Y entendí que yo te quiero más y eso duele.
El peso de este amor es lo que me descompone.
En cada gesto, en cada acción, lo que me impone.
La verdad que entre nosotros se interpone.
Siento que este amor me invade, me desgarra.
Mientras tú, sin notarlo, solo callas.
Y yo, que intento ser fuerte, al fin me hallas.
En la sombra de mi lucha, siempre clara.
Cada palabra tuya es aire que me mata.
Pues sé que en tu mirada hay una falta.
De ese ardor que en mi pecho siempre salta.
Y entre las grietas, mi alma se desata.
Quisiera no sentirlo, no verlo tan cruel.
Pero el amor se muestra frío como un laurel.
Que en tus labios se marchita, que en mi piel.
Deja la huella del deseo que no es fiel.
Y aunque quiera apagar este incendio voraz.
La realidad me enfrenta, no hay más paz.
Mi amor es un océano, el tuyo quizás.
Una corriente suave que se va sin más.
Así en silencio me rompo, me desprendo.
Pues quererte más de lo que tú lo estás haciendo.
Es un peso que llevo, que en mí va creciendo.
Y en esta lucha interna sigo ardiendo.