Por Siempre

CAP XXII

¿Y Ahora?

Los días pasaron y con ellos mi tranquilidad, cada mes sin falta ella desaparecía y cuando aparecía se veía extraña, yo me enojaba y ella seguía sin explicar, poco a poco su llama parecía estar apagándose, se pasaba las noches en la biblioteca y yo ocupado con el trabajo llegaba tan cansado que solo me iba a dormir (eso era porque mi cuerpo  aun no se había recuperado por completo después de haber permanecido inactivo por tanto tiempo) lo que creó una especie de distanciamiento entre los dos. Ya casi había pasado un año desde que nos habíamos comprometido y aun no habíamos programado nuestra boda, esa situación ya me estaba exasperando, razón por la cual en el día de navidad pretendía finiquitar esa situación, en esa navidad debíamos decidir la fecha de nuestra boda (ahora que lo pienso yo parecía la mujer desesperada por tener la boda de sus sueños y ella el hombre temeroso del compromiso y eso hiso sonar las alarmas en mi cabeza)ella había estado dando largas al asunto de la boda y yo ni cuenta me había dado lo que hiso preguntarme ¿qué pasaría, seria que ella ya no me amaba, querría dejarme?. No, no, no, eso no, me repetía, cualquier cosa menos eso, no podía perderla, ella era mía, debía estar conmigo para siempre. Eso hacía que me desesperara, soltara gruñidos de frustración y me preguntara una y otra vez ¿Qué hago?

Corrí a la biblioteca donde sabia que debería estar, abrí la puerta y la encontré tenida en el suelo, corrí inmediatamente a su lado y me fije que aun respirara, estaba aterrado, no podía pensar, estaba en shock, las cosas más terribles me pasaron por la mente en esos escasos instantes, ella no, a ella no podía pasarle nada, no, no, no grite desesperado y llame a mi nana

-ayuda, grite. Mi nana llego y miro a mi ángel en el suelo, nana por favor ayúdame le grité, llama a una ambulancia rápido. Ella despierta y me dice que mejor la llevemos nosotros mismos a un hospital y así lo hicimos. Cuando llegamos al hospital más grande y más famoso de la ciudad que pude recordar, corrí con ella en brazos a la emergencia pidiendo ayuda, unos enfermeros salieron y me ayudaron a colocarla en una camilla, respondí a las preguntas que me hicieron lo mejor que pude, se la llevaron y me hicieron esperar. Fue una tortura… de pronto salió un doctor y le pregunte por mi ángel, el tipo me miro como si me conociera y estuviera enojado, como si yo le hubiera hecho algo a mi amor, solo me dijo que estaba inconsciente, que habían hecho todo lo necesario y que solo había que esperar a que reaccionara, que mejor me retirara a descansar y que cualquier cosa me avisaban, ja como si yo le hubiera permitido desterrarme de allí

-Yo no me muevo de aquí bajo ningún concepto  hasta verla despierta le dije al médico. Este solo me puso mala cara y se fue sin más. No me gusto su mirada, algo no estaba bien, esa no debería ser la actitud para con los familiares pensé, estaba nervioso, no me habían permitido verla en ningún momento, era como si yo fuera el culpable de lo que le pasaba a mi cielo, parecía que querían protegerla… pero de mi… no lo podía creer, estaba desconcertado, solo me preguntaba una y otra vez ¿Qué  hago dios mío, qué hago?



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En el texto hay: separacion, dolor, amor

Editado: 04.02.2021

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