En una tarde de abril preguntaste que es lo que quería contigo, pues mira cariño, yo quisiera transformar lo inmaterial en material a través de ti, miraste con confusión a esa respuesta, no me quedó más remedio que hacer explicita mi propuesta.
Yo quisiera alabarte, en el comienzo del fin.
Abrazarte, cuando no tengas a donde ir.
Besarte, cada día y cada noche, incluso si algún día nos separase un adiós.
Cuidarte como al tesoro más precioso del mundo.
Acariciarte con las ganas de apagar esta incredulidad que me hace dudar si eres fantasía o realidad.
Arroparte cuando las frialdades de tus miedos estén acechándote.
Investigarte, recorrer cada centímetro de ti hasta descubrir lo que ni tú te has descubierto.
Amarte hasta donde las divinidades me lo puedan permitir.
Apapacharte para que la soledad nunca vuelva a ti.
Entiendes lo que quiero decir, tú promueves el arte dentro de mí.