17
SHAMARA
Estábamos reunidos en casa de la familia de Dean, esperando la llegada del año nuevo.
Había buena comida, bebida de todo tipo. Sentados en la mesa degustando la cena que Ivanna, la anfitriona de la noche había preparado.
Dylabel, mi segundo hermano tomo su copa, la levanto para brindar.
─Brindemos por nuestras familias, que cada año hacemos lo posible para estar juntos. Por los nuevos integrantes y sobre todo por el amor y la unión familiar.
Todos levantaron nuestras copas y brindaron por un nuevo año.
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Estaba en el aeropuerto con los ojos llenos de lágrimas y con un nudo en la garganta despidiendo a mi hermano Owen y al amor de mi vida Dean que viajaban a Dubái.
Abrazados como si fuéramos uno miramos a Owen que estaba con Lorana haciéndonos señas que ya debían abordar, sentía que iba a morir, lo apreté fuerte sin querer dejarlo ir. Sentir su aroma, su piel porque pasarían muchos días sin vernos.
─Amor, deja de llorar, los días pasan rápido y volveremos a estar juntos como siempre ─Te amo hermosa y eso no cambiara nunca.
─Yo también te amo ─susurré soltándolo lentamente como si al hacerlo se me fuera la mitad.
─Te llamo cuando llegue y me instale. ¿Si? ─Asentí con cara de perro apaleado.
─Owen buen viaje, sabes que te quiero mucho ─. Me dirigí a mi hermano dándole un fuerte abrazo.
─Yo también te quiero hermanita ─Nos abrazamos más fuerte, aunque no era muy común en Owen ser expresivo, menos dando muestras de cariño en público.
─¡Buen viaje! ─gritamos Lorana y yo dando media vuelta.
Regresé a casa con un vacío del tamaño del mundo, subí a mi habitación, sin evitar volver a llorar ¿Por qué duelen tanto las despedidas? ─Me pregunté...
De regreso a la facultad y mis prácticas en la clínica de mi madre conseguía hacer que los días no fueran vacíos y tan largos, lo extraño mucho.
Ya había pasado tres meses y aun lo extrañaba demasiado. Mientras que a Dean y a Owen les estaba yendo de maravilla, todo estaba listo para comenzar la construcción del magnate petrolero.
Dean me contaba lo enamorado que estaba del país y de su gente. Siempre que podíamos hablábamos por cámara, él me enviaba fotos de los lugares que conocía prometiéndome que me llevaría.
Mi vida se había convertido en una mega monotonía, ir a la facultad y a la clínica y luego a casa, a veces pasaba al departamento de Dean a verificar que todo estuviera en orden y me acostaba en nuestra cama para sentir su aroma. A veces sentía que mi espíritu y alegría se habían ido con él, creo que me convertir en una dependiente de Dean sin darme cuenta.
A veces pienso que soy afortunada porque el hombre de quien me enamore tan joven se convirtiera en mi gran amor, es como las historias de novelas románticas.
Sophia siempre me dice que debo seguir con mi vida, como cuando Dean no estaba en ella para crear mi propio espacio y no extrañarlo tanto, a lo mejor ella tiene razón.
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Ya habían pasado los seis meses que se tenía estipulado que iban a durar en Dubái y aún no tenían fecha de regresar a casa. En ese tiempo consiguieron nuevos contratos y la firma estaba siendo reconocida entre la alta sociedad del país.
Todo ese tiempo también lo había pasado Mónica con ellos. De seguro tratando por todos los medios que Dean se fije en ella.
En unos días Andrew, mi padre viajará a Dubái para confirmar que todo fuera como lo habían planeado y reunirse con varios empresarios, aprovechando la ocasión le pedí que me llevara con él porque moría por ver a Dean, hacía dos semanas que no hablábamos y eso me preocupa porque él siempre trata de que la distancia que hay entre nosotros no nos afecte.
Llamé a mi hermano Owen para contarle de nuestro viaje, quería darle una sorpresa a Dean.
Owen estaba ansioso por ver a nuestro padre y por su puesto a su hermanita.
Lorana había ido a pasarse dos semanas con ellos, la suertuda estaba de vacaciones, no lo pensó dos veces y se fue en busca de su amor.
Antes de llegar tuvimos una hora de retrasa, le había escrito a Owen para que no se desespere y fuera a tomar café.
Después de tanto tiempo de retraso al fin Owen estaba recibiéndonos. Corri como una niña emocionada a abrazarlo, nos encontrábamos de nuevo juntos después de varios meses.
─Estoy ansiosa por ver la cara de mi vido, morirá cuando me vea ─decía feliz mientras iban de camino al hotel. Ya pasaban de las once de la noche cuando llegamos al hotel, estaba cansada por el largo viaje, pero también feliz por ver a mi amor.
Nos dirigimos a recepción en busca de nuestras llaves, ya que habíamos hecho reservas anticipadas.
─Buenas noches, mi nombre es Andrew Thompson, tengo una reserva de dos habitaciones─. dijo mostrando su identificación.
─Buenas noches señor Thompson. Sea bienvenido, en un momento le confirmo─. La joven recepcionista busco en la computadora para luego entregarle las llaves correspondientes a cada habitación.