Amaneció, no recordaba haberme dormido. Desperté entumecido.
Camine hasta el baño, me mire en el espejo y descubrí que estaba cubierto de sangre
seca. Un acceso de memoria espontáneo devolvió un recuerdo borroso. Yo había
degollado a una persona la noche anterior.
Sin ningún sobresalto salí al comedor, donde encontré el cadáver boca abajo casi
flotando en un pequeño lago de sangre. Deberán disculpar aquella macabra obra, pero
aquel cadáver que yacía a mis pies no era humano. No nació en este planeta,
probablemente fue cultivado.
Mi realidad ha sido mentalmente intervenida desde hace unos meses, escucho
susurros en lenguas artificiales, ruido distorsionado y ecos creados en el vació.
Frecuencias que solamente mi mente capta. He documentado ampliamente estos
fenómenos junto a evaluaciones psicológicas regulares, de modo que pueda dar a
conocer mi caso ante la comunidad científica, sin embargo, después de unos meses de
iniciar mi investigación formal de los hechos, he notado a personas extrañas
rondándome. Me siguen cuando voy a lugares públicos, nunca son la misma persona.
He descubierto que algunas notas han desaparecido de mi caja fuerte, tengo evidencia
de este suceso debido a que guarde los originales en otro sitio. Ayer por la noche
decidí tender una trampa y uno de estos humanoides entro a mi apartamento, es por
eso que lo degollé.
Este cadáver es una prueba determinante para mi teoría de los humanoides extra-
planetarios. Ahora mientras cae la noche, espero pacientemente a mi amiga Leonora,
quien ha sido testigo de mi investigación y participará realizando la autopsia al
humanoide.