⚠️Este extra es del capítulo 59 parte 1. ⚠️
Y es para festejar que ya somos más de 100,000 leídas!!!! espero que les guste!
CAROLINE:
Una vez que salgo de mi habitación, trato de cerrar la puerta con delicadeza, doy dos pasos y alguien me toma de la muñeca izquierda, llevándome contra su cuerpo. El cinturón me molesta en el trasero por lo cerca que estamos.
Su aliento caliente lo siento en el cuello dejando un beso corto cuando no me muevo.
El ascensor se abre y por suerte va vacío, el espejo del mismo me muestra la imagen que proyectamos, yo con una bata que se ha abierto mostrando mi sostén de encaje , bajo de mis pechos su mano bajando a mi vientre haciendo que su reloj resalte entre todo. El cabello lo tengo alborotado y veo como mi pecho sube y baja, exhalo con la boca entreabierta mientras él no levanta la cabeza que tiene metida entre mi cuello, como si disfrutara el momento.
Las puertas del ascensor se cierran.
—Te dije que no salieras de la habitación. —la voz ronca y con olor a alcohol me llena la mente.
—Y yo dije que no iba a arruinar mi noche. —un pequeño gemido sale de mí, cuando su mano baja a mi monte de Venus.
—Y yo dije que no me iba a detener dos veces, Cooper. —me muerde el lóbulo de la oreja, —¿Con quién ibas?
—No te importa.
—¿Con quien ibas, Cariño?—habla más bajo, casi en un susurro, siento más cercas su pelvis e inhalo hondo. —Quiero escucharlo. Dime a quien necesitas esta noche.
—A ti. —sabía que no dejaría que saliera, pero no importa porque lo único que necesito es a él, —Quiero una tregua…
No me deja terminar de hablar cuando me voltea de inmediato, su boca se estampa con la mía y yo me impulso para que me alce, la bata se abre por completo dándole acceso de tocar mi trasero a su antojo.
Le jalo el cabello y le araño el pecho cuando le desabotonó la camisa, siento que soy un pulpo a la hora de tocarlo.
Sin bajarme me dirige a su habitación, azota la puerta y me estampa contra la pared, tira al piso la bata y el encaje negro se termina de robar su atención.
—Me Fascinas…
—Creía que solo las Latinas te fascinaban. —Enarca una ceja.
—Ninguna es Caroline Cooper, por lo tanto ninguna me llena, me satisface o me encanta.
Arranca el tanga, haciendo que la piel me arda con el tirón.
Hago intento de quitarme los tacones, pero me lo prohíbe.
Le quitó la camisa y no le doy tiempo a reaccionar cuando le empiezo a besar con descaro el cuello y los pectorales, dejando marcas, mordidas y arañadas. Este hombre es mío y quiero que le quede claro.
Sigue frotando su entrepierna contra la mía, haciendo que la fricción de la tela de su pantalón me haga salivar con el tacto.
Vuelve a meter la cabeza en mi cuello y escucho el pequeño jadeo que suelta cuando sigo arañando su espalda.
Lo empujó un poco y traigo sus labios de nuevo a mi boca. Estoy desesperada.
Las respiraciones se escuchan y no sabría distinguir cuál es la más agitada. El sonido del cierre se escucha y hace que cierre los ojos.
La cabeza húmeda de su miembro se pasea entre mis pliegues haciendo contacto con mi pequeño botón que palpita con el mero toque.
—Esto es mío Caroline. — jadea, —Podrás salir con quien quieras si eso quieres, pero esto nadie lo toca.
Asiento, sigue paseando la cabeza por mis pliegues que puedo sentir la cremosidad que tengo ahí por el mero hecho de que me toque como lo hace.
—Así que te voy a dar un recordatorio de lo que es tenerme como amigo. — sin pensarlo dos veces me da la primera estocada.
—¡Ay!
No se detiene y comienza a penetrarme con fuerza, ya dije que Adam no lo hacía muy sutil.
El sonido de nuestra piel chocando hace que los labios se me sequen cuando siento sus testículos golpeando mi periné.
Me toma del cabello haciéndome que lo mire a los ojos. Nuestras miradas se funden en una sola y minutos después siento como nuestros fluidos recorren mis piernas. «andaba cargado»
—Vete a la cama, aún no termino contigo. —me coloca en el piso y lo obedezco.
Después de unos minutos aparece delante de mí, trae un vaso de cristal con Vodka y hielos.
Me observa.
—Sigo molesto contigo, por ser una provocadora. —me mira serio, —si no hubiese llegado a tiempo ahorita estuvieras con él.
—Pero estoy aquí.
—Pero lo pensaste y eso me quema todo. —bebe del vaso, —¿Qué me hiciste?
Nos miramos y bien dicen que las miradas hablan, porque la de nosotros se entiende muy bien, antes de apartarlas los dos asentimos. Como diciendo ya sabemos lo que nos hicimos.
—Deja de pensar en lo que no pasó y ven, — me abro de piernas, mostrándole mi sexo.
Bebe otro poco del vaso y lo deposita en la mesilla. Se quita los pantalones y comienza a gatear hacia mí.
Me besa las piernas con delicadeza, pero a su vez me da pequeñas mordidas, que hacen que mi corazón salte cuando lo hace.
Se toma su tiempo y en parte me desespera.
Una vez que llega al sitio que desea, me besa demorándose en el proceso.
Cuando menos los espero, siento su lengua húmeda enrollarse en mi botón, hace que gima y mis caderas toman el ritmo en busca del placer. Me muevo en pequeños círculos mientras sigue lamiendo, chupando y dando pequeños mordiscos que hacen que apriete las sábanas Y que me arqueé.
Intenta levantar la cara, pero se lo niego y lo tomo del pelo para evitar que se despegue, el sonido ronco que suelta me dice que se está riendo, pero no le pongo importancia.
Después de haber tenido sexo por no se cuanto tiempo. Me siento en la cama, los párpados me pesan y no siento mis extremidades.
Él está sentado frente a mí, completamente desnudo.
—Tengo que ir a mi habitación. —Le digo.
—Nadie te está corriendo. —sigue bebiendo, —tenemos una conversación pendiente.
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Editado: 04.03.2024