Capítulo 5

Misuk estaba segura que quería desaparecer de allí. Sentir a sus amigos besándose a su costado y haciendo cursilerías era como una estaca directo al corazón, y se sorprendía a sí misma de no haber estallado en lágrimas hasta ahora. Sabía que no era culpa de ellos, solo querían que ella estuviese allí porque era especial para ambos.

Pero no podía.

La habían invitado al cine, después fueron a pasear y en todo momento, Misuk se sintió como la tercera rueda y violinista. Resumiendo: sobraba.

–Feliz aniversario, amor – le dijo Jimin a Soojin haciendo naricitas con la mencionada.

–Lo mismo digo, cariño.

Misuk los contempló.

Ella lo conoció primero. El tiempo de Jimin debía ser para ella. Esas palabras deberían ser para ella. Los besos de Jimin debían ser para ella.

Su novia debería ser ella.

–¿Misuk? – preguntó el chico asustado por la expresión de la mencionada.

La de cabellos cortos salió de su ensoñación y sintió un dolor en las palmas de sus manos. Había presionado sus uñas tan fuerte que prácticamente había rasgado su piel e hilos de sangre caían lentamente.

–Yo... – los miró sin saber que decir.

Al final salió corriendo.

Mientras andaba sin sentido alguno se halló a sí misma en el parque vacío bajo la lluvia que caía sin parar. Y entonces, lo dejó ir. Sus lágrimas caían sin pausa alguna y los gritos escapaban de su garganta sin moderación. Creyó ser fuerte, pero sus sentimientos la estaba consumiendo.

Se estaba volviendo un monstruo.

Pero en eso, sintió las gotas dejar de caer sobre ella y un brazo posarse en su hombro. Abrió los ojos encontrándose a Taehyung mirándola con preocupación.

–¿Qué te ocurre? – habló bajo.

Misuk siguió llorando sin poder evitarlo. Lo único que quería era consuelo, y Taehyung parecía ser el único que podría dárselo.

–Soy de lo peor...

–No digas eso – contestó frunciendo el ceño –. ¿Qué pasó?

Misuk lo pensó y fácilmente pudo resumirlo. Taehyung sintió que se podía quebrar por la dolorosa sonrisa que le dio la chica. Pero ella siempre lucía alegre, ¿tal era su dolor?

–Estoy... estoy rota, Taehyung – murmuró mirando al suelo –. Estoy hecha pedazos y temo que pronto me volveré un monstruo.

Miró al chico que guardaba silencio invitándola a continuar.

–Tenías razón, Taehyung, es Jimin a quien amo. Desde hace mucho a decir verdad – volvió a sonreír –. P-pero yo... no quiero odiarlo. Ni a él ni a Soojin, no puedo y no debo. Yo los amo a los dos, son mis amigos. No quiero que eso cambie, no quiero perderlos... ¿qué puedo hacer para olvidarlo?

Guardó silencio. Él no podía comprenderla del todo, jamás se había enamorado de verdad y no tenía cómo aconsejarle. Rió mentalmente, al parecer siempre sería más fácil darle consejos a los demás. Pero ¿quién puede aconsejarse a sí mismo?

Taehyung no supo qué más hacer. Él no era de las personas cariñosas, jamás había abrazado a alguien que no sea a su hermana, ni a sus ligues a las que solo les daba un beso sin sentimiento. Así que se juró que solo por esa vez, haría una excepción. Envolvió a la castaña clara entre sus brazos dejando así caer el paraguas, pero trató en todo momento que la mayor parte de las gotas le cayeran a él y no a la chica que sollozaba frente a él.

Y a Misuk se le vino una idea en mente.

–Tú eres un Playboy... enamoras a cualquiera.

–Ya sé, me lo dicen siempre – se encogió de hombros.

–Entonces... enamórame a mí.

Taehyung se separó creyendo escuchar mal.

–Perdón, ¿qué dijiste?

La menor aún no levantaba la cabeza, presionaba sus palmas aún adoloridas mientras mordía su labio inferior. Realmente había perdido la cabeza al estar violando sus propios consejos.

Daba igual, de la misma forma saldría herida.

–Tú no amas a nadie, Taehyung – comenzó – no sientes nada por nadie por lo que esto podría funcionar. Valoro a Jimin y a Soojin más de lo que te imaginas y no quiero perderlos. Prefiero que tú me rompas el corazón y vivir sin ti a vivir sin ellos.

–Misuk, creo que no estás pensando correctamente –le había molestado lo que la chica dijo.

–Si tú me enamoras, entonces todo con ellos volverá a ser como antes. Saldremos juntos sin que yo desee que algo malo le suceda a Soojin, eliminaré ese sentimiento tan tóxico que crece en mí y me aterra.

–¿Me parece o solo estás pensando en ti? – bufó.

–Pero, ¿no es lo que siempre haces? – rió –. Tú no me vas a amar, Taehyung. Rómpeme el corazón como lo haces con las demás. Prometo no odiarte, asumiré perfectamente las consecuencias.

–Mira, Misuk, sé que estás mal, pero sinceramente no creo que...

Se interrumpió a sí mismo cuando la chica levantó la mirada con ojos acuosos y lágrimas que se camuflaban perfectamente con la lluvia. Sus labios tiritaban del frío y su rostro estaba más pálido de lo normal.

–E-stoy rota, Taehyung... – hipó –. Por favor, cúrame...

Y volvió a estallar en llanto.

Taehyung quedó en shock. Un golpe de culpa azotó su corazón; él tenía la esperanza de que Misuk confiaba en él. Creía que ella era diferente, que sabía que él también tenía corazón.

Pero se equivocó. Y aquella chica que curaba los problemas de los demás con consejos ahora estaba frente a él suplicándole que la destroce para poder salvar su amistad con los demás. Como si él no importara.

Sonrió con sarcasmo, si todos querían que él sea un desalmado, entonces lo sería. Se aprovecharía de Misuk y rompería su corazón tal y como ella quería.

Después de todo, él era bueno para eso.

–Lo haré – murmuró tomando su mentón – si tanto los quieres como para seguir lastimándote, lo haré, Chi-con – acercó su rostro –. Caerás tan perdida por mí que no verás a nadie más y tu corazón se quebrará más de lo que está ahora. Pero por supuesto, tendrás a Jimin y Soojin para consolarte.

Misuk sintió un escalofrío recorrerle la columna cuando los ojos fríos del chico miraron los suyos sintiendo cómo penetraban su alma.