-¡No digas si a todo por Dios!-Le grito a Alphonso estrellando contra el piso la percha que sostenía en las manos
-¿¡Qué quieres que te diga entonces!? ¡Si te digo que te ves horrible te molestas y si no también!-me grita de vuelta
-¿Me veo horrible?-Susurro volviendo a verme en el espejo, quizás tenía razón y la combinación entre blanco y beige no estaba bien
-Además la falda está demaciado corta Casandra, ¿Eso es lo que quieres? ¿Qué todos los hombres se te queden viendo el culo?-me replicó viendo su móvil
Niego aunque no me pueda ver-No, pero me gusta y...-
-No, no te gusta porque con esa falda pareces puta, y no eres una puta ¿O si?-inquirió dejando el móvil a un lado lanzándome una mirada asesina
-No, no lo soy-susurre, me quite la falda y la guardé, voltee a ver a Alphonso, el volvió a ver su móvil con cara de satisfacción
Suspiro y cojo un pantalón a cuadros blanco y negro, de todas formas me veré horrible, busco unos zapatos y me los pongo, por experiencia propia se que es mejor tener los pies sobre el suelo cuando se trata de niños o niñas
-¿Y ahora?-Me veo en el espejo desganada, no me gusta para nada este conjunto, no va conmigo, esta no soy yo
Alphonso desvió la mirada de su móvil, sonrió y se levanto de la cama, se acercó a mí y me abrazo por detrás
-¿Ves? así te ves mucho más bonita-me susurra cerca de el oído viéndome en el espejo, solo sonrío de lado al ver la imagen, no me gusta, y parece ser que mis gestos lo demostraron, porque Alphonso fruncio el ceño y se despegó de mí como si quemara
-¿No te gusta verdad? Lo sabía, ve, ponte esa falda, no me importa, no soy yo la que va a parecer una cualquiera, pero si te veo con otro, Casandra-y con eso se tumbó sobre mi cama para luego coger su móvil con enojo
Me alarmé, el siempre me replica, siempre lo hace-¡No! Si me gusta, solo es que me falta el abrigo eso es todo-toco mis dedos nerviosa, le estoy mintiendo otra vez, como siempre, me trago mis palabras para que no me deje
¿Quién querría a alguien como yo? Sin abdomen marcado, ni pechos prominentes o un gran trasero, sólo tengo a Alphonso
Me dije internamente mirándome en el espejo con desagrado
-Eso pensaba-respondió finalmente aún con el semblante enfurecido
Me fui a buscar un suéter marrón, me lo puse por encima de la blusa blanca tratando de que me agradara el outfit, pero que va
Solo volví a respirar en un intento vago de calmar mis inseguridades, y entonces ahí, frente al espejo de mi baño, fuera de la vista de Alphonso, llegan a mi mente las palabras de mi madre cuando le presente a Alphonso, justo el día antes de que me odiaran para siempre
-Hasta que por fin hiciste algo bien Casandra, mira que buen muchacho trajiste, espero que no andes como una cualquiera y dejes a este muchacho-
"Hiciste algo bien Casandra" por fin logré que a mi madre le agradara algo, no hice algo bien cuando cumplí mi sueño y me convertí en maestra, pero si lo hice cuando le presente a mis padres a alguien que potencialmente podría mantenerme
Justo como lo hace mi padre con mi madre, con el mismo trato que Alphonso me da a mí, no puedo decir nada, mi madre bien me lo había dicho desde pequeña
- No le contradigas a los hombres, no vuelvas a reclamarle a tu padre, que me pegue es asunto nuestro, nosotras sólo estamos para complacerlos ¿Me oíste Casandra?-
Mi pequeño corazón dio un vuelco a la vez que suspiré, sólo tengo que aguantarme y ya esta
Dejé de respirar cuando sentí la mano de Alphonso sujetando mi muñeca, por el reflejo lo pude ver con el ceño fruncido, me hizo voltearme, el me sonrió y paso unos de mis mechones sueltos por detrás de mi oreja
-Te amo ¿Si?-dijo cogiendo mi otra muñeca con su otra mano
Asentí sin saber muy bien que hacer o decir, de un momento a otro apretó la mandíbula y limpió las lágrimas que recién me había dado cuenta que tenía para luego besar mis labios con suavidad
Al ver que no le respondí se separó, soltó mis muñecas y salió del baño
Me giré y volví a observar mi rostro, sin una gota de maquillaje o algo que no fuera mi piel canela, no podía usarlo, a mis padres ni a Alphonso le gustaban
Recuerdo la primera vez que me compré una brocha, mis padres me castigaron fuertemente, y cuando hablo de fuertemente, es que fue fuertemente
Salgo a paso rápido del baño, me encuentro con la cama vacía algo desaliñada, la arreglo rápidamente, cojo mi bolso y salgo de la habitación revisando mi teléfono
3:42
-Demonios-Susurre para mis adentros caminando por el estrecho pasillo de mi departamento, chocando con algún que otro jarrón por no prestar atención a mi caminar
-¿Me llevas por favor?-
El solo sonríe y se levanta de la pequeña isla que uso para desayunar, coje las llaves de su auto y me extiende la mano, la tomo con un poco de recelo, enseguida caminamos hacia la salida, cierro la puerta colocando la tarjeta activando de inmediato todos los seguros del departamento
Entramos en su coche, Mini Cabrio del año, al momento arrancó, saliendo de la residencia luego de unos minutos, colocó su música
Sólo me limite a ver por la ventana del aciento de atrás, a Alphonso no le gustaba que me sentará delante, es muy peligroso, ya me lo había dicho, tampoco podía usar el teléfono cuando estamos a solas
-....es una falta de respeto hija, tenemos que darle toda nuestra atención a ellos, ya te lo había dicho-
Aburrida y con Alphoso cantando a todo volumen llegamos a la empresa en la que trabaja Kate
Wow, debe ser una marca muy grande para tener semejante edificio ¿Para qué querrán una niñera?
-Te amo-escuche de Alphonso antes de cerrar la puerta
-Yo también te amo-le respondo con una sonrisa triste Sólo te tienes que aguantar Casandra, Sólo espera a que se valla para explotar
Sonríe con satisfacción volviendo a encender el auto e irse