Estoy llorando y sé que él también lo hace, aunque no lo pueda ver.
Quiero moverme, pero ninguno de mis músculos me obedece, quiero hablar, pero mi boca no puede pronunciar palabra alguna, pero sobre todo, quiero dormir, cerrar mis ojos y no abrirlos hasta dentro de mucho tiempo, pero no puedo, el miedo a soñar y revivir todo puede más conmigo.
¿Cómo fue que llegue a esto?
¿Cuándo mi vida se volvió una mierda?
A veces pienso en que haber muerto en ese lugar habría sido lo mejor, no puedo soportar seguir así, no puedo seguir permitiendo que él se destruya junto a mí.
Incluso respirar es difícil, supone demasiado esfuerzo y yo ya no tengo nada dentro de mí, siento lastima por mí, viviendo en una cama, con un respirador y a base de sueros, porque incluso comer algo es demasiado duro.
Recuerdo que antes quería ser enfermera o doctora, hasta que mi abuelo enfermo.
El cáncer siempre ha sido un golpe duro y difícil de superar, pero cuando una persona se encuentra en estado terminal todo se vuelve mucho más complicado.
Mi pobre abuelo gritaba día y noche a causa del dolor, yo quise ayudar a mi madre a cuidar de él, pero verlo de esa forma, sufriendo de ese modo…, a veces no alcanzaba a llegar a la taza del baño para vomitar.
Cuando el gritaba, lo único que podía hacer era arrinconarme lo más lejos posible de él, cubrir mis orejas y llorar mientras me mecía de un lado a otro y mi madre trataba de tranquilizarlo.
Pero, a pesar de todos mis esfuerzos, aun podía oírlo, cada grito suyo era acompañado de una súplica: el pedía que lo matáramos; deseaba terminar con su sufrimiento, pero nadie lo entendió, nadie le hizo caso a su lamento.
Y ahora, me encuentro en la misma situación que él, deseando que alguien se apiade de mí, que alguien me mate y termine con todo de una vez.
Pero yo no puedo gritarlo, ni siquiera puedo mover un solo dedo, a mí nadie me escuchara, nadie sabrá que es lo que quiero. Y pido perdón por eso.
Espero que él me perdone, porque ahora está sufriendo, porque se está rompiendo poco a poco… y todo es mi culpa.
Perdón abuelo, yo debí ayudarlo, al vez si lo hubiera hecho, alguien me estaría ayudando ahora.
Perdón mamá, perdón papá, por decepcionarlos, por provocar su abandono.
Perdóname hermana, no supe ser el ejemplo que debí haber sido.
Perdónenme, porque aun no he podido salir de esto.
Perdón, porque ni siquiera sé si lograré volver, o, si moriré sin verlos de nuevo, sin poder despedirme.
Sobre todo, debo pedir perdón a esa persona que fui, porque me rendí.
¡Por favor! Alguien venga a matarme.