Prai—isu: El Reino Perdido

Capítulo 11

Agur y Abi se encontraban dentro del carruaje rumbo al reino de la Tierra, para ir a visitar a Mayra y Erika, respectivamente.

Sin embargo, Abi se encontraba muy incómoda en compañía de Agur, pues nunca hablaron tanto cuando ella vivía con ellos.

—No... No sabía que te llevaras tan bien con Mayra —hablo algo insegura.

—Valoro la información que me dio en el pasado. Además, sigue siendo una fuente confiable para cualquier cosa que necesite —respondió serio.

—Se podría decir, ¿qué es una amiga? —pregunta curiosa.

Agur alza una ceja y lo piensa un poco.

—Supongo que sí.

Abi sonríe ante su respuesta.

—Y tú te llevas muy bien con Erika, ¿no? —pregunto curioso.

—Oh, así es. Desde que la conocí fue una gran amiga, pero también vine a ver a Mayra —revela.

Agur la miro sorprendido.

—¿Sabes? Antes de que Mayra se fuera del pueblo aquel día, me dijo un par de cosas muy importantes, y es gracias a ella que soy quien soy ahora —lo mira alegre.

—No me sorprende si lo pones de esa manera. Mayra sabe muchas cosas.

—Si... —baja la vista algo desanimada.

—Te incomodo ¿No es así? —pregunto Agur sin rodeo.

Abi se exalta de inmediato.

—Es normal, nunca hablamos demasiado cuando vivías con nosotros —analizo.

—Bueno, tú estabas muy ocupado con tus inventos —suspira—. Pero no es por eso que estoy tan pensativa —confiesa.

Agur la miro confundido.

—Desde que asumí el trono como legitima reina... No he podido darle la suficiente atención a Cinthia como antes. Recuerdo que antes dijiste que no éramos aptas para sobrevivir, y es por eso que me preocupo mucho por ella... Soy la única familia que le queda —cierra los ojos resignada.

—Ella no está sola —comento Agur veloz.

Abi lo mira rápidamente tras el comentario.

—Se ve que ella ha crecido, es más fuerte. Ella puede cuidarse sola, y si en algún momento tiene problemas —la mira—. Puede contar con nosotros para ayudarla siempre —le sonríe.

Abi le sonríe agradecida.

—Clelia tenía razón, eres realmente amable.

Tras unas horas, finalmente llegan al reino. El ambiente era realmente tranquilizador, bellas piedras de diferentes colores adornaban las casas y el camino. Parecía ser un reino de galleta y de dulces.

No tardan mucho para llegar a la entrada del castillo, el cual era adornado de color café, pareciera un castillo de chocolate. Alrededor del mismo había una muralla de piedra.

—Este lugar es muy lindo, ¿no lo crees? —pregunto animada.

—Algo. Las piedras parecen ser naturales y no artificiales, eso quiere decir que este reino tiene minerales únicos y exclusivos de esta tierra.

—Sí que te fijas en todo —comento algo incomoda.

Agur toca la puerta y espera que la abran. No tardo mucho para una voz femenina gritara.

—¡Van!

La puerta se abre no mucho después, dejando ver a Erika con el pelo recogido, un delantal y un plumero de limpieza en su mano. Además, usaba ropa algo desgastada y una frazada en la cabeza.

—¿Erika? —pregunto Abi sorprendida.

—¡Chicos! Llegaron antes de lo que pensé —dijo con su ánimo intacto—. Qué bueno que limpie desde temprano, no quería atenderlos con la casa sucia —sonríe.

—¿Tu... limpias todo el castillo? —pregunto Agur señalando todo.

—Oh, bueno. No todo —dice algo apenada.

—¡Oh! Su alteza, que hace usted en la puerta —decía una empleada del castillo mientras se apresuraba a la entrada.

—Vine a abrir la puerta —responde amable.

—Usted no tiene necesidad de hacer eso, alteza. Para eso estamos nosotros.

—Pero yo también puedo hacerlo. Además, no quiero que tengan tantas cosas que hacer durante todo el día.

—Su alteza, no se preocupe por nosotros —sonríe agradecida—. Ahora vaya a cambiarse y atienda a sus invitados —sugiere.

—De acuerdo... —dice algo resignada.

Erika entra a una habitación a cambiarse mientras que Agur y Abi la esperan en una sala.

—Lamento la demora —dice al entrar.

Ahora usaba un vestido rosado con un pequeño suéter color dorado y zapatillas rosadas. Usaba una diadema con una flor en ella en la cabeza y su cabello se encontraba suelto.

—Te ves genial —halago Abi.

—Gracias, tú también te ves hermosa —dice al entrelazar sus manos con Abi.

Agur tose un par de veces.

—También es un gusto verte... —se queda algo pensativa.

—Agur —Abi le susurra al oído.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.