Al mirarte solo veo oscuridad.
Parecemos vagabundos en esta ciudad.
Nos encontramos solos en esta incomodidad.
Ya no sé cómo parar esta maldad que entre tú y yo está creciendo.
Solo dímelo, no tengas miedo.
Yo puedo estar contigo sin importar el destino.
Solamente pídemelo con una sonrisa cálida.
Con la que me animas en los peores momentos.
Aun cuando no lo haces intencionalmente.
Solo pídeme que me quede y no te abandonaré.
Porque abandonarte sería abandonarme a mí mismo.
José Albani