NARRA ARENEA
- ¿Ya te sientes mejor? – Pregunto Julián detrás de mí.
-Algo… - Respondí recuperando el aire. – Creo que no volveré a estar embarazada de nuevo… Es doloroso y asqueroso. – Sobé mi estómago que, a pesar de ser solo el segundo mes de embarazo, ya está algo “hinchado”.
(No sé mucho sobre el embarazo, pero haré le posible)
Julián esbozó una sonrisa mientras reía bajito, me ayudo a llegar a la cama y me acosté en la misma para volver a dormir, en este mismo instante son como las dos de la madrugada y a mi bebé no se le ocurrió mejor momento para hacerme vomitar.
- ¿Quieres que me quede a dormir contigo? – Pregunto en voz baja.
-Claro… - Dio la vuelta alrededor de la cama y se subió del otro lado, cuando se acomodó bien en la cama volví a hablar. – Gracias. – Susurré, pero lo suficientemente alto para que pueda escucharme.
- ¿Por? – se puso de costado mirándome e hice lo mismo.
-Por apoyarme y estar para mí en este momento importante… En todo de hecho, siempre has estado para mí, desde que nos conocimos… Gracias, y cuando necesites ayuda, quieres desahogarte o cualquier otra cosa, estaré para ti también. – Le sonreí suave y él hizo lo mismo, segundos después se echó a reír. – Bien, creo que el embarazo me está afectando. – Me burlé de mi misma y Julián se echó a reír más fuerte. – Ya no te rías. – Le pegue suave en el hombro.
-Eres mi mejor amiga, claro que estaré siempre para ti, y sé que también puedo contar con tu ayuda y apoyo. – Habló en voz baja y medio tierna.
-Sí… - Susurre mirando el techo de la habitación con un semblante calmado. – Oye, ¿Qué tal con Marcos? – Pregunte de la nada, hace dos días que se conocieron.
Noté como Julián se puso nervioso, lo miré y tenía una sonrisa con la vista perdida el algún lugar de la habitación.
-Marcos… ¿De dónde lo conoces? – Pregunto mirándome a mí, esa pregunta me poco por sorpresa.
-Lo conocí en el avión, me quedé dormida antes de aterrizar y él fue quién me despertó, hablamos solo por unos segundos, pero lo recuerdo. – Le explique, el asintió. – Estoy feliz de que hayas encontrado a tu destinado, pero… No hagas lo mismo que yo, no te apresures… Por favor, no quiero verte llorar a ti. – Dije sincera.
-Sí, lo sé, primero lo conoceré bien, aunque, es muy hermoso, es amable, inteligente, fuerte, alto, tiene unos ojos hermosos y tiene dinero… Creo que ya caí en sus encantos…- Habló maravillado.
-Nunca falta el dinero, ¿No? – Rodé los ojos.
-Ay, ¡ya! Duérmete. – Se tapó completamente con la frazada y se dio la vuelta dándome la espalda.
Reí para luego copiar su acción y dormir.
NARRA DIEGO
- ¡Auch! - Se queja Luis mientras la enfermera pasaba un algodón con alcohol por su rostro.
-Lo si- Interrumpí a la enfermera.
-Te lo merecias. - Regañe a Luis.
Y como se esperaban, el padre de Arenea lo golpeo mucho, bastante diría yo, incluso creo que lo uso de saco de boxeo como los de los guardias que usan para entrenar, y creanme, compran al menos unos veinte sacos de boxeo a la semana.
Luis no pudo defenderse, ya que como sabran, Luis estaba ebrio y no pudo defenderse.
Y yo no hice nada por qué... Pues... Le tenía un poquito, un granito de miedo al padre de Arenea, a pesar de que se vea alguien amigable, daba miedo y golpeaba realmente fuerte, no quiero tener algún moreton por defender al grandisimo idiota-Luis- No quiero llegar a casa y que Josías me regañe por algún golpe o rasguño.
Al igual que creo que el padre de Arenea seguiría maltratando a Luis si no fuera por algunos guardias quienes lo sostuvieron, yo no hice nada más que llamar a la enfermera para que lo atendiera, lo típico que haría yo por Luis si no esta en una situación grave.
Ahora mismo, Luis ya no se encontraba ebrio, creo que los golpes lo sacaron de ese estado tan... Deprimente? No lo sé, nunca e estado así de borracho.
- ¿Por qué no me ayudaste? - Pregunto Luis cuando la enfermera dejo la habitación luego de haber curado completamente a Luis.
-Llamé a la enfermera, ¿Qué más querías que haga? - Me encogí de hombros.
-Tal vez... ¡Alejar al padre de Arenea para que no me llenara de golpes!... ¿Tal vez? - rodé los ojos ante su reclamo o lo que sea que haya hecho.
-Lo siento, pero se me prohíbe dañar a algún miembro de la familia Superlativa, incluyendo a los padres del o de la destinada de aquel que haya nacido con aquel puesto de Alpha Superlativo... Alpha... - lo miré retadoramente y mis labios en una líne, casi formando una sonrisa. - Y antes de que me golpees... El o la beta no esta sentenciado a recibir cualquier maltarto por parte del o de la Alpha superlativa si no ha cometido nongún crimen o haya traicionado al Alpha... y decir la verdad no es un crimen... - Levante ambas cejas al terminar.
-Si vamos por las reglas... Debo castigar a todo aquel que se atreva a retarme sin sentido alguno, y creo que esto que estas haciendo ahora no tiene nada de sentido... - Aclaró.
-Mierda. - Susurré y rápidamente me levante corriendo para salir de la habitación de Luis antes de que me golpee.
SABEN, MAÑANA TENGO EXPOSICIÓN, PERO ACTUALIZO POR USTEDES, HACE UNA SEMANA UE NO ACTUALIZO, ESPERO QUE LO DISFRUTEN, Y LO SIENTO SI ES DEMACIADO CORTO, SOLO QUE NO TENGO TIEMPO, Y MAÑANA A LAS SEIS DE LA MAÑANA DEBO ESTAR EN EL COLEGIO HASTA LA TARDE.
RECIÉN EMPIESO Y YA ME HARTA EL COLEGIO.