El misterioso hombre movía el bastón con agilidad, el ebrio no lograba mantenerse en pie debido los repetidos golpes al azar, cayó al suelo noqueado. Después el hombre ayudó a la mujer a ponerse de pie, ella temblaba sin dejar de llorar.
—Tranquila, puedes irte—Informó el hombre a la mujer.
Ella asintió con una sonrisa vaga, se escuchó un ''gracias''mientras corría perdiéndose en la oscuridad. Aquel hombre dio la vuelta y se fue. Con discreción le seguí sin imaginar que vivía en la casa de dicha dirección. Saqué mi arma y le apunté directo a la cabeza justo antes de que él entrara a la casa.
Dos preguntas me detuvieron justo antes de halar del gatillo ¿y si ese no era mi objetivo? ¿y si era otra persona? Guardé el arma y volví al hotel, al día siguiente iba a corroborarlo. Un mensaje de Defne me despertó por la madrugada.
*¿37 Hay algun avance con la misión? *
Le contesté un : *Estoy trabajando en ello, aún nada* no iba a notificar nada sin antes verificar mi información. Después de desayunar volví a las calles en dirección a la casa del objetivo. Me detuve un segundo antes de tocar el timbre.
Al tocar la puerta se abrió permitiendo pasar al jardín. Cinco escalones arriba la puerta de la casa se abrió, de ella salió un varón muy parecido a mi objetivo, su complexión era bastante parecida al hombre de la noche anterior.
—¿Quién es?, ¿qué desea?—Preguntó fingiendo cordialidad.
Me percaté de que su mirada estaba perdida, quizá me ignoraba.
—Mi nombre es Jordan Baysel, he venido por la habitación que está rentable—Contesté con voz ingenua.
—¡Ah!, por supuesto, pasa —Solicitó con amabilidad.
Subí los escalones con rapidez, segundos antes de cerrar la puerta me cercioro de que no haya nadie cerca de la propiedad. Una vez que la puerta se cierra giré mirándolo de frente.
El aspecto frío y misantropo que se veía con anterioridad en sus fotografías cambió por completo, ahora se ve relajado, incluso diría sociable y lleno de tranquilidad. Su cuerpo fuerte sigue estando en forma, el rostro rectangular, el cabello alborotado lo hacen lucir como una persona normal, una que jamás ha quitado una vida. Mirarlo así me causa cierta consternación.
Me asombré al observar a detalle el color de cada uno de sus ojos, el ojo izquierdo era de un azul tan brillante como el cielo, el ojo derecho era de un dorado reluciente como el oro, aunque ambos formaban una mirada vacía.
—Tus, tus ojos.
—Sí, lo sé, a las personas les causa temor. Supongo que son extraños—Dijo con voz cansada.
—Pues, a mi parecer son extraordinarios—Se me salió en voz alta lo que pensé.
—Gracias. Dime, ¿vienes por la habitación que está disponible?—Pregunta con sus manos sujetas al bastón.
—Así es—Contesté con seriedad.
Tomé el arma y le apunté directo a la cabeza, por primera vez dudé de quitar una vida, el aire se volvía cada vez más gélido con cada inhalación. Él tenía la vista en cualquier sitio menos en mí.
—¿Por qué no me miras de frente?—le pregunto antes de tirar del gatillo.
—Lo lamento, tuve un accidente hace dos años y perdí la vista, estoy ciego—Explicó pasando la mano por su cara.
Es en estos momentos donde siento latir cada pulso de mi cuerpo, me planteo si debo u no debo matarlo. Nunca antes había titubeado ante la vida de un ser humano. Un sudor frío empezó a cubrir mi frente, un nudo en la garganta me provocaba tragar saliva sin parar. Bajé el arma resignada ante la idea de que no podía matarlo por alguna razón desconocida.
—Perdóname, no lo sabía—Le consigo decir.
—No te preocupes, mi nombre es Evan Baeza—Se presentó con formalidad.
—Jordan Baysel, como lo había dicho antes.
—Jordan, te aviso, esta casa tiene seis habitaciones y tres de ellas están ocupadas por algunos inquilinos, si no tienes inconveniente con eso, puedes ver la habitación de inmediato—Anunció con seriedad.
—Sí,sí, está bien—Hablé consternada por mi cobardía.
—Acompañame—Pidió caminando escaleras arriba mientras seguía hablando sin parar—Cada habitación cuenta con baño propio, el desayuno, comida y cena viene incluido en el monto que debes pagar por la habitación.
La casa es grande y acogedora, del techo cuelga un candelabro brillante. Las paredes tienen un color pálido que es ideal para resaltar las obras de arte que contienen diferentes paisajes. Evan abrió la puerta de una habitación cómoda y espaciosa, tenía todo lo necesario para cualquier persona, un escritorio, closet, cama, lámparas, etc.
—Me gusta. ¿Cuándo puedo mudarme?—Pregunté.
—Hoy mismo, si lo deseas—Contestó.
—Perfecto, más tarde traeré mis cosas—declaré confundida sin saber que diantres estaba haciendo.
—Muy bien, organizaré una cena para que conozcas a todos los que viven aquí.
Una cena ¿Qué se supone debo decir a eso?.
Hola a ti, Ojalá te haya gustado el capítulo.
¿Cómo crees que le va a ir a Jordan en la cena?
¿Qué habrá causado Evan en Jordad para no matarlo?...
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Editado: 15.01.2024