Hacía mucho tiempo que Realt no tenía un contrato tan osado como aquel. Los rayos eran más débiles en las llanuras. Además, el calor era muy alto como para estar cómodo. En aquellas tierras solo se veía la nieve medio año. Por lo tanto, el atuendo de los refulgentes era muy molesto. pero, sabía que en aquella plaza había al menos 4 y uno de ellos era galvan, aquel viejo casi lo había matado en 12 ocasiones. Era bueno, en realidad fue bueno. Ahora solo era un viejo que se valía de su fama forjada en los días de juventud, para seguir teniendo contratos.
Usar el gancho con tantos refulgentes era perderlo, por lo que su pelea tenía que ser directa. Ante él se hallaban dos caminos, pasar desapercibido o entrar protegido. Los refulgentes no tenían por costumbre el subterfugio a menos que la situación lo requiriera. Sus armaduras no lo permitían. Y esa vez él lo pensó seriamente. Acarició la barra de metal metida en una bolsa de su pantalón y la sacó preparándose para lo que iba a hacer. nadie lo vio acercarse y subirse al muro que rodeaba la plaza, y desde ahí arriba se podía ver todo. Pero, antes de asomarse se quitó el penacho para ver sin llamar de más la atención. El penacho no era muy grande, solo le llegaba a los hombros. Aunque las plumas eran de muy buena calidad tenían el problema de ser muy largas.
Y ahí estaba su objetivo, un hombre muy orondo. que en unos cuantos días sería un importante señor. Con tantas tierras como para rivalizar con el tlatoani y eso no podía ser permitido. Ya que desestabilizaría todo lo que él había hecho. o al menos esa era la excusa que ponía este empleador, por alguna extraña razón todos los contratantes tendían a intentar justificar sus acciones con los refulgentes. La verdad es que no importaba.
Una vez que estuvo lo más cerca posible de aquel hombre se puso de nuevo su penacho, se ajustó todas las piezas de armadura cubiertas en plumas. justo en las perneras cayó una pluma. Mala señal, él la volvió a poner en su sitio y saltó por encima de la pared. Cuando hubo superado la pared, unas cuantas personas miraban ya en su dirección. Entonces dejo caer un pequeño disco de un metal oscuro y bruñido. Del mismo tipo de la barra que portaba en la mano. Aquel pequeño disco en cuanto se separó de sus dedos cayó a tal velocidad que levantó lascas del suelo.
Las plumas de toda su armadura ondularon con el aire. cuando llegaba al suelo su velocidad se frenó. En el momento que sus pies tocaron el suelo, el pequeño disco salió volando hacia la cabeza de un guarda que se acercaba rápidamente. Los gritos de la multitud estallaron y todos huían de él. Un refulgente no tenía que fallar en una misión no importa que pasara. además, su empleador le dijo que todos aquellos invitados eran prescindibles e incluso traidores. Algunos de ellos (los más ricos) llevaban tocados con plumas, eso les daba cierta protección, pero para que las plumas hicieran su trabajo tenían que entrar en contacto con el rayo.
Realt corrió hacia adelante con la barra en la mano y aquellos que voltearon fueron testigos de cómo hacía gala del rayo. El rayo en sus manos era como si tomara uno de los que se ven en las tormentas por uno de sus extremos. Siempre cambiando, como si estuviera ansioso de cortar algo. Justo en la base de la mano saliendo del metal, una bella luz amarillenta brotaba dando la impresión de que el rayo salía de aquella luz. Muchos decían que ver a un refulgente portar su rayo, era una delicia a la vista.
Él siempre veía el asombro en el rostro de sus víctimas, pero no era un buen tipo de asombro. Hizo un amplio barrido con el rayo y la piel de todos aquellos que atravesó se convirtió en carbón y soltó humo. Aquellos que portaban plumas en sus trajes o vestidos se salvaron de esa muerte para caer a otra peor. Sus cuerpos convulsionaban violentamente hasta que dejaban de hacerlo, porque sus músculos se ponían tan duros como la roca y después morían. Con las plumas echas cenizas por no poder soportar un rayo tan grande.
Solo logró dar 3 tajos más hasta que el primer refulgente apareció. Era prácticamente un niño, de unos 10 años. Realt sabía que era el hijo más joven y resiente de galvan. Por lo que estaba bastante verde en cuanto a la maestría del rayo. Lo podía ver en sus ojos llenos de miedo. La armadura de aquel chico solo aguantaría 2 o 3 golpes, las plumas no eran muy anchas y había pocas.
Él dio la oportunidad de que el chico mostrara su rayo, entre refulgentes no se atacaba por oportunidad, pero tampoco había piedad. al menos él así era. En cuanto el chico sacó el rayo, él atacó de forma rápida y brutal. Aquel pequeño no tenía suficiente agarre sobre su rayo por lo que realt fue capaz de apagarlo, dejando solo unas leves chispas sobre el metal de la mano del chico. La cara de aquel era de asombro, si no sabía eso es porque era más novato de lo que pensó en un inicio.
realt dio el golpe sobre la cabeza del chico y todas las plumas del ralo penacho se iluminaron tan fuerte, que la luz rivalizaba con la del naol-lin. Y después se convirtieron en ceniza. Al parecer no estaban conectadas al resto de plumas de la armadura. Realt siguió con el giro de su brazo e hizo que el rayo pasara a brotar de la parte posterior de su barra, listo para golpear de nuevo al hijo. Toda su carne siseo al cocinarse por la fuerza del rayo.
La gente que esperó que aquel chico lograra algo corría ya de nueva cuenta. Y el objetivo seguía a la vista. Esta vez el cuarto tajo fue detenido por un refulgente. Era difícil pelear con tantos cuerpos bajo los pies. Intentó apagar el rayo de aquel hombre, pero esta vez sin éxito. Se apartó dando un salto hacia atrás. cuando se dio cuenta, él era el centro de un fogonazo de luz como la de aquel chico. Solo que esta vez más tenue y proveniente de todo su cuerpo.