Pide Y Se Te Dará

Capítulo 1

Les contaré una historia, algo que vi y no viví, una historia que no es mía, pero estuve ahí como si lo hubiese sido. Es una historia que le pudo haber sucedido a cualquiera y probablemente no me creerían si se los contara… a lo mejor, no me creerás incluso si hubieses estado ahí.

No es una historia cualquiera… No pasó hace mucho tiempo, de hecho, es un poco extraña. Puedo jurarte que no inventé nada de lo que pasó. Simplemente es algo que no suele sucede. Confieso que aún guardo mis dudas sobre lo que sucedió, pero no te las contaré para que no nubles tu juicio; te quiero atento. Necesito que me escuches. Como ya dije, quizás no creas nada y te levantes antes de que termine, pero quiero que sepas que todo es verdad, todo pasó; sé que parecerá inverosímil, pero fue así. Y con eso debe bastar.

**********

Una tarde estaba en casa, no recuerdo por qué, pero es un clásico. Tenía mi celular en la mano y recibí un mensaje de ella. Hace mucho no me comunicaba con ella, pero siempre éramos así. A veces nos perdíamos por semanas, pero los sábados, cuando me tocaba quedarme en su casa; nos poníamos al tanto de todo. Todas las cosas que no habíamos hablado. Ella era así; ella es mi mejor amiga y a la que más quiero.

Ese mensaje venía acompañado de una foto. La foto era de un sujeto X, que nunca en mi vida había visto. Su mensaje era algo así:

̶ Hey, Juli, mira a este tipo. ¿Está guapo? ̶ escribió ella. Miré al sujeto en la foto. No era feo, pero definitivamente no era mi tipo… se veía como alguien bien cuidado, alguien que se preocupa por sí mismo. Pero… ¿Quién coño es este tipo?

̶ Bueno, del 1 al 10. Le doy un 8 (para no ser tan mala) ̶ respondí.

̶ “¡¿QUÉ?! ¡¿TÚ ESTÁS LOCA?! ESE TIPO ES UN 12 ̶ respondió ella.

Sentí que me dio una bofetada con su respuesta. Asumí que estaban saliendo y así fue. Ella me contó todo: que era muy guapo, que le gustaba mucho y dice ella que él es muy inteligente. Parece que el sujeto fue su platónico en la escuela. Cuando acabó, lo único que pude responderle fue: “No te la defeques, pero sé tú misma…”. No quería ser “ave de mal agüero”, pero teniendo en cuenta las poco prometedoras relaciones amorosas que ambas habíamos tenido, ya no le tenía tanta fe al amor.

En el fondo, deseaba que de verdad le fuera bien con él, porque la noté feliz, emocionada y hacía mucho tiempo que no la veía así. Sin embargo, me invadía un halo de preocupación, me daba miedo que no funcionara y de nuevo la vería llorar o deprimida como la última vez, que de solamente recordarlo se me parte el corazón.

***********

Creo que soy del tipo de persona que sueña despierta, pero analizo todo lo que sueño… no sé si eso cuente entonces como algo que haría un soñador. Le hago críticas, preguntas de justificación y análisis a mis sueños como si fueran pensamientos científicos. Creo que no soy lo suficientemente crítica para ser alguien completamente racional ni soy lo tan soñadora como para permitir liberar mis pensamientos así por el mundo. Lo que sí sé es que pienso mucho, a veces más de lo que digo o hago.

El golpeteo del vidrio del auto me sacó de lo que estaba pensando. Era ella. Le abrí y se subió, tiró su maleta en la parte de atrás.

̶ ¿Y esa cara? ¿Qué te pasa? ­̶ preguntó ella.

Una conversación existencialista a esta hora de la noche no creo que sea muy conveniente. Mi cara siempre mostrando lo que no quiero enseñar, era imposible de ocultar que me pasaba algo, pero usemos el plan de contingencia: una mentirita blanca.

̶ Nada, incluso a esta hora hay mucha gente aquí. Panamá ya no duerme… ̶ respondí observando cómo la gente se bajaba de algunos buses. La terminal siempre estaba llena. Volteo el rostro hacia su dirección y ella tenía un gesto impasible, algo así como “no soy estúpida, pero está bien”.

̶ El sepelio estuvo lleno. Alejo conocía a mucha gente…̶ dijo con cierto asombro.

̶ Aún no puedo creer que haya muerto. Cuando me llamaste parecía una mentira… ̶ respondí y mis palabras cayeron en silencio alrededor.

La calle seguía un poco congestionada a pesar de lo tarde que era. La gente iba y venía. El tráfico se había vuelto un problema serio; llegar puntual a algún lugar se había convertido en una verdadera “Odisea griega”. Salir de casa ya era un deporte de alto riesgo. Panamá ya no dormía temprano desde hace mucho tiempo.

̶ Tanto esfuerzo y no pudo disfrutar la carrera… tanto páramo, tanto trabajo para nada… se me hace tan injusto, tan jodidamente injusto. ̶ sus ojos se cristalizaron y su voz comenzaba a quebrarse ̶ Juli, ellos no lloraron. Ni su mamá ni su hermano. ¿Puedes imaginar cuánto habrán llorado antes para que no lo hicieran en su funeral?



#49768 en Novela romántica

Editado: 01.03.2018

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.