Por el destello de tus ojos

Prólogo

Prologo.

 

Tenía lágrimas corriendo por mis mejillas, el dolor era insufrible y agonizante. No podía creer que a pesar de todo habíamos llegado hasta aquí, él y su padre estaban frente a mí pero no podían moverse, ni ahora ni nunca más.

—Le pedimos a Dios que tome el control de todos los aquí presentes, personas que Marcus John y Benjamin Arick Collingwood, dejaron atrás.

El orador del funeral hablaba muy lento a mi parecer, yo tenía la mirada fija en ambas tumbas y realmente anhelaba que todo fuese una pesadilla de la que pronto tenía que despertar, pero yo sabía que no lo era.

Me sentía sollozar y temblar y estoy segura que mis piernas golpearían el empapado suelo de grama si no fuese porque mi madre me sostenía con fuerza.

—Padre e hijo han alcanzado el reposo eterno, esperamos que Dios los tenga en su gloria y que todos quienes los amaron puedan sentir alivio ante el dolor —el Pastor fijó su mirada triste en mí y en la persona a mi lado.

No era un secreto, y más bien era notorio, que a quienes les había afectado más esta perdida, éramos Jane, la hermana de Marcus y tía de Arick, y yo, la novia de este último. Los demás estaban dolidos, no voy a negarlo, se les notaba, pero esos dos hombres se habían aislado tanto de sus conocidos que para estos, el acontecimiento era algo lejano.

—Queremos pedirle a Jane Collingwood y Sky Bellamy, que por favor, pasen aquí y den unas palabras —dijo el Orador.

Sentí las manos de mi madre empujarme un poco y enseguida, las de Jane tomar mis hombros. La miré, estaba tan abatida como yo, quizás más y eso me hizo sollozar de nuevo.

—Vamos, Sky, por favor —pidió Jane acariciando mi rostro.

Asentí de inmediato y respiré profundo intentando empujar el nudo de mi garganta, mientras, ella me guiaba al centro, justo en medio de las tumbas. Al detenerme allí sentí que mi cuerpo se descomponía, el cajón negro que contenía a Marcus, mi suegro, estaba a la izquierda y a mi derecha el que contenía a Arick, el gran y último amor de mi vida.

La primera en hablar sería Jane, sin embargo, no dio un paso al frente o se alejó de mí, en cambio pasó su brazo por mi espalda y yo hice lo mismo, ella estaba buscando un soporte así que yo era su opción. Mientras, yo sentía que mi cuerpo se debilitaba cada vez más, mi mente iba y venía a todos los recuerdos haciéndome sentir que necesitaría mucho más que un simple apoyo.

—Mi hermano era un hombre de negocios —comenzó Jane con voz audible —, fuerte, decidido, determinado, irremediablemente inteligente y con una gran carisma, quizás muchos de ustedes dejaron de ser partícipes de todo el cariño y comprensión que él tenía para ofrecer, pero eso no significa que dejase de darlas —hizo una pausa mirando al suelo —, Marcus se alejó de todos, se aisló luego de la muerte de Jazmín, su esposa, diez años atrás.

Llevé mi mano libre hasta mi rostro ante la idea de que ahora, padre e hijo estaban reunidos con su esposa y madre.

—Solo me dejó a mí adentrarme en su vida y en la de mi sobrino luego de tres años de la pérdida, me uní mucho a ellos, Arick era el rayito de esperanza de Marcus y yo solo esperaba que ninguno de los dos se derrumbara, eran fuertes y determinados, quizás muchos no puedan verlo así, pero ellos dos eran como esa parte de mi vida a la que yo llamaba felicidad.

Sentí que su agarre sobre mí se hizo más fuerte y la miré notando las lágrimas caer desesperadas por sus ojos.

—Ellos dos eran la única familia que me quedaba, no puedo imaginar cómo será mi vida ahora que ellos no están, eran mi refugio, mi apoyo, eran más de lo que pude creer y ahora es que puedo ser completamente consciente de ello, ahora que los he perdido a ambos —Jane tomó aire a profundidad — pero al menos sé que tengo a Sky – fijó su mirada en mí —, esta chica que fue la segunda persona en adentrarse en la vida de las personas que yo más amaba y se ha vuelto tan importante para mí como sé que lo fue para Arick y Marcus.

La abracé con fuerza, no iba a dejarla de lado nunca, ella lo había dicho, éramos familia, Arick había logrado unirnos y Marcus no había dejado de ser partícipe en ese intento.

El cielo estaba nublado, el aire helado, mis entrañas congeladas y mi cuerpo entumecido, quizás muchos no podrían entender mi dolor, lo sé porque me miran y parece que no pueden comprender por qué sufro tanto por este ser.

Pero es que Arick se metió en mi piel y en mis venas de una forma que nunca creí posible, me enamoré de él y sé que él también se enamoró de mí, me hacía feliz y yo intentaba hacer lo mismo por él. Y entonces Marcus nos apoyó, se volvió un padre para mí a pesar de que yo tenía el mío, él me brindó su cariño, su respeto, incluso llegó a apoyarme más a mí que a Arick cuando teníamos nuestras discusiones. Y los había perdido a los dos y al mismo tiempo.



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En el texto hay: mente perdida, thriller

Editado: 18.04.2021

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