Lily no comprendía nada de lo que estaba pasando. Tenía un papel de desalojo ante una deuda casi irrisoria que tenía que ser liquidada en ese mismo instante. Ella estaba segura que su madrina no estaba en eso, quizá Tony... No, apesar de lo que tuvieron él no podría hacerle eso.
Buscó su móvil y marcó a su madrina angustiada bajó la mirada de esos hombres que se mostraban inquietos y ansiosos de sacarla de su hogar. Apenas respondió Lily balbuceó palabras sin sentido.
- ¿Estás bien Lily?
- ¿Tú has ordenado que me saquen de mi casa? - inquirió con voz ahogada -. Mi deuda es mínima, no entiendo cómo me estás haciendo esto...
- ¿De qué hablas? - la voz de alerta de Grace llamó su atención -. ¿Quien te está sacando de tu casa? ¿Qué demonios está sucediendo?
- Eso quisiera saber - respondió Lily con un dejo de desesperación -. Estoy en la puerta de la casa, no sé cuánto tiempo voy a impedir que ellos entren y me saquen de mi propia casa, ¡Por una tonta deuda de unos cuantos miles!
- Voy para allá - anunció agitada -. Ya veremos qué es lo que ocurre.
- Gracias, te necesito...
Charly la miró preocupado. Fue inútil que no se estuviera mordiendo las uñas destrozando su manicura. Estaba a lado de Lily impidiendo el paso a el grupo de hombres que se mostraban impacientes por hacer su trabajo.
- Señorita no haga difícil esto - el hombre que le entregó la orden la miró desde su distancia. Se notaba enfadado y harto por la situación -. Tenemos que llevar a cabo la orden.
- La señora Vega vendrá en cualquier momento - le dijo todavía poseída por un terrible enojo ante lo que estaba pasando -. Aclarará cualquier malentendido que hay respecto a este absurdo desalojo.
- Mire señorita, no sé quién sea esa señora, yo vengo en representación de industrias Torbes...
- ¿Que demonios...
- ¿Industrias Torbes?
Las voces de ambos jóvenes se escucharon alteradas al escuchar lo que el hombre acababa de decir.
- ¿Qué tiene que ver ellos con este desalojo? - Charly dió un paso al frente sintiéndose un poco mareado -. Nosotros no tenemos nada que ver con esas personas. Ninguna deuda, nada de esas cosas.
- Industrias Torbes acaba de adquirir un paquete de deudas - respondió con un toque de impaciencia -. Todas están vencidas y la empresa quiere recuperar está inversión.
- ¡Es tan repentino! - exclamó Lily -, debieron avisar...
- Aqui tengo que fueron avisados por un par de meses - miró los papeles que llevaba en una impecable carpeta.
- ¡Un par de meses!
Ambos se miraron confundidos. Lily negó con la cabeza incapaz de creer lo que pasaba por su mente. Nunca llegaron avisos y estaba segura que si lo hubiera hecho estaría mucho más preparada para lidiar con aquello, incluso estaba segura que su madrina ahora mismo estaría ahí apoyándola y nadie estaría amenazando con su patrimonio.
- No hemos recibido nada.
Charly le mandó una mirada sombría al tipo. Estaba temblando. Nunca antes se sintió tan seguro de tener un techo sobre su cabeza. Tenía lo que por todo ese tiempo no pudo tener. Un lugar que había hecho suyo. Mordió una vez más una uña y miró a los hombres frente a ellos.
- !Maldita sea TT! - gruñó Lily con vehemencia -. ¡Es su maldita venganza! ¡Estoy segura que lo está disfrutando junto con su hermana! ¡Esos malditos hijos de puta!
El auto de Grace Vega apareció aparcando frente a la propiedad. Un suspiro de alivio destensó un poco su cuerpo, la mujer rubia a salió apresurada mirando el alboroto que ya estaba llamando la atención de los vecinos.
- ¿Qué está pasando aquí? - miró al hombre de traje oscuro asimilando que era el encargado -. Mi nombre es Grace Vega, yo no ordené ningún desalojo, mi ahijada tiene la deuda conmigo...
- No señora, la deuda pertenece a Industrias Torbes - abrió nuevamente la carpeta y le mostró los documentos -. Ellos tienen todo el derecho de desalojar a los inquilinos de está propiedad.
Grace leyó atenta cada uno de ellos. Su piel se empalidecía cada que pasaban los segundos y recorría hoja por hoja. Al final se veía tan descompuesta como ellos lo estaban y Lily se agitó ansiosa, Charly la rodeó con el brazo acercándola a su cuerpo intentando tranquilizarla.
Miraron a la mujer pasar una mano por su cabello antes de enfrentarse a ellos.
- No sé que ocurrió - dijo temblando un poco su voz -. ¿En qué momento Thomas Torbes se apoderó de todas mis deudas? Yo nunca habría hecho algo así. Nunca hubiera puesto tu patrimonio en peligro. Esto es...
- Entonces ¿Cómo es qué TT tiene está deuda? - inquirió Charly molesto -, no es que haya llegado a sus manos así como así, además no es tanto dinero. ¡Lo que debe son centavos para un hombre tan rico como él!
Los tres se miraron por unos segundos. Grace jugaba con el asa de su costoso bolso blanco. Mostraba una confusión sincera.
- Tengo que hacer una llamada.
Se alejó sacando el móvil del bolso y se alejó de ellos. Lily recargó su cabeza en el hombro de su amigo.
- ¿Cuánto tiempo tenemos para pagar la deuda? - Charly miró al hombre.
- Tuvieron dos meses para eso - respondió tenso.
- Ya le hemos dicho que no recibimos ningún aviso - la voz de Charly había perdido la paciencia -. Nunca. Jamás. Para nada...
-Aqui dice lo contrario - señaló su carpeta -, uno de mis empleados ha estado viniendo a avisarles, nunca abrieron la puerta.
- Nadie ha tocado la puerta y nos ha dicho que van a desalojarnos - replicó Lily -. Habríamos hecho algo al respecto.
- Lo siento señorita.
Se apartó para hablar con los hombres, quizá cansado de dar explicaciones. Lily miró a su amigo.
- ¿Qué demonios vamos a hacer? - su voz salió llorosa -. ¡Este hijo de puta, cabrón quiere quitarme mi casa! Es lo único que tengo, ahí está mi negocio, mi vida, ¡mi seguridad!... ¿Qué mierdas voy a hacer?