Por qué tú?

Capítulo 5

Narra Morgan Olson

— Morgan, hija, despierta ya son las 10:00 — escuché la voz de mi madre mientras me movía para que me despertara.

— ¿Qué pasa? Mamá... quiero seguir dormiendo — con esta cama, quien no.

— No hija, levántate ya, baja a desayunar y te cambias.

— Ahg, está bien, ahora bajo — mi madre salió de mi habitación y me levanté como zombie, si dieran un premio a las personas por dormir mucho yo me llevaría el primer lugar.

Me puse unos simples jeans y una camisa blanca junto con mis tenis y al salir del cuarto me encontré con...

— Niña, ¿te digo algo? Pareces un koala cuando estás dormida, igual de feos — dijo mientras estaba recargado en la pared en frente de mi cuarto, como si me estuviera esperando, para burlarse de mi claro. Parecía como si se hubiera salido de bañar por los mechones de cabellos que caían hacia su rostro, tenía unos jeans y una sudadera acompañado con unos tenis Nike, sus manos las tenía metidas en los bolsillos delanteros de su pantalón.

— ¿Por qué me miras así? — replicó con una media sonrisa.

— A-así ¿Como? — ¡Dios!, me maldije a mi misma por tartamudear.

— Como... como si quisieras comerme — y me dio una mirada pícara. Que momento más incomodo, así que carraspe incómoda.

— Los koalas no son feos y ¿por qué sabes que me parezco a uno cuando duermo? — no voy a negar que me parezco a un koala, me han tomado muchas fotos mientras estoy dormida y... no me veo del todo.... linda.

— Por qué entré a tu habitación — dice con una sonrisa.

— ¿¡Qué!? ¿Por qué?

– Mi padre me lo pidió, pero por más que te hablaba no despertabas.

— Oh... bien — y me fui para abajo, me encontré en la mesa sentados a mi madre y a Andrew.

— Buenos días Morgan ¿Como dormiste? — me pregunta amablemente Andrew.

— Buenos días, muy bien gracias, esa cama es muy suave.

— ¡Pues claro! La escogimos especialmente para ti

— ¿Escogimos? — y justo cuando Andrew me iba a responder, entra Isaac por detrás de mi

— Sí, yo le ayudé a escogerla

Narra Isaac Ford

Cuando decidí que aceptaría a Stela y a su hija, le ayudé a mi padre a comprar lo necesario para su llegada, y me dijo que Stela le había platicado que su hija era muy perezosa y que dormía demasiado. Quisimos escogerle una cama muy cómoda y amplia.

— Me gustó mucho, gracias — dijo con sus mejillas coloradas, amo cuando se tiñen de ese color sus mejillas que combina perfecto con su piel blanca que parece de porcelana, sus labios rosas y lindos y pasa regularmente cuando estoy cerca de ella.

— Bien chicos, siéntese que ya está la comida lista — dice Stela y viéndola bien, se parece mucho a ella, tienen el mismo color de pelo, el mismo color de piel y de ojos.

— Recuerden que hoy tenemos la cena así que quiero que se arreglen, todos, porque será la primera noche familiar — dice mi padre, cierto, ya me había olvidado de la dichosa cena.

Después de que Tamara nos sirviera de comer, empezamos a platicar del trabajo de mi padre y del antiguo trabajo de Stela, después se prepararon para ir al trabajo.

— Volvemos más tarde, quiero que cuando volvamos ya estén arreglados — dice mi padre acompañado con Stela.

— Sí Andrew, no te preocupes, váyanse con cuidado — dice Morgan con una sonrisa.

– Isaac, te encargo a mi hija, cuidala que no vaya a hacer cosas inútiles — me dice Stela, claro que voy a cuidar a su hija señora, por eso no se preocupe.

— Sí, yo la cuido — y sonreí en la dirección de Morgan, la chica que me estaba mirando con cara de "te voy a matar". Cuando salieron mi padre y Stela empezó a reprocharme.

— Para tu información, no necesito un niñero que me cuide, ya estoy grandecita — dijo mientras me apuntaba con el dedo amenazante.

— Yo le dije a tu mamá que te cuidaría, ni modo que le dijera que no – e intentaba no reírme.

— No es gracioso niño creído — dijo enojada.

— ¿Creido? — y empecé a acercarme poco a poco, pude notar su nerviosismo.

— Sí, creído, es lo que dije, ¿o me vas a negar que eres un engreído que tiene el ego por la nubes y que se cree el más guapo de todos?

— No me considero creído, no tengo el ego por la nubes y lo de guapo pues... no lo sé, confirmamelo tú.

— Yo... yo — y me miró... podría decir que, una mirada que tiene miles de emociones y sentimientos, en pocas palabras... una mirada hermosa.

— ¿Te han dicho que tienes unos ojos hermosos? — no controle mis palabras, simplemente salieron, no sé como, nunca le he dicho eso a una chica o una frase por el estilo.

— ¿Que?, yo... no... no lo recuerdo — y agachó la cabeza, hacia un extraño movimiento en sus manos, apretaba su camisa con fuerza, parecía nerviosa, pero aún así... nerviosa se seguía viendo hermosa. Esta chica me va a volver loco en poco tiempo.

— Olvídalo — y me di la vuelta. Necesito salir de aquí, voy a llamar a Liam, me temo que si sigo aquí por mucho tiempo no me podre controlar. ¿Controlar a qué? No lo sé, solo tengo eso sensación.



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En el texto hay: amorprohibido, novela juvenil, hermanastros

Editado: 10.11.2024

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