fuesen a asesinar en cualquier momento.
-¡TÚ! ¿Cómo conseguiste mi número?- espetó notablemente molesta
Naaah que va, si no me lo dices no me doy cuenta
No pude articular palabra, me sentí como el ser más pequeño sobre la faz de la tierra; pero me recompuse al pasar un par de segundos, no dejaría que una simple chica me intimidara de esa forma.
Pero bien que lo hizo, ¿no?
En serio te empiezo a odiar
- Oooye juls, tranquila, el número me lo dio tu querido novio de dos metros- le dije en tono arrogante, a lo que ella soltó una carcajada que hizo que todos los que nos veían pasaran de mirarla con miedo a estar extremadamente confundidos; como si fueran a entrar en un colapso mental.
Y esta qué, ¿Es bipolar y no lo sabía?
Créeme que tengo exactamente la misma pregunta
Mientras ella reía soltó un poco su agarre a mí; lo que me dio la libertad de poder pararme firme en el suelo y ver la situación a mi alrededor. A nuestro lado se encontraba un chico de ojos verdes que miraba divertido la situación; como si dentro de la nada le fueran a traer palomitas de maíz mientras veía el mejor espectáculo de su vida.
A los pocos segundos, Juliette se empezó a recuperar de su ataque de risa ya que este había logrado sacarle una minúscula lágrima en su ojo derecho.
¿Usted es bobo o se hace? Es su ojo IZQUIERDO, pero según donde estamos parados se ve como si fuera el ojo derecho
Si yo soy bobo por descarte tú también; somos la misma persona genio.
- Chris... y... yo... ¿pareja?... Buen chiste Müller- dijo entre risas ya normales, mientras todos seguían mirándola extraño. Como si ella hubiera leído mis pensamientos, automáticamente puso su semblante serio y su mirada fría volvió a su ser. Con una voz fuerte e imponente mandó a todos al carajo y la gente volvió a lo suyo.
Verdaderamente es bipolar querido amigo
Ahora si te empiezo a dar la razón
- Ahora sí déjate de chistes y dime cómo conseguiste mi número- dijo seria, pero yo internamente agradecí el hecho de que no me volvió a estampillar contra los lockers. -Voy en serio Jones, le pedí tu número a Christian y él me lo dio- le dije con burla a lo que ella susurró algo entre dientes para sí misma antes de soltarme del todo y mirarme ahora con su pálido rostro lleno de diversión y burla.
¿Y ahora qué le estará pasando por la cabeza a esta mujer?
- ¿Y tú como para qué querías mi celular?- me dijo alzando una ceja, a lo bien ni yo puedo hacer eso, me sale como si me hubiera dado un calambre en la cara. La respuesta de nuevo me dejó mudo en mi sitio, de hecho ¿Por qué rayos lo hice?
Por imbécil
Al ver que no le respondí nada, simplemente se fue en camino a la salida de la escuela con el raro ese que nos miraba. En cuestión de un par de segundos, se escuchó un grito que me heló los huesos.
- ¿¡QUIÉN FUE EL PEDAZO DE IMBÉCIL RETRASADO MENTAL QUE RAYÓ MI PRECIADA MOTO!? ¡LO VOY A MATAR!
Narra Juls
¡Es que ahora si no me interesa si fue la reina de Inglaterra quien rayó a mi bebe! Se las va a ver conmigo de una puta buena vez.
El francesito a mi lado palideció al punto de ser hasta más blanco que yo -lo cual ya es mucho de por si- pero se recompuso al segundo y mostró una sonrisa como la del gato de Alicia en el País de las Maravillas, no me digas que...
- Yo fui, tu moto estaba atravesada así que simplemente la empujé con mi carro un poco hacia la izquierda- Contestó tan fresco como si le hubiera preguntado qué día es junto con un tono altivo y arrogante, narcisista de mierda ahora sí lo mato.
Esto sonará bastante animal pero en cuestión de segundos, nos encontrábamos en el suelo; yo encima de él y pegándole un buen par de golpes en su ya no tan uniforme cara por imbécil. Él no se quedó atrás defendiéndose, pero la rabia corría tan rápido por mi ser que no había forma de que yo parara, al contrario, me impulsaba a seguir hasta ver su cara vuelta nada.