Planeta Eris: durante la paz

CAPÍTULO 19. HARTS, MÁS QUE UNA PLEBEYA

Los resultados podían clasificarse como perfectos; en la historia de Manipura nunca nadie dentro de la Turf había nacido con tales características ni entre la realeza, incluso sería extraño en Sahasrara, la chica fácilmente entraría entre la clase elite. Por los antecedentes que mencionaba la joven JPa comenzaba a sospechar sobre su verdadero origen. Harts había nacido en el primer año de la nueva rotación, cuando apenas finalizaba el caos que había caído sobre quien siempre fue la Turf más poderosa del Planeta Eris y existía la posibilidad de que ella fuese la hija pérdida de algún noble de Sahasrara ya que en esos primeros años muchos niños nacidos en la Turf desaparecieron; incluyendo el príncipe heredero recién nacido.

JPa era el tipo de persona que adoraba los misterios y conocer a Harts era uno nuevo que deseaba resolver. El físico, su prana y su personalidad resultaban en una combinación tan especial que era casi imposible que fuese una simple plebeya; después de todos los siglos que tenía la humanidad establecida en el Planeta Eris, las clases sociales y las familias ya estaban bien establecidas, la herencia genética era muy estricta aun cuando ocurrían ciertas mutaciones. Con todo eso en mente, debía informarle sobre ello y sobre sus teorías a la Reina Ceres. Sin importar el origen de Harts e incluso su relación con la diplomática, era una persona con dones muy importantes para la Turf.

La Reina Ceres se encontraba en su oficina con su hija, la princesa heredera, a quien le leía en voz alta el tomo veinte sobra la historia de la Turf, que incluía su crecimiento durante la rotación número 12. Antes de entrar a la oficina, JPa acomodó su gabardina plateada y toco la hermosa puerta de roble oscuro. En el interior la Reina detuvo su lectura, observó la puerta y miró a su hija.

—Adelante —proclamó la princesa levantándose de la silla sobre la que estaba sentada.

La puerta se abrió y seguidamente la líder de investigación entró cerrando la puerta tras ella; inclinó su cabeza con respeto. La Reina tomó asiento tras su escritorio, recargó sus codos sobre la mesa y su hija se puso de pie, a su lado izquierdo. En ese momento la Reina le cedió la palabra.

—Es un breve resumen —dijo JPa y le entregó un documento.

La Reina lo tomó y comenzó a leerlo, luego de un minuto le dio el documento a su hija.

—Además de su cuerpo y en especial sus ojos, no pensé que la joven tuviera algo más interesante y quizá, llegue a pensar en su personalidad. Nunca imaginé que mi hermana contrajera matrimonio.

La princesa dejo el documento en la mesa, las estadísticas de la joven extranjera eran incluso mayores a las de ella, que era de la realeza. Antes de cualquier otro comentario por parte de JPa, la Reina miró a su hija y le preguntó sobre las implicaciones especiales que con llevaba dicho informe; la princesa aclaró su garganta y se colocó frente al escritorio.

—Los resultados tienen implicaciones sociales; especialmente a nivel tecnológico, militar y mágico.

La princesa explicó que todo usuario con el prana o nivel de magia mayor a los estándares esperados a una persona normal en la Turf está obligado a brindar su talento a la misma. Según sus estadísticas depende lo que la persona deberá hacer incluso si es un plebeyo; dicha persona deberá casarse con algún noble para que las futuras generaciones hereden tal calidad en la magia y con las estadísticas de Harts, ella podría estar fácilmente clasificada para casarse con alguien de la realeza, incluso un heredero. Además de eso, Harts deberá practicar con su magia e intentar controlarla al máximo y con ello unirse al área de investigación y salud, así como apoyar con el encantamiento de armas y objetos, y, de ser necesario deberá unirse al ejército.

—Correcto —dijo la Reina y su hija regresó a su lado—. La chica es una extranjera y ya está casada con un noble que es mi hermana, con su nivel de magia, sus hijos seguramente heredarían estadísticas importantes para las futuras generaciones de la Turf y aunque me cueste decirlo, es un desperdicio que esté casada con Träd.

—Así es, necesitamos que Harts tenga herederos biológicos—mencionó JPa cruzándose de brazos—. Podemos aplicar la ley de la realeza.

La Reina se sorprendió, pero comenzó analizar la posibilidad. Un Rey o Reina está obligado a tener un matrimonio con alguien del sexo contrario y concebir mínimo tres hijos con él, pero si en dado caso el Rey o Reina se enamoran de alguien del mismo sexo tienen derecho a mantener ambas relaciones, siempre y cuando sus dos parejas estén de acuerdo; la ley solo aplica a la realeza, nunca ha sido aceptada por los jueces de Anahata aplicado a algún noble.

—Aunque Anahata lo permita, dudo mucho que mi hermana lo acepte o la joven.



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En el texto hay: magia, nobleza, lgbt lesbian

Editado: 27.05.2019

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