Estaba furioso. ¿En qué demonios estaba pensando? Lily aún estaba convaleciente y no podía salir en la noche a divertirse. ¡Joder! Gruñó mientras se movía entre jóvenes borrachos y cuerpos que de movían al ritmo del rock que no dejaba de taladrar sus oídos. Frunció el ceño. ¿Qué demonios hacia ella ahí? No era un lugar en donde debería estar buscando a Lily.
Un gesto de desagrado cruzó su rostro y al mover sus ojos lejos de esos cuerpos cubiertos por alguna prenda de cuero negro se encontró con la figura frágil y pequeña de su Lily... Se movía al ritmo de la música en un vestido rojo sangre muy corto mostrando sus bien formadas piernas. No parecía bailar con nadie, simplemente lo hacia.
La miró por un largo rato. Ella dibujaba una tonta sonrisa en sus labios carmesí. Sus ojos se mantenían cerrados como si disfrutara de esa ruidosa música. Dió un paso hacía ella. Un hombre se interpuso entre ella y él, la acercó a su cuerpo rodeando su cintura.
Lily no hizo nada por alejarse. Seguia bailando, balanceándose de una manera que lo hizo estallar y sin darse cuenta en un segundo estaba apartando al hombre de Lily. Se enfrentó a él tipo agitado por la ira de haberse atrevido a tocarla.
-¿Qué pasa contigo viejo?
- Aléjate de ella - su orden sonaba peligrosa para cualquiera que estuviera escuchando atravez del estruendo.
-Mierda amigo, sólo estábamos bailando...
-¿Qué demonios pasa contigo? - la alterada voz de Lily interrumpió el intercambio -. No tienes derecho de venir a hacer un escándalo.
TT observó a la indignada Lily tambalearse y rápidamente se acercó a sostenerla.
-¡Sueltáme!
Lily hizo un movimiento brusco buscando liberarse de su mano, TT la acercó aún más a su cuerpo y ella levantó la mirada hasta encontrarse con sus ojos. Abrió la boca y la cerró de inmediato lamiendo sus labios hasta dejarlos húmedos.
TT apretó los suyos pasando saliva con dificultad.
-¡Eres tan alto! - exclamó ella abriendo los ojos con asombro antes de que sus párpados cayeran somnolientos.
-¿Has bebido?
-¡Por Dios TT! - exclamó ella a carcajadas -. ¡No estamos en la iglesia precisamente! ¡He venido a divertirme! Me lo merezco después de todo lo que ha pasado, aunque...
-¡No puedes tomar alcohol con la medicina que estás tomando!
-¡Eres un aguafiestas! - Lily movió la cabeza haciendo un puchero.
Levantó la mano hasta los labios masculinos. Puso un dedo sobre ellos sin dejar de negar con la cabeza.
-No te doy permiso de seguir ha-hablando...
Su cuerpo perdió el equilibrio por unos instantes y se detuvo por instinto con su mano libre sobre el duro pecho masculino. Sus ojos se apartaron de los suyos hasta la camisa blanca de fino algodón, volvió a lamer sus labios y una maliciosa sonrisa apareció en ellos acentuando el percing plateado.
-Estas fuerte...
Su mano fue deslizándose sobre la fresca tela bajó la chaqueta.
-Me encantan los hombres con músculos - su voz se volvió un ronroneo -. Los tipos tan altos como tú. Me gusta que me lleven sobre sus hombros como un hombre de las cavernas...
Se paró de puntillas levantando un brazo para enredar sus dedos en el grueso cabello negro, lo obligó a bajar la cabeza hasta que sus narices se tocaran. TT aguantó un jadeo, ella sonrió coqueta
-Me encantó que me tocarás - susurró muy cerca de sus labios -. Me gustó que me hicieras el amor.
Fue inevitable que TT rodeara su cintura acercándola a su cuerpo. Ella lo miraba con intensidad, él podía notar cada una de las manchas castañas en la pupila de sus ojos. Podía notar la angustia que brillaba en ellos.
-¿Por qué me odias tanto?
-¿Qué dices?
-¿Por qué me odias tanto?
-Yo no te odio - replicó en voz baja - ¿Quién te ha dicho eso?
Lily se apartó empujándo con ambas manos su pecho. Apartó algunos mechones de su cara y sacó el pecho en una pose que buscaba un enfrentamiento. TT sintió deseos de volver a acercarla a su cuerpo, pero sabía que sería imposible y esperó a lo que tenía que decir estando en ese estado.
-Tú... ¡Me quitaste mi casa! - le acusó en voz alta señalándole con un dedo -. ¡Me robaste mi casa y no sé cómo te has atrevido a mirarme a la cara!
Su voz se rompió en la última palabra, Lily cerró la boca mientras sus ojos no pudieron detener las lágrimas. Movió la cabeza como si no pudiera creer toda aquella situación. TT frunció el ceño haciendo caso omiso a algunas miradas que estaban sobre ellos.
-¿Qué estás diciendo? - inquirió dando un paso hacía ella -. No sé qué demonios te has metido, no creí...
-¡Eres un idiota! - gritó Lily furiosa arrojando un golpe que TT evadió sosteniendo su muñeca -, yo nunca... No... No me importa lo que pienses de mí. Ya no, quizás antes me habría importado pero después de lo que me has hecho... - movió la cabeza nuevamente sus ojos brillaron mostrando todo el dolor -. Es lo más cruel que podría haber creído que serías. Mi deuda no era tan grande, ¡Me quitaste mi casa por una misera cantidad de dinero! ¿Esa fue la forma de pagarme? ¿De vengarte por lo de mi madre con Víctor?
-No entiendo, ¿Qué demonios estás diciendo? - TT la tomó de los hombros buscando entender la actitud de la joven.
Ella lo apartó con violencia mirándole furiosa. TT no la había visto tan vulnerable y deseó volver a atraerla a sus brazos, pero sabía que no iba a ser sencillo.
-¡No soy ninguna estúpida! - movió su cabeza -. No tienes porque fingir una inocencia que no existe. Yo...
-¡Basta! - la tomó del brazo - Hablemos en un lugar más privado.
-¿Tienes miedo de que se den cuenta quién es realmente Thomas Torbes?
-No me importa lo que piense de mí toda está gente - gruñó él llevándola a la salida del antro -. Tú y yo vamos a hablar. Vas a explicarme de lo que estás acusándome.
La arrastró hasta la salida. Caminó con ella hasta alejarse del antro y recargarla en una pared de ladrillos los suficientemente alejada, se inclinó a ella recargándose con un brazo en la pared. Lily levantó la cara hacia él y lamió sus labios nerviosa. Tembló un poco.