Preludio al desastre

Capítulo 5: Futuro

Salgo de la habitación oscura sintiendo un dolor fantasma por todo lo que mi madre dijo e hizo para castigarme por haberme ido a trabajar sin permiso, por haber causado un gran desastre y por haber avergonzado a la familia. Creo que entiendo porque se molestaron tanto, no solo no estuve aquí cuando debería, sino que también causé un gran desastre que tumbó la reputación que nos esforzamos por mantener para alejar a los indeseados, y lo peor de todo, no me molesta que ahora Genevive y su gente tengan un cambio de mente. Cuando la vi el día del festival no sentí nada, pero si había una parte de mí que me decía que me acercara, o que respondiera a su llamado, y empecé a temer. La princesa no tiene la habilidad de tentación como los demonios, pero por alguna razón quiero seguirla.

¿Qué será lo que me pasa?

—Papá, por favor calma a tu esposa. —Digo sintiéndome agotada.

—Es por tu culpa que ella está así. —Dice levantándose de la mesa donde están los invitados tomando té —. Atiende a los invitados, y por favor, no los convenzas de jugar contigo. —Advierte entrando al cuarto que comparte con mamá.

—Sí. —Digo sentándome en la silla y recostándome sobre la mesa —. Meli, quiero algo fuerte.

—Solo hay té de manzanilla para calmar los nervios. —Dice mi hermana sirviéndome una taza de té —. ¿Mamá está muy molesta?

—Algo, pero ya se calmará. —Me levanto para tomar un sorbo que me ayuda a calmar todo lo que siento, pero cuando recuerdo que mamá hizo compras inútiles cómo castigo por desobedecer, me doy cuenta de que un té no es alivio suficiente para mí —. Esto no funciona. —Me quejo ocultando mi rostro entre mis brazos.

—Ya sé. —Aplaude Meli con alegría, un gesto que siempre tiene cuando se le ocurre una idea buena y que la hace ver terriblemente tierna —. ¿Qué tal si tomas un baño en las aguas termales para relajarte? Mamá siempre dice que no hay nada mejor un buen baño para mejorar el humor.

—Me gusta la idea. —Digo levantándome de mi silla, para luego rodear la mesa y tomar a la princesa Genevive del brazo —. Acompáñame, se te nota tan tensa como yo y no es bueno hacer negocios así. —Halo de ella para levantarla de su puesto, y aunque preveo el impulso de sus acompañantes de protegerla, hago que mis sombras los mantenga en su lugar —. Tranquilas mascoticas, la bella dama estará a salvo. —Sonrío con superioridad mientras me llevo conmigo a Genevive y Meli, viendo a mis hermanos en el camino para que se diviertan con “los invitados” mientras tanto.

Llegamos a la parte de atrás de la casa, lugar que parece un baño grande debido a que tenemos un balneario natural que nos proveyó el espíritu de agua que hizo un contrato con Meli, y que desde que existe se ha aprovechado al máximo. Pero no traje a la princesa aquí para que se relaje ni para tener tiempo de calidad juntas, la traje realmente para saber que me quiere decir sin tener la influencia de su prometido y su guardián que solo la sobreprotegen sin escuchar realmente su opinión, y si quiero sacar todo lo que tiene en su interior, necesito alejarla de aquello que la presiona. No hago esto por ser buena ni mostrarle lealtad, lo hago porque quiero saber sus intenciones al venir a hablar conmigo.

—Esto se siente bien. —Dice la princesa cuando se mete en el agua luego de darse una ducha.

—Me alegra que se sienta cómoda. —Dice Meli por educación mientras se sienta en la orilla para solo remojar un poco sus pies —. No solemos recibir muchas visitas, así que no sabemos qué hacer para su comodidad.

—No te preocupes pequeña Meli, todo ha sido perfecto hasta ahora. —Sonríe Genevive con dulzura.

—Ya sé, ¿qué tal un poco de magia? —Propongo tranquila mientras me siento junto a la princesa en el agua, ganando la mirada sorprendida de esta —. ¿Qué ocurre?

—Ah… nada. —Aparta la mirada avergonzada, meditando por un segundo mientras observa su pecho —. Mejor… haga su magia. —Dice algo tímida, por lo que tengo que tapar mi boca para no reír de la ternura que me provoca.

Sabiendo que ella no va a dudar de lo que haga, concentro un poco de magia de luz en mi puño cerrado, y cuando lo abro, suelto pequeños puntos de luz que flotan el aire con un toque encantador. Meli emocionada aplaude y trata de atraparlas al verlas tan cerca, y cómo esto conmueve a Genevive, se permite bajar las defensas por un momento que no pienso desaprovechar.

—Genevive, ¿por qué me buscabas con tanto empeño? —Pregunto llamando su atención —. No me malentiendas, me gusta que me devuelvan favores, pero el hecho de no ser yo quién los cobre y que me obliguen a tomar algo que no quiero va en contra de mi política de libertad.

—Es algo entendible, y me disculpo si te estas sintiendo presionada. —Dice educada.

Es un buen movimiento, pero te deja demasiado vulnerable a futuras manipulaciones. Especialmente viendo el aura de dulce inocencia que tiene la chica frente a mí y la sonrisa apenada que muestra como intento de ser amable, la dejan tan vulnerable que mi instinto de maldad se activa con la intención de sacarle todo. Pero, a pesar de todo lo lindo y lo tierno que ella transmite, también me doy cuenta de lo bien ejecutada que está su seguridad para mantenerla cómo está sin que la persona equivocada tenga algún tipo de influencia sobre ella. Muy bueno debo admitir, pero en momentos cómo estos es realmente una mala idea, lo sé porque después llega alguien cómo yo que puede manejarla a su antojo, y más tomando en cuenta que la dulce niña me busca con demasiada necesidad.




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