La vida es la suma intolerable del polvo, la nada, la acumulación de rostros, la pertinaz lluvia y el universo del pasado. Suponemos que todo esto yace escondido en las penumbras de nuestro subconciente, pero el día a día carece de mordazas, y con su espada roza nuestros destrozados sueños, inermes y agonizantes. Nuestra realidad labra en nuestra alma los miedos generando un laberinto que, con fúrico "amor", nos engulle pausadamente. Las lágrimas escriben afanosas e irónicas historias a la par de insensatos versos, llenos de arduos confines en innombrables cosmogonías. ¿Qué injurioso individuo escribe nuestro destino? ¿Un dios o un loco? ¡Ojalá una maldición, saturada de anatemas, lo deforme y lo haga pálida ceniza! ¡ Ojalá su severa alma sea consumida en el aquelarre de la muerte!