Alejandro
Roberta se va. Pero le debo una, ella ya cumplio su parte y ya llego el momento de de vestirme e irme. Creo que ya pase una larga noche y no quiero que se convierta un día. Pero debo de reconocer que me gusta pasar tiempo con esta loca histérica.
-Ya ponte tu ropa-Me ordena Adriana extendiendo la ropa hacia mi alcance.
-Se dice por favor, no te han enseñado-Digo para divertirme un poco antes de irme y como siempre, ella se molesta.
-Dejate de payasadas y vistete-Exige seria, yo rio.
-Relajate, Nena-Digo, la rodeo por detrás y comienzo a masajear la parte inferior de su cuello.
-No me toques idiota-Exclama alejandose y plantandose en frente de mí, matandome con su mirada.
Si sus ojos fueran pistolas, ya estuviera enterrada bajo tierra.
-Uy, pero que carácter-Me burlo de ella, haciendo que se moleste aún más-Pero así me gustas-Comento acercandome a ella y como era de esperarse, Adriana se sorprende y a la vez se llena de dudas.
-Estoy hablando en serio Alejandro-Contesta seria.
-Yo tambien-Respondo con absoluta firmeza.
Nos miramos directo a los ojos. Por un momento me encargo de detallar su hermoso rostro, ella es linda. Sí, es muy bonita, es preciosa. Tiene unos lindos ojos verdes, puedo verme reflejado allí. Pero lo que más me gusta son sus labios, rosados, no tan gruesos, ni tan delgados, secillamente estan en su punto perfecto, como me gustan.
Cuando ya no aguanto más, junto nuestros labios.
Este no es un beso apasionado, es uno tierno, lento, suave, que expresa mucho. Sin embargo no soy capaz de describirlo con mis propias palabras. Solo puedo decir que es sensacional.
Además, ni siquiera puedo enteder como es que la estoy besando de esta manera. Nunca habia besado a nadie tan lentamente. Por lo general, suelo besar pasionalmente para darles a entender a las chicas que quiero sexo con ellas. Sin embargo, no se que es lo que le quiero dar a entender a Adriana con este absurdo beso, es lindo, pero no va conmigo. Aunque tengo que reconocer que me gusta.
O tal vez me gusta las persona con la que me estoy besando.
La sujeto de la cintura, ya saben, para sentirla cerca de mí. Creo que eso se ha vuelto mi pasión y tal vez mi pasatiempo favorito.
Se separa, dejando un corto espacio entremedio de los dos.
-¿En serio te gusto?-Pregunta, lo cual me sorprende. No estaba preparado para esa pregunta.
Adriana, como siempre, sorprendiendome.
-Si, te estoy diciendo la verdad-Respondo mirandola directo a los ojos, sus ojos, estos hermosos ojos que ahora lo que me pide es que le diga la verdad.
Me siento culpable por eso, porque no sé si le estoy diciendo la verdad, no estoy seguro.
-Esta bien, niño bonito. Si lo que dices es verdad, entonces tienes que demostrarmelo.
¿Demostrarselo?
Otra vez quedo sorprendido
Creo que esto se me esta saliendo de las manos, se suponia que debia de creerme desde un principio, pero resulta que ahora tengo que demostrarle algo de lo cual no estoy completamente seguro. Aunque despues de este ultimo beso, puede que la respuesta mas acertada es que si me gusta Adriana.
-Okey, cuando quiera te lo demuestro-Comento y me acerco para rozar sus labios-Loca histérica-Ambos reímos, y sé que quiero besarla, eso intento. Pero Adriana me lo impide.
-Primero te cambias-Me muestra la ropa una vez más y yo resoplo antes de tomarla conmigo y encerrarme en su armario.
Mientras me visto, no dejo de pensar en este plan que no esta saliendo como yo quería realmente.
Lo que yo queria era que que Adriana me creyera desde un principio, desde que se lo dije. Pero la loca histérica termino siendo mas inteligente y astuta de lo que pense.
No se deja convencer tan facilmente, no le otorga mucha confianza a las personas, al menos a mí no. Así que lo único que me queda por hacer es demostrarle que la quiero de verdad, o bueno, que supuestamente la quiero.
Termino de cambiarme y salgo del armario. Adriana esta boca abajo acostada en la cama, por lo que me deja ver su cuerpo perfectamente.
Me acerco sigilosamente , con pasos suaves y precisos. Escaneo cada centimetro de su cuerpo, el top que tiene puesto deja al descubierto la piel de su espalda y noto algo que nunca antes había visto, tiene un lunar tipo mancha en la parte baja de su espalda.
Sin poder contenerlo, acaricio su espalda suavemente, Adriana de inmediato se gira para mirarme, de hecho se espanta.
-Me asustaste idiota-Me grita como siempre y yo sonrio.
-No sabía que era tan feo-Me acuesto a su lado flexionando mis brazos detrás de mi cuello. Ella solo observa cada uno de mis movimientos, sin saber muy bien que es lo que estoy haciendo.
-No lo eres-Responde despues de unos segundos. Obviamente yo la miro y sonrio.
Su confesión me tomo por sorpresa, creo que ya estoy progresando.
-Tú tampoco lo eres-Digo simplemente y ambos nos acomodamos de costado para mirarnos fijamente. Estamos a pocos centimetros de distancia. Casi nada.
-Idiota........
-Loca.......
-Imbécil........
-Histérica.......
-Niño bonito ........
Ni uno de los aguanto más y terminamos besandonos.
Con cada palabras que deciamos, que en sí son insultos, pero por la forma de decirlo y pronunciarlo no lo parece. Es como si estas palabras fuera algo .......¿Cursi?
Es una tontería, lo cursi por lo general me hace dar ganas de vomitar. Sin embargo, no sentí esas ganas esta vez.
El beso se va haciendo cada vez más candente. Mientras yo la sujeto con fuerza de la cintura, encargandome de que nuestros cuerpos no se separen. Adriana mete sus manos debajo de mi polo y acaricia mi abdomen.
Entonces decido no quedarme atras. Comienzo a pasar mi manos por su abdomen, vientre, espalda, piernas, gluteos, casi por todo su cuerpo.
Nos detenemos un momento esperando que nuestras respiraciones se controlen y recuperando el oxigeno.