–A partir de ahora yo te llevaré a la escuela. ¡Súbete al auto! –Lucas interceptó a Alexa y a Lucas Jr. mientras salían.
El niño se escondió atrás de su madre.
El hombre dirigió una mirada de coraje a Alexa.
–Tu madre también irá. ¡Súbanse!
La chica abrió la puerta trasera, ayudó al niño a subir y le colocó el cinturón.
Cuando iban en camino pensó con nostalgia lo bonito que hubiera sido ir juntos a dejar a su hijo a la escuela o haber hecho las actividades cotidianas como pareja y padres. Resignada se dijo que el hubiera no existe.
Luego de entregar al niño caminó a la parada de camiones. Lucas la siguió.
– ¡Regresa al auto! –pidió.
–No, mi camión está por llegar –respondió ella.
–Debo decirte algunas cosas relacionadas con Lucas Jr.
–Está bien –dijo Alexa abordando a regañadientes–. Por favor sé breve.
– ¿Acaso tienes prisa? ¿Vas a darle la buena nueva a tu amante? –Lucas parecía angustiado.
–Tengo un empleo y un horario por cumplir –respondió ella impaciente.
–Eso no es un empleo pues te sales a la hora que quieres al hotel con tu noviecito. Tengo las fotos sexys que le envías, los audios donde se dicen tantas cosas sucias. Realmente no sabía que eres tan ardiente y te gusta el sexo a diario –había amargura en sus palabras.
–Hay muchas cosas que no sabes de mí pues nunca quisiste una relación. Todo lo que soy era para dártelo pero lo rechazaste –aprovechando un semáforo Alexa abrió la puerta del auto–. Esta noche me iré con Lucas Jr. a la casa de mi madre.
–Seguro te vas a ir con él, ya se pusieron de acuerdo –gritó Lucas–. Te advierto que mi hijo jamás vivirá con ese bastado.
–Piensa lo que quieras –dijo Alexa y se marchó.
Eren dio a Alexa los datos del abogado que llevaría su defensa en el caso de divorcio.
–No te preocupes, yo me haré cargo de los gastos. De igual manera si no quieres vivir con tu madre rentaré un departamento donde estarás cómoda con Lucas Jr. Te pido que no pelees, no luches ni te desgastes, a veces lo mejor dentro de una tormenta es rendirse a ella. Todo va a salir bien.
–Gracias amor. Preguntaré algo de lo que nunca hablamos. ¿Cuál es el futuro de nuestra relación?
Eren se quedó pensativo un momento.
–Te amo infinitamente y deseo que sigamos juntos por toda la vida si es posible. No concibo estar sin ti, eres mi todo. Sin embargo no puedo divorciarme, eso quedó claro desde el principio. Lucrecia es una buena mujer y no puedo pagarle de esa manera. Te ruego que sigamos así por un tiempo. Dejaremos que la tormenta pase y las cosas se acomoden de la mejor manera para todos. Cuentas conmigo.
– ¿Qué sucedería si Lucrecia se llegara a enterar? –preguntó ella.
–Obviamente su reacción sería bastante mala –respondió Eren–. Eso no va a pasar, seremos más cuidadosos. Ella viaja todo el tiempo y por alguna razón parece tenerme confianza.
Alexa estuvo el resto de la jornada trabajando en su oficina y cuando acabó se quedó pensando que debía replantearse la relación con Eren. Era la primera vez que salía de la burbuja y veía la realidad. Lucas y ella no eran una pareja en realidad así que no creyó que le estuviera haciendo daño pero aun así él se decía lastimado. ¿Cómo se sentiría Lucrecia si lo supiera? Eren y ella se llevaban bien y con seguridad el golpe sería brutal.
Se sintió mala persona así que salió de la oficina sin avisarle a Eren y pasó el resto del día sin revisar su teléfono.
Cuando Lucas llegó a la casa fue a la recámara y volteó a ver las maletas.
–No se vayan, me iré yo, no quiero que mi hijo ande rodando de acá para allá.
–Está bien –aceptó Alexa. No quería tener que dar explicaciones a su madre y a su hermano. Tampoco aceptaría que Eren le rentara un departamento. Con su salario apenas y lograría pagar un cuarto en una zona alejada así que el ofrecimiento le resolvería el problema temporalmente. Deseaba reflexionar sobre lo que haría. Dejaría las cosas tranquilas como le había pedido Eren. Sería por un corto período, una vez divorciada tomaría una decisión.
De alguna manera Eren y Alexa se relajaron y continuaron su amor como si nada hubiera ocurrido.
Pasaron unos meses y Lucas no se fue de la casa. Convivía más con su hijo y buscaba conversación a Alexa. De vez en cuando le llevaba algún presente.
– ¿Por qué no has tramitado el divorcio? –preguntó ella al no recibir notificación alguna.
–No es un tan sencillo. Voy a acercarme a mi hijo, soy su padre y debe confiar en mí. Es muy dependiente de ti y eso debe cambiar. Estoy haciendo lo mejor para él así que necesito tu apoyo. Saldremos los tres los fines de semana porque no quiere ir si no lo acompañas.
Alexa cedió ante ese argumento así que cada sábado y domingo iban a comer, al cine, a algún parque o sitio divertido. Parecían la familia perfecta.