Donato
8:30 a.m.
Si alguna vez tuvieron la sensación de estar atrapado, sofocado, con mucho calor y dificultad para moverse, seguramente han de sentirse como yo en este momento.
~bmzzzz, bmzzzz~
Mmmm...
¡Ese maldito ruido!
Es tan difícil hacer silencio para que este sexy ser pueda descansar, por qué jodidos hace tanto calor. Será que se dañó el sistema de acondicionamiento, debo mirar eso.
Intento moverme, pero siento un peso medio muerto sobre mi costado lo impide. Ohhhh! hay tentáculos de pulpo subiendo por estos. ¡Escalofriante!
Mierda no!
Abrir los ojos de golpe, solo para estrellarme de golpe con la realidad de que no sé dónde jodidamente estoy, o por lo menos mi cuarto no está pintado de este fucsia chillón que fácilmente puede hacer llorar a un niño de 7 años, que esté en la etapa de odio a las niñas llorosas llenas de mocos.
¡Si, definitivamente este no es mi cuarto!
Ah, y supongo que debo mencionar que hay un bollo mal envuelto y con mucho cabello rubio saliendo de uno de sus extremos, y que de ese bollo salen los tentáculos del mal que me rodean.
Intento distraerme de mi dormido raciocinio para saber qué es lo que voy a hacer primero.
~Bzzzzz, bzzzz~
Maldito ruido, que ahora que analizo es la vibración de mi celular, que está entre las cobijas y el bollo con tentáculos de pelo rubio. Me estiro para tomarlo y....
¡Jodida mierda!
¡La reunión! ¡Papá! ¡La empresa! ¡El bollo rubio mano larga!
Joder, joder, joder.
Ahora si el Señor Lucas Falconi va a tener una excusa para echarme en cara cuán poco capaz soy de llevar la dirección de la Refinería, pero claro Donato tú tenías que joder todo.
¡Me lleva la mierda!
Salgo de las garras succionantes del bollo, que hasta ahora reacciona mostrando su cara.
Bueno al menos es bonita
—Nene vuelve a la cama— dice con la voz más chillona y estorbosa que he oído en mi vida. ¡Retiro lo de bonita! Parece que hubiera inhalado una pimpina de helio.
¡El alcohol siempre te falla Donato, siempre!
—ehhh... no me puedo quedar cariño, debo ir a trabajar— digo mientras hago un barrido por el brillante cuarto, tratando de ir ubicando lo que sea que traje puesto, no puedo ir a casa. Solo llegaría más tarde al regaño.
— ¿No quieres desayunar?, no sé cocinar pero siempre podemos pedir algo a domicilio mientras tú y yo nos despertamos juntos— dice estirándose y hablando en ronroneos como si fuera un maldito gato, desde cuando los humanos pueden hacer eso.
Evito tener que alargar mi estancia en su presencia y ya con el pantalón puesto, los zapatos calzados y la camisa a medio poner, avanzo a la puerta mientras pienso en como despedirme sin que arme un drama.
—Tranquila cariño deberías descansar un poco más, te ves un poquito agotada, ¿por qué no duermes un poquito más?— digo analizando el pasillo que esta tras la puerta. ¡Sin muros en la costa!
— ¿Te llamo y almorzamos?— pregunta con un brillo en los ojos que les juro da miedo— si me das la dirección, puedo ir a tu trabajo a buscarte, de paso conozco un poco lo que haces.
Eso es todo amigos. Si creían que era mentira lo de: "ver pasar toda tu vida futura frente a sus ojos", les digo que están en el más grade maldito error.
Justo en este momento, puedo ver a esta rubia de voz chillona y manos con función de tentáculos succionadores, con un pomposo vestido novia con muchos adornos fucsia ronroneando ante un sacerdote en el altar de una iglesia, así como muchos niños mocosos y chillones con la cara de su chillona rubia madre.
¡Esta noche tendré pesadillas!
—Tranquila cariño, ¿qué te parece si yo te llamo y cuadramos todo?— propongo pensando cómo salir de este lugar antes de que me amarre a la cama.
—Pero nene, no tienes el número mira dame el tuyo y yo te...
— Claro que me lo diste bebé, ¿no recuerdas?, me hiere que no recuerdes— si la distracción será útil.
>>Mira voy a dejar pasar que no recuerdas mucho de nuestra súper noche y te llamaré a penas salga del trabajo para cuadrar lo otro ¿Si?
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risas aseguradas, suspiros garantizados, enamoramientos fugases
Editado: 07.08.2018