Por qué tú?

Capítulo 37: Sin mentiras.

Isaac.

Traté de llamar a Morgan todo lo que restó del día, sin embargo nunca contestó, en la clase de la última hora me ignoró por completo, y de algún modo lo comprendía.

En el camino de regreso a casa los dos permanecimos callados, no sabía como acercarme a ella depués de todo lo que había escuchado. Sin embargo, me alegró que lo haya escuchado de alguna forma, así sabrá y estará segura de que no tengo ningún tipo de interés en Esteffany.

Cuando llegamos a casa se encerró en su habitación y no salió en todo el día. Traté de darle su espacio pero en la noche, salió al patio a escuchar música. La seguí y me coloqué detrás de ella mientras tenía puestos los audífonos.

— ¿Qué es lo que escuchas? — Le pregunté.

— EMPTY de Chase Atlantic.

— ¿Puedo escuchar también? — Le respondí acercándome a ella.
Me estiró el audífono y me lo puse, depués de un tiempo de pensar en qué decir, ella habló:

— A decir verdad, ya lo sabía, así que no te sientas culpable ¿sí? — Dice mirando hacia el cielo.

— ¿Cómo lo supiste?

— Oh pues... fueron muy famosos en la escuela, no es cómo sí fuera un secreto igual.

— Lo lamento...

— No deberías por qué, no es nada malo. No me conocías, así que esta bien, no te preocupes por eso.

— Lamento que te hayas enterado de esa forma, debí de habértelo dicho antes, cuando eso pasó yo no estaba bien y solo...

— Está bien, no te preocupes, no es algo que deberías contarme igual, es tu vida privada. Lo respeto. — Volteó y me sonrió. Sentí paz.

— Bueno... entonces, ¿quién es el chico que estaba sentado contigo en el desayuno?

— ¿Eso que tiene que ver con el tema?

— Nada, solo quiero saber.

— Es un chico nuevo, le hablé en la clase para explicarle y como no conocía a nadie me pidió que sí se podía sentar a comer conmigo. No pude decirle que no.

— ¿Cómo se llama?

— Si no mal recuerdo... era Edwin. Sí, Edwin.

— Oh... ya veo.

— Mañana si quieres puedes sentarte con nosotros.

— ¿Y qué tanto te contaba que te reías como loca?

— Me platicaba de lo que le había pasado a la última fiesta que fue ¡despertó en una bañera! ¡Fue tan gracioso! — y comenzó a reír.

— ¿Y es guapo?

— ¿Cómo?

— Edwin, ¿es guapo?

— ¿Por qué preguntas eso?

— ¿Más guapo que yo? Mírame bien a mi. ¿Soy guapo?

— Ah — respondió evitando el tema — creo que deberíamos entrar, está empezando a hacer frío ¿no crees? — y se paró de donde estaba sentada.

— ¡Ey! No te vayas, primero responde — no hizo caso y se metió a la casa.

¿Que tendrá ese Edwin que nisiquiera respondió? Tuvo que haber dicho: no, tú eres más guapo, bésame guapo. Pero no dijo nada. ¿Acaso no soy lo suficientemente guapo?

Morgan

Al día siguiente en la hora del desayuno, me senté con Edwin y Alice a comer ya que Carlota no había venido a la escuela, Edwin hablaba con Alice sobre cualquier cosa, realmente no presté mucho atención de qué hablaban, yo me sentía algo triste.

Extrañaba a Isaac, lo acababa de ver en la mañana, y en la noche del día anterior, y prácticamentelo veo todos los días, pero nunca es suficiente.

Quizá lo invoqué.

— Ah... que lindo está el clima hoy ¿no creen? — habló Isaac clavando su mirada en Edwin. — Hola, ¿eres nuevo? No te había visto antes.

Edwin lo miró con una sonrisa amistosa y después se presentó.

— Sí, soy nuevo, mucho gusto mi nombre es Edwin.

Édwin era moreno, su voz era gruesa y su cuerpo fornido. Tenía ojos marrones y cabello chino, era alto, un poco más que Isaac. En realidad era lindo, su personalidad también, el día de hoy en clase se hizo amigo a prácticamente todo el salón, incluso a Esteffany; Edwin notó que se había cortado el cabello, lo que hizo sonrojar a Esteffany. Quizás sólo había cortado 2 centímetros, pero aún así él lo notó.
Es realmente encantador, creo que es muy coqueto sin darse cuenta. En su segundo día se había hecho muchísimos amigos, y aún no comprendía por qué se seguía sentando con nosotros a comer.

— Él es Isaac. — lo presenté.

— Un gusto Isaac, espero que nos llevemos bien. — y le sonrió dulcemente mientras Isaac no le quitaba la mirada de encima, como, ¿inspeccionandolo? Asintió con la cabeza y seguimos comiendo. Durante la comida Edwin nos pidió nuestro número elefónico a los tres así que se lo dimos, nos prometió que un día los invitaría a comer.

En realidad los dos se llevaron bastante bien, Edwin comentó algo de un cantante que le gusta a Isaac también y de ahí comenzó una linda charla.

Después de la comida, todos nos fuimos encantados a nuestras respectivas clases.

Cómo era la última clase, me senté a un lado de Alice, y justo antes de que iniciara la clase me susurró algo.

— Morgan, ¿no crees que Isaac se está comportando muy raro estos últimos días?

— ¿A qué te refieres?

— No lo sé... está un poco, ¿idiotizado? JAJAJA, vamos, no sé como describirlo, sólo veo que ustedes dos pasan mucho tiempo juntos, claro, son hermanastros pero, él te mira muy...

— Solo estás imaginando cosas Will.

De nuevo, mintiendo.

— ¿Quieres hacerme tonta? ¿A mí? Eso no va a funcionar Olson, algo pasa entre Isaac y tú, lo puedo sentir.

— ¿Acaso eres adivina o algo por el estilo?

— Claro, se siente el aura. — Dice sonriendo.

¿Por qué hago esto? Le prometí a Alice que no le ocultaría nada, pero ¿me arrepentiré de esto?

— Bien... reunámonos hoy, en la tarde te mando la dirección.

— Oh genial, esta vez no tendré que adivinar— me miró sonriendo.

*******************

Primera etapa: negación

— ¡¿QUE USTEDES QUÉ?! — gritó Alice, haciendo que la atención de la demás gente se posara en nosotros.

Había platicado con Isaac antes y habíamos acordado contarles juntos a nuestros amigos, sin embargo, no creí que eso llegarían tan pronto.



#4640 en Novela romántica
#1734 en Otros
#474 en Humor

En el texto hay: amorprohibido, novela juvenil, hermanastros

Editado: 10.11.2024

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.