Kate fue la primera en despertarse sintiendo un leve dolor en su costado, no abrió los ojos sabiendo que las ventanas estaban totalmente abiertas y la luz provocaría un fuerte dolor, así que con mucho cuidado busco los lentes de sol que le había prestado la oji-verde, se los coloco y vio con una pequeña sonrisa a su acompañante. Verla dormir provocaba una sonrisa que hace mucho no aparecía en su rostro, ver a Lauren Jáuregui dormir provocaba que las emociones que juro no volver a sentir aparecieran nuevamente, todo en su mente estaba hecho un lio. Desde su llegada a Estados Unidos todo era completamente diferente, aquellos cuatro meses sin ver a la oji-verde había producido en ella una necesidad que no había sentido en mucho tiempo, su madre lo había notado, hasta sus mejores amigos lo habían notado, aquella azabache había alborotado su mundo y no sabía muy bien cómo controlarlo, quería avanzar con ella pero su pasado siempre aparecía en su mente para arruinarlo todo, sus recuerdos con Natalie siempre cobraban vida, hacían que todo futuro con la oji-verde se desboronara de manera inmediata. Temía meter la pata con Lauren, le asustaba poner en peligro a la oji-verde y más perderla, sin ella quererlo Lauren se había convertido en parte esencial en su vida, algo que la complementaba y aunque quería tener una relación con la azabache su temor podía más que ella.
Trato de levantarse con sumo cuidado tratando de no despertar a la oji-verde, después de salir de la cama averiguo la hora y se dio cuenta que tenía suficiente tiempo para prepararle un desayuno a la oji-verde, bajo las escalera tratando de no hacer muchos movimientos bruscos. Llegando a la cocina sintió su celular, rápidamente lo reviso el mensaje que había llegado y al verlo una cara de disgusto apareció en su rostro.
— ¿Seguiremos con el plan original o vamos abandonar?
Soltó un suspiro cansando, recostó en la pequeña isla que había en la cocina y medito su respuesta. ¿Seguiría fingiendo ser una estudiante de dieciocho años o dejaría aquella farsa? Era una decisión que ameritaba pensar, ella podía abandonar la escuela e ir con facilidad a una universidad y retomar el último semestre para poder ejercer como enfermera, tenía veintidós años, ya se había graduado como enfermera en su país natal pero tenía que retomar la equivalencia para poder obtener el título y poder ejercer en aquel país. ¿Qué la detenía? Nada, ella no tenía inconveniente en nada, ella es prácticamente una ciudadana americana, podía entrar y salir del país cuando quisiera, podía trabajar y cobrar los cheques ya que tenía una cuenta bancaria, entonces ¿qué la detenía? Pues cierta oji-verde con un hermoso cabello azabache se lo impedía, quería compartir con ella el "último" año de secundaria pero a este punto necesitaba hacer la equivalencia para poder trabajar en un hospital.
— No, es hora de avanzar, tenemos que ir a la universidad si queremos trabajar en nuestras especialidades.
Sabía que con esa decisión tenía que contarle cierta parte de la historia a Lauren, no podía abandonar así de simple sin decir nada, más sabiendo cómo era la oji-verde de curiosa, ella haría lo posible por saber la verdad y antes de que se entere por terceros prefería decírselo ella misma.
Le preparo el desayuno a la oji-verde lo mejor que pudo, quería darle una sorpresa o por no menos darle algo con que pasar la noticia que le iba a dar, nuevamente subió la escaleras con la bandeja que contenía el desayuno, con cuidado se acercó a la habitación de la oji-verde asegurándose de que siguiera durmiendo; cuando lo comprobó entro lentamente tratando de no hacer mucho ruido, dejo la bandeja en la cómoda y reviso la hora, aun tenia lo suficiente para contarle todo.
—Lauren... Lauren, despierta— trato de despertarla con momentos leves pero al parecer la oji-verde tenía el sueño pesado—. Vamos ojitos despierta, tienes que ir a clases — dijo mientras acariciaba el rostro de la azabache pero aun así no se levantaba, así que tuvo que ingeniárselas pero antes de que intentara algo noto que la oji-verde solo estaba fingiendo dormir, negó divertida ante lo infantil que se veía pero luego sonrió de manera picara—. Lauren, juro que si no te levantas te quitare la ropa y te lanzare a la piscina — observo como la oji-verde se estremecía pero aun así se negaba a levantarse, ni lenta ni perezosa la castaña comenzó a subirle lentamente la camisa y cuando estaba a nivel de los senos la mano de la azabache la detuvo.
— ¡Ya desperté! — Dijo mientras se incorporaba en la cama bajando nuevamente la camisa—. No tenías que hacerlo.
— ¿No tenía? La señorita infantil estuvo como diez minutos jugando a hacerse la dormida, como querías que te levantara— dijo mientras se levantaba y buscaba la bandeja en la cómoda y se la entregaba.
—Gracias, y tal vez quería que me despertaras con un... Beso — dijo la oji-verde un poco bajo pero aun así la castaña la escucho, se acercó lentamente hacia la azabache colocando sus manos en las mejillas, termino de cerrar el espacio plantando un suave beso.
—Bien... Necesito decirte algo importante — dijo Dan después de separarse de la oji-verde, observo como la miraba y asentía mientras comía—. Voy a dejar el colegio...
— ¡Qué! — Grito la oji-verde escupiendo un poco el jugo—. No puedes, tú tienes que estudiar. Si tienes problemas económicos yo te puedo ayu...
—Hey, cálmate, no es lo que parece — dijo tapando la boca de Lauren, la miro con una pequeña sonrisa—. Ahora voy a quitar mi mano y me dejaras hablar ¿entendido? — Lauren asintió —. Bien, no tengo la edad que aparento, cuando estaba en mi país estaba recién graduada de enfermería. Yo en realidad tengo veintidós años de edad no dieciocho, durante los inicio de la guerra aún se nos permitía estudiar, fue por eso que pude sacar mi carrera, cuando llegue aquí nos recomendaron que entráramos a la secundaría y pues así lo hice, pero ahora tengo que seguir Lauren. Otra cosa es que soy ciudadana americana y...