Me estás llamando otra vez.
Puedo escuchar tús susurros de dolor.
Puedo ver tú mirada vacía.
Háblame, sabes que no te dejaré caminar sola por la calle durante la noche.
No estás perdida, solo dormida y soñando.
Aunque sea un sueño o la realidad, siempre te acompañare aunque este roto.
No llores sola.
José Albani