NARRA LUIS.
Después de haber arreglado todo el asunto de Willy, nos despedimos de ellos y partimos nuevamente a mi manada junto a mi papá y diego.
Y me preocupa algo.
Desde que Arenea fua a dejar al hijo de Willy la vro un poco desanimada pero a la vez feliz, hablaré con ella una vez lleguemos a la manada.
Ahora nos encontrabamos bajando del avión, Arenea iba delante mio, cuando bajamos completamente la tome de la muñeca y la alejé del resto.
-Luis, ¿Qué sucede? - Me detengo y la miro.
-¿Tú confias en mí? - Me acerco un poco a ella y asiente mirandome igual. - Sabes que puedes contarme lo que sea, ¿Verdad? - Vuelve a asentir. - Pero no te voy a obligar, hablame cuando te sientas lista. - Pongo mi mano en su nuca y la atraigo asía a mí y dejo un beso en su frente para luego abrazarla. - ¿Quieres hablar? - Me corresponde el abrazo. - Te e notado un tanto desanimada, pero a la vez feliz... - Le comento.
-Es qué... ni siquiera yo lo sé... por alguna razón, cuando deje al hijo de Samanta y los vi abrazados, sentí un cosquilleo en mi estómago, también sentía un poco de envidia y no sé por qué, y cada vez que te miro a los ojos vuelvo a sentir ese cosquilleo, no sé que me ocurre... - Dijo con tristeza en su vos, besé nuevamente su frente.
-No te sientas así, ¿está bien?... tal vez también quieres sentir esa felicidad que siente ella al ver a su hijo, quieres un hijo... - Reí suavemente. - Pero todo llegará a su tiempo, dime, ¿Quieres crear un hijo está noche? - La miré coquetamente y ella comenzo a reir. - ¿Por qué te ries? - La miro serio.
-Sí. - Responde, pero no la entiendo, ¿Sí?
Se aleja lentamente de mí para luego ir al lado de mi padre, me acerco rápidamente y me pongo entre mi padre y Arenea para que no le suceda nada a ella.
Cuando llegamos a casa, mi mamá nos recibio alegremente y con comida, como siempre, cuando nos sentamos en la mesa a comer comenzamos todos a hablar de lo que hicimos y mi madre como toda un chismosa contó como me había escapado para ir con Arenea.
Diego, ovbiamente se quedó con nosotros gracias a la invitación que le dio mi madre.
Nos pasamos toda la tarde hablando para después cada uno ir a sus respectivas habitaciones, ecxepto yo, por qué primero tenía que arreglar algunos asuntos que deje cuando fui por Arenea, Diego me acompaño, primero lo aré sufrir un poco.
NARRA ARENEA.
Fui a la habitación de Luis y entre directamente al baño a darme una ducha, sin duda todo el vieje fua muy agotador para mí, nunca antes había viajado de manada en manada y sinceramente me siento feliz y la razón de eso no pregunten ya que yo tampoco tengo idea.
Perduré unos cinco minutos más bajo la duche para luego salir del baño ya toda vestida con mi pijama, me acosté en la cama y me enrolle entre ellas para sentir más calor al igual que el olor de Luis que ahora no se encuentra ahora conmigo, supongo que a de llegar más tarde.
Nuevamente e inevitablemente, llevo mis manos a mi estómago sientiendo de nuevo esa sensación de cosquilleo, que solo pasa cada vez que miro fíjamente a Luis a los ojos o cada vez que pienso en él, sincermaente, está sencación es algo que hace acelerar mi corazón sintiendome feliz, pero de pronto, esa sensación de felicidad se esfuma al presentir algo malo y por un momento me quedé con al mente en blanco.
Hasta que caigo en un profundo sueño, sin siquiera darme cuenta.
*A LA MAÑANA SIGUIENTE*
Abrí lentamente los ojos al oir la alarma sonar, me estiré para tratar de alcanzar la alarma, pero lamentblemente caigo al piso que hace que suelte un gemido de dolor.
Me pongo de pie y apago al opacador de sueños para luego, estirar mis brazos asía arriba mientras suelto un bostezo y me pongo de puntillas, me colocó de nuevo en una posición normal, miró la cama y ahí es cuando me doy cuenta de que Luis no se encontraba en ella, tampoco hay rastros de que haya estado aquí en la noche.
Y vuelvo a sentir ese mal presentimiento, no sé de que se trata todo esto, pero sin duda, está comenzando a molestarme y hace que sienta un miedo inexplicable.
Moví mi cabeza de un lado a otro tratando de olvidar esa sensación para después meterme al baño y hacer mi rutina diaria matutina.
*UNOS MINUTOS DESPUÉS*
Bajo a la cocina encotrandome con los padres de Luis y con Diego que al verme solo desvió su mirada, lo miré con duda por unos segundos.
Sin duda, todo a sido muy extraño.
Me acerque a ellos y salude primero a los padres de Luis para luego hacerlo con Diego quién me respondió de manera triste, solo decidí ignorarlo, aunque parezca demasiado extraño y más proveniendo de Diego.
Desayunamos todos-excepto Diego- entre parloteosy risas, hasta que el padre de Luis se tuvo que ir por algo "urgente" según él, y junto con él fue Diego para así quedarnos solo yo y la madre de Luis.
Pasamos nosotras toda la mañana hablando de literalmente cualquier cosa, ¡Incluso sobre hijos!
Por el momento en que hablamos sobre los hijos me sentía totalmente feliz y sentía nuevamente ese cosquilleo al igualq ue no pude evitar pensar en Luis quién aún no ha llegado y eso me tiene preocupada.
Mi loba por alguna razónse puso triste.