Un día abrí mis ojos.
y tuve ganas de sentir el viento.
Ganas de oler las flores.
Ganas de saborear la miel.
Ganas de hacer alguna locura mientras río a carcajadas.
Ganas de pincharme con la espina de una rosa.
Ganas de que la arena no cayera en el reloj.
Ganas de leer un poema y desmenuzarlo.
Ganas de sentir el cesped en mi cuerpo.
Las estrellas en mi cara.
Y las nubes en mi mente.
Ganas de sentirme una niña.
Libre, traviesa y despreocupada.
Ganas de calentarme con el fuego de una vela.
De tu fuego.
Un día me levanté con ganas de ti.
Y ya nunca más se me quitó.