Por Siempre

Capítulo 11 Primeros Pasos

Capítulo 11 Primeros pasos

—¿Qué acaba de pasar? —pregunta preocupado Mike, después de que Arthur se aleja para hablar había vuelto a sostener a Ángel en sus brazos.

Aunque es consciente de que el peligro ya pasó y sea lo que fuere esas mujeres ya se han ido su instintos lo mantienen alerta, debe proteger a su pareja, no quiere y no puede sentirse tan indefenso como se sintió mientras era retenido por esa anciana. Su corazón no deja de latir, sus manos sudan y tiemblan mientras se agarran fuertemente del cuerpo de su pareja, siente como el lobo lucha por salir, transformarse y atacar, llevar a Ángel a su guarida, protegerlo de sea lo que fuere, pero el peligro ya pasó y no sabe como calmar a la bestia en su interior.

—Ey, tranquilo. Ya se fue. —Ángel trata de calmar a Mike, intentando calmar su respiración y brindarle un poco de tranquilidad al pelinegro. Respira profundo, aguanta unos segundos, lo suelta en una exhalación larga. Repite esperando que el hombre lobo que lo sostiene imite su acción, relajándose cuando lo hace y trata de calmarse.

Cuando se siente más calmado es consciente de que ambos están solos en la cocina, su papá está hablando con alguien por teléfono en la sala. Está bien, Ángel se quedó completamente solo con un hombre lobo que estuvo al borde de perder el control, ojos destellando entre el color natural de Mike y los dorados de su transformación.

—Respira conmigo, eso es Mike, lo estás haciendo genial Doc. —El apodo salió de forma natural de los labios de Ángel, sorprendiendo tanto a él como a Mike quien lo miró extasiado por el apodo.

Es un apodo sencillo, uno que sus amigos más cercanos y familiares han utilizado antes para referirse a él, pero es la primera vez que Ángel, es decir, su pareja lo llama de otra forma que no sea el formal “Mike”.

—No quiero saber de qué están hablando. —Oyen bromear a Arthur desde la entrada de la cocina, quien los mira a ambos con gracia y un falso ceño de desaprobación, haciendo que su hijo se ría por la absurda actitud de su padre y el doctor termine de calmarse.

Mike ya más relajado afloja su agarre alrededor de Ángel y le permite que se aparte, aunque sus instintos están más alerta de lo normal se siente lo suficientemente fuerte como para tolerar estar lejos de él una cierta distancia. Mike mira a Arthur y lo ve serio, tenso mientras mira por la ventana. La actitud tranquila y relajada que tenía desde que lo conoció hace días atrás se fue para dejar a un hombre tenso y alerta, un aura de peligro y letalidad oculto bajo la apariencia de un hombre sereno y en calma. Mike comprende por qué el alfa le advirtió sobre este grupo de cazadores en particular, y una comprensión terrible llega a su cerebro. Si lastima de cualquier forma a Ángel sabe que sin duda ese hombre lo despedazará.

—Debes llamar al Alfa, hay que notificarle lo que acaba de suceder. —Habla Arthur, sorprendiendo a ambos chicos.

—Papá, ¿No debemos llamar a Thomas también? —Ángel pregunta, recordando el inmenso despliegue de poder que acaban de presenciar y recordando que ese mismo ser les había encomendado una misión contra algo que escapaba de su dominio, ya de por sí, e inmenso poder. Es una completa locura.

—No es momento aún Angel, lo sabes. Pintamos un radar para que uno de los enemigos más tenebrosos del mundo sobrenatural venga a esta ciudad y pusimos a todas estas personas en peligro mortal solo por estar acá. Es decisión del alfa si aún nos da asilo o debemos movernos de este lugar. El malnacido que ha estado manejando a las Sombras todo este tiempo es Balthazar. —Arthur le dice a su hijo, quien asiente una vez comprende.

—Tenemos su nombre. —Mike se percata, ya no es solo una amenaza fantasma, un simple rumor, la Parca le ha dado más información que muchos otros cazadores y manadas no han podido proporcionar durante todos estos años.

—No sólo tenemos su nombre, también tenemos su objetivo. —Arthur sigue mirando a su hijo con seriedad y preocupación.

—La inmortalidad. ¿Pero acaso ese monstruo no lo es ya? —Ángel cuestiona, a lo que Mike niega.

—La Parca dijo que se escapó de ella, no que la venció. —Padre e hijo miran al hombre lobo ya más calmado, los tres hombres se sentaron en la mesa de la cocina, los platos sucios del desayuno yacen intactos después del incidente.

—No comprendo, ¿no es lo mismo? —Mike mira al cazador mayor quien niega.

—No, él roba el tiempo vital de quienes ataca. Es por eso que ha burlado la influencia de la parca. —Arthur informa con pesar.

—Pero es la maldita parca, ¡por la Diosa! ¿Cómo mierda le ha ganado a ella? —Mike se levanta molesto y camina por la cocina.

—Robo la fuerza vital de la sacerdotisa del presente, solo el poder de otra sacerdotisa es capaz de anular el poder de la parca. —Mike se detiene y mira con incredulidad a Arthur, pero puede ver en su postura derrotada y triste que es verdad lo que acaba de decir.

—¿Eso no generaría una nueva sacerdotisa?

—En teoría así debió ser, pero no. Ahora parte del poder de la sacerdotisa del presente reside en él. —Mike escucha asombrado a Arthur.

Nadie sabía cómo de un tiempo para otro ese “druida oscuro” se volvió tan poderoso, pero si lo que escucha es verdad es un lunático que puede acabar no solo con el mundo sobrenatural sino con la humanidad.




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