Casandra Adams
-¿Crees que esté bien vestida? ¿Tus padres son muy estrictos? ¿Hay un código de vestimenta? ¿Lo rompí? ¡Markus!-lo moví para un lado y al otro
-Tu tranquila, les caerás increíble ya verás-respondió haciendo su agarre en mi mano más fuerte
Oh no
Detecté el peligro de inmediato, No puedo tomarlo de la mano, el no puede tomarme de la mano, pero fue caballeroso cuando me extendió la mano, pero tengo novio
-¡Cassy!-Escuché el llamado de Abby, voltee en dirección a la voz, ella estaba frente de la puerta principal de la gran casa al lado de una chica más o menos de su edad, Daphne, su prima
Sentí que Abby me había salvado, no se de que, ni tampoco quisiera quedarme para averiguarlo
-Vuelvo en, un momento-Me despido de Markus soltando su mano como si picara, camino hacia la puerta
Aún no habíamos entrado a la casa, todos nos esperaron fuera, el hermano de Markus, la hermana de Markus, los padres de Markus y dos adolescentes a los que les puedo identificar y nombrar Daphne e Ismael, por las fotos que Abigail me mostró
Me encamino hacia ellas a paso rápido, mientras me permito ver toda la fachada de la casa, la percibía imponente, muy imponente, se veía como un lugar rural, con pequeños árboles rodeando el hogar, algo que no comprendo porque estamos en la ciudad
Veía un gran jardín detrás, al instante lo acemejé con la casa de mis padres, dos grandes columnas al frente color nude, al igual que toda la casa, menos una pequeña parte de la entrada, esa estaba llena de piedras dándole a la casa un aspecto hogareño y coloquial
En segundos estoy frente a la puerta de madera
-Soy Casandra-la saludo extendiendo mi mano hacia ella, sin embargo Daphne me abrazó, parpadé varias veces con la mano estirada
Recojo la mano y la abrazo con la misma intensidad
-Soy Daphne mucho gusto-dice desplegando una sonrisa, Daphne es de cabello rubio, tez blanca pero que parecía bronceada, también tenía un arete en la lengua parecido a los que tenía en las orejas No te compares Casandra
Pero no podía evitarlo, Daphne tiene unas impresionantes curvas al igual que Abby, a la vez pensé que sería tonto querer el cuerpo de una niña de 18 años, pero, yo también quería tener esas curvas, hago ejercicio, bueno más bien hacía, a Alphonso no le gustaba que fuera al gym
-El gusto es mío-le sonrió también, mi teléfono suena-Lo siento, vuelvo en un momento-Sonreí un poco nerviosa al ver el emisor de la llamada
Al recibir su sonrisa, que percibí como un gesto afirmativo me alejo un poco de ellas, acercándome a uno de los pinos
-Casandra es muy mona Abby ¿Crees que nos ayude a convencer al tío Markus para que nos deje hacer una pijamada?- escucho decir a Daphne
Sonrío contestando la llamada
-Hola amor-
-Hola ¿Qué pasó?-
-Iremos mañana temprano a desayunar con mis padres, iré a recogerte esta noche-
Estaba aturdida, no quería ver a esos señores de nuevo, no después de que me humillaran frente a toda la familia Campbell, por un momento me quedé muda, incómoda y estática
-Casandra ¿Estas bien?-
-Oh si, todo bien, ¿Y tu?-mentí, como siempre, mejor me ahorraba un disgusto con Alphonso
-Casandra, ¿Me estas ocultando algo?-
-No, sólo estoy un poco nerviosa por los padres de Markus eso es todo-respondo con rapidez, el tono de Alphonso me asusta, me asusta mucho
-Bájate la falda y ya, ¿sabes?, nada de toques ¿O quieres parecer una cualquiera frente a esos señores? Sabes que fácilmente pueden despedirte si ven algo-
-Lo sé, lo sé-inconcientemente me acomodo la ropa-Ahora tengo que colgar, viene la madre de Markus, te amo-corté de inmediato cuando la madre de Markus ya estaba a pocos pasos de mí
-Hola linda-dijo la mujer dándome dos besos a cada mejilla
-Hola-le sonreí tímida, se veía como una mujer de 30 años, mucho menos de lo que tenía, y de lo que yo tenía, nuevamente me compraré, la mujer no tenía canas, su cabello era castaño al igual que el de Markus, al instante me sorprendí por su increíble parecido, parece ser que el atractivo viene por genética
-Soy Carolina, ¿Por qué no vamo...-
-¡Cassy! ¡Cassy!-la voz de la pequeña Lizzie interrumpió la de la señora Powell, ella venía corriendo y cuando llegó hasta nosotras, me cogió de la mano tratando de llevarme con ella
Le sonreí nerviosa a la señora Powell extendiendole mi mano - Soy Casandra- dije tratando de mantenerme quieta, pero Lizzie me halaba y halaba, ¿Cómo puede tener tanta fuerza?
-¡Vamos Cassy! ¡Carlos nos espera! ¡Por favor!-insistía e insistía arrastrándome poco a poco
Yo trataba de tener un semblante enérgico ante la situación, pero, ¡Carajo! Todo va de mal en peor
-Lizzie, estoy hablando con tu-la señora Powell no me dejo terminar, alegando que hablaríamos más tarde, al instante me sorprendí y traté de hablar, mala idea, cuando dejé de poner tanta resistencia Lizzie me llevó como un relámpago dentro de la casa
Apenas y la pude ver, me llevo por dentro, por fuera, por las escaleras, hasta que llegamos a una habitación de el segundo piso, parecía una sala de juegos, de esas que tenía el Instituto Bailey
Había una pantalla al fondo de la habitación, varios muebles pegados a las paredes, una alfombra negra y una esquina llena de juguetes de todo tipo, muñecas, cochecitos, casas de lego, y un gran castillo rosa que fácilmente sería del tamaño de las gemelas
Ellas, junto con un niño estaban de espaldas a nosotras jugando, se veían tan felices, Melody estaba simulando que era un dragón con uno de peluche, Mady era la princesa en peligro y Carlos el caballero de brillante armadura
-¡Lizzie! ¡Por fin regresas!-Mady se acerca a nosotras corriendo con una varita en la mano, coronada por una estrella plateada igual al cuerpo de esta