La mayor parte de tiempo me quiero morir, me la paso triste y desanimada, no entiendo ni me entiendo, tengo un millón de dudas en mi ser ¿Por qué me toca vivir esta miserable vida? ¿Por qué estoy aquí si no soy feliz? ¿Por qué me toca vivir esta realidad? ¿Por qué todo ha cambiado? ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué?, ¡Me detesto! ¡Odio mi vida! ¡Me quiero morir! Ya no le encuentro un puto sentido a vivir.
Acabo de cumplir la mayoría de edad, soy hija única, buena en los estudios, bonitos sentimientos y bla-bla-bla. Eso no me ha servido ni para una mierda.
Quitando mis fotos de las redes sociales o dejando de responder mensajes suelo desahogar mis sentimientos, a ciencia cierta no sé dé que me sirve,, pero es algo que ya me he acostumbrado a hacer.
Siento que así me oculto, o me aisló de la realidad, total no se entiende, nunca se entiende.
Mis padres se separaron, mi exnovio abuso psicológicamente de mí, haciendome sentir como poco y nada.
A veces me pregunto donde está Dios, ¿Dónde está él cuando me pasan estas cosas?, hay quienes me dicen que estas son pruebas, pero que tan estúpido hay que ser para llevar una gente al borde del suicidio con tal de probarlo, es inhumano.
Pero ya basta de decir cosas que a nadie le importa o creen que las digo por llamar la atención.
Mami prácticamente me obligó a instruirme como oficial de policía de mi ciudad, llevo unos meses en esto, solo esperando que me asignen mi arma reglamentaria para acabar con esta pesadilla.
Suelo hacer las cosas que ella me dice sin opinar o protestar porque literalmente invalida todo lo que siento, mi tristeza o felicidad a ella únicamente le importa lo que ella piensa o considera.
Tanto así que hay cosas en las que he querido pedir un consejo, y por la misma situación, mejor me lo guardo para mí sola.
Escribió Nayla en su diario...
- ¡Naylaa!, ya es hora de irte - gritó mi madre
Bajé rápidamente los escalones y vi a mi madre comiéndose su desayuno.
- ¿Dónde está el mio ma? - Pregunté
- Tú tienes manos para hacerlo - dijo mi madre con indiferencia
Automáticamente, dijo ella eso, tome mis cosas y me fui directamente a la estación policial.
Mientras en el camino pensaba
Sé que la separación de mis padres ha afectado mucho la salud mental de mi madre, pero lo que ella no parece entender es que se está desquitando conmigo, de nada han valido los psicólogos y terapias familiares a las que hemos asistido, simplemente la situación no mejora.
No saben lo horrible que es vivir en un hogar donde tu madre se ponga cero compresiva y hasta de vez en cuando te amenace a golpes con cuchillos y así.
¿Y mi padre?, Ja, como él está siendo feliz con su nueva esposa e hijos adoptados, no le importo, realmente siento que no le importo a nadie.
Llegue a la comisaría donde ya tenía varios meses en las prácticas y entrenamiento policial en general. Se me informo que esta semana tendría mi primer patrullaje mixto con alguien de la unidad.
Ya me estaba dando un ataque de ansiedad por esa nueva experiencia que iba a tener, no sé si lo haré bien, si le caeré bien a mi compañero o si termino muerta en esto.
Dice el dicho que no es lo mismo llamar al Diablo, que verlo venir. Todos queremos comenzar nuestro patrullaje para comenzar a poner en práctica nuestros conocimientos. Pero cuando ya estoy a punto de eso, siento que se me va a salir la pis, de los nervios.
Hasta que llego mi compañero, muy loco, por cierto, je, je, je.
- Holaaa joven Nayla, ni nombre es Cody - Dijo
Salude con la mano tímidamente, y él se fue por delante diciéndome que lo siguiera, que tendríamos un excelente día.
El tipo este es bien optimista y habla demasiado, cosas que me hacía sentir incómoda y a la vez tranquila, ni yo misma me entiendo mierda.
Normalmente, suelo tener mis reservas con los chicos que conozco o llamo mis amigos porque he tenido malas experiencias con esos supuestos "amigos" que al final solo quieren tener sexo.
Imagino que no todos son así, pero lamentablemente a mí exclusivamente me han tocado patanes vestidos de galanes con dobles intenciones.
- Entonces, ¿Es tu primer día de patrullaje? - Preguntó Cody
- Si, hoy es mi primer día - Dije en voz baja
- Bonita voz la tuya, joven Nayla - exclamó con una sonrisa
Con el tiempo, me fue cayendo bien y sentirme confiada con el compañero.
Nos subimos en el vehículo de la unidad y salimos a hacer el patrullaje. Todo iba bien, las calles parecían muy tranquila, lo que me dio tiempo a seguir pensando en mis desgracias.
Recibimos un pedido de auxilio a través de la radio donde una señora decía que unos ladrones entraron en su casa, todo esto lo decía con voz muy asustada.
Me puse supernerviosa, no sabía que hacer o decir, nada más me quedé mirando a Cody, que estaba muy serio y me miró con una sonrisa diciéndome que todo va a salir bien.
Doblo el timón del coche y nos dirigíamos hacia la ubicación donde se había hecho el llamado.
- Cody, recuerda que aún no tengo arma asignada - Dije con miedo
- Recuerda que yo tengo una - Respondió
Solamente me quedé reflexionando este tipo está loco, no dudo ni un minuto en aceptar el llamado nosotros siendo policías novatos.
Al final llegamos a la casa con las bocinas silenciadas.
- ¿Por qué apagaste las bocinas? - Pregunté
- Para sorprender a los malos, je, je, je - Dijo Cody en tono de burla
Únicamente me quedé callada y escuche el plan que no era más que yo me quedaba en el coche y Cody se adentraba en la casa a atrapar los maleantes.
Expuso todo como si fuera muy fácil, entro en la casa. Todo permaneció en silencio por varios minutos, los minutos más largo de la vida, temía que le pasara algo a mi compañero.
De repente, se escucharon varios disparos y me puse supernerviosa e intenté hacer algo, pero no podía moverme, el miedo me inmovilizo por completa. Pero me llené de valor y agarre una macana para decidir entrar a la casa. Vaya sorpresa la mía, cuando veo a dos tipos tirados en el suelo y a Cody hablando tranquilamente con la señora.
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Editado: 02.07.2022