Porqué eres mía

Capítulo 12:

Narra Arenea

 

 

Fui despertando lentamente abriendo los ojos, sentí como me rodeaban con unos brazos grandes, alce la mirada y me encontré a un Luis durmiendo, esboce una sonrisa al recordar lo que paso anoche, me sentí relajada al recorrer el bosque junto a él, y aun no podía creer que la haya besado, sentí mi cara arder al recordar también lo que vi paso ayer o más bien lo que vi, me aferre más a Luis hundiéndome en su pecho sintiendo la calidez de su cuerpo y escuchando los latidos de su corazón, se sentía realmente bien estar así, no quiero separa de él, me hace sentir segura.

Sentí un beso en mi frente miré hacia arriba y Luis me miraba con una pequeña sonrisa y le sonreí de vuelta.

-Buenos días mi amor – Me dijo Luis y me puse un poco roja por cómo me llamo.

-Buenos días- Solo respondí eso ya que no tenía palabras.

- ¿Cómo amaneciste? – Pregunto jugando con mi cabello.

-Bien, ¿y tú? – Respondí y volví a preguntar, ahora yo pasando mi mano por su pecho mientras sentía los latidos de su corazón nuevamente.

-Muy bien – Nos quedamos ahí un momento y ganas de besarlo, pero no me atrevía y no sé por qué. – Arenea – Me llamo y yo levanté mi cabeza despacio y lo miré directo a sus ojos color verde - ¿Puedo… Besarte? – Pregunto agarrando mi mentón asiendo que levantara un poco más mi cabeza, solo asentí las palabras no me salían de la boca, poco a poco fue acercando sus labios a los míos hasta que unió completamente, sus labios grandes rozando delicadamente los míos haciendo que corrientes eléctricas erizaran toda mi piel se sentía muy bien, no me quería separar de ese beso, pero lo hicimos por falta de un poco de aire, lo volví a mirar y seguramente mis mejillas estaban ardiendo, esbozó una sonrisa y fue acercando nuevamente hacia mis labios y nos volvimos a besar, yo rodee su cuello y cabeza con mis brazos para así poder profundizar más nuestro beso y el solo me abrazó más fuerte, el llevo sus manos a mi cintura y me presiono contra él, realmente yo era muy pequeña comparada con él, de pronto el me recostó en la cama, sin separarnos del beso aun, y se quedó en cima mío, nos volvimos a separar un poco, unió nuestras frentes y nos quedamos ahí un momento recuperando el aire, levanto un poco su cabeza lo miré a los ojos y estos de apocó se tornaban negros indicando que su lobo había tomado el control y lo miré un poco sorprendida, yo sabía lo que significaba eso y aun no me sentía preparada para eso.

- ¿L-Luis…? – Pregunte temerosa, se me quedó mirando unos segundos ahí – yo…y-yo – hablaba entrecortadamente – Aun… aun no estoy… lista – Hable con los labios temblorosos.

Me vio por unos segundos más y sus ojos fueron tornándose en su color natural.

-Y-yo… Lo siento – Dice levantándose de encima de mí. – Por favor perdóname Mi Luna. – Dice suplicando sentándose en la orilla de la cama y voy al lado de él y sostengo su rostro entre mis manos delicadamente y hago que me miré.

-No te preocupes. – Suelto su rostro y me quedo mirando el suelo. – Solo… - Miro hacia el costado. – No me siento lista. – Siento como me abraza y yo correspondo enterrando mi cabeza en su pecho.

- Te esperare el tiempo que sea necesario. – No digo nada solo me quedó ahí.

-Creo que debemos bajar a desayunar. – Digo separándome un poco de él y lo miró directo a sus ojos. Solo asiente con una pequeña sonrisa, me suelta y se levanta.

-Entra tu primero al baño te esperare.  – Asiento con la cabeza, me levanto y entro al baño.

(…)

 

Luego de unos minutos salimos de mi habitación y fuimos a la cocina, vimos a mi abuela preparando el desayuno, me acerco a ella y le doy un pequeño beso en la mejilla y la saludo con un “buenos días” y una sonrisa, nos pide que nos sentemos y así lo hacemos.

Unos segundos después escuchamos pasos y veo a mis padres con mi abuelo entrar a la cocina, nos saludamos todos y nos sentamos en la mesa, hablamos por un momento y luego mi abuela nos trae el desayuno.

-Buen provecho – Dice mi abuela sentándose al lado de mi abuelo todos empezamos a comer, todo bien hasta que escuchamos el timbre da la casa.

-Yo voy. – Me levanto y veo que Luis también me sigue, al llegar a la puerta la abro y veo a Julián en ese instante Luis me sostiene de la cintura, creo que esta celoso. – Hola Julia. – Saludo con una sonrisa y hago movimientos con mi mano en forma de saludo.

-Oh!, Hola Arenea. – Mira a Luis. - ¿Quién es él? – pregunta apuntándolo, cuando estoy por hablar Luis se me adelanta y me apega más a su cuerpo.

-Soy su mate. – A Julián se le abre los ojos como platos y me mira sorprendido y luego de unos segundos sonríe.

-Ah!, no sabía que ya avías encontrado a tu mate, bueno me presento entonces, Soy Julián Isasi, compañero de trabajo de Arenea y también mejor amigo desde la secundaria. – Dice extendiendo su mano hacía Luis y este corresponde al saludo.

-Me llamo Luis Scott, Alpha de la manada Llamado de Luna. – A Julián se le va la sonrisa y Luis sonríe en grande, seguro logro asustar al Omega. Sí, me olvide mencionarles que él es un omega.

Julián aún no sale de su transe entonces decido hablar. – Emm… ¿Quieres pasar?, mi familia está en la cocina. – Digo y Luis gruñe. – Tranquilo, es solo mi amigo. – Digo para tranquilizarlo y así lo logro. Entramos y Julián saludo a mis adre y abuelos y ellos hicieron lo mismo, mi abuela ofreció el desayuno a Julián, pero este se negó diciendo que ya había desayunado, entonces e fue a sentar a la sala, desayunamos rápido y fui con él y otra vez Luis venía detrás de mí, me senté al lado de Julián (pero en otro sofá y más grande) y Luis se sienta a mi lado colocando su brazo atrás de mi atrás de mí y luego paso a sostenerme y apegarme más a hacía a él.

-Bien, ¿Qué te trae por aquí Julián? – Pregunto rompiendo el silencio.

-Bueno, quisiera saber porque no has ido a trabajar ayer. –




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