No le pidas a mi boca
que trate de olvidar tus besos,
tan tiernos y a la vez perversos
y con una pizca de lujuria y pasión,
que se convirtieron en una obsesión
y ansias de sentir tu sabor.
No le pidas a mi cuerpo
que olvide tus caricias,
tan delicadas pero llenas de malicia,
tan suaves pero intensas,
que con tan solo un roce
lograrabas juntar el cielo con la tierra.
No le pidas a mi mente
que trate de olvidar tus ansias de
conocer la geografía de mi cuerpo,
tan sutil y a la vez intenso,
tan callado pero travieso.
No le pidas a mis ojos
que olviden tu mirada,
tan linda y delicada,
tan llena de deseo y ganas de mí.
No me pidas que te olvide,
porque no lo haré,
solo trataré de vivir sin tí,
y cada día queriendo morir
por tu inevitable ausencia,
pues yo con tu presencia, era feliz.